Silent Hill: Muriendo por dentro

Silent Hill: Muriendo por dentro (Ciencin, Templesmith, Saldam; Norma): No lo puedo evitar. Me gusta el terror. Así que cuando me entero que han sacado una adaptación al cómic del famoso juego (al que no he jugado) algo me impulsa a leérmelo. Aunque en portada aparezca el nombre de Ben Templesmith, del que tan ingrato recuerdo tengo después de la saga 30 días de noche, que realizara con el ínclito Steve Niles. Lo de ínclito va con segundas, por si acaso.

Y la vuelvo a cagar. Algo más de media hora tirada a la basura. Porque el cómic apesta. ¿Qué digo? Un cómic se hace, no se escupe como pasa con este Muriendo por dentro. Oh, qué fácil pensaréis. Vaya crítica destructiva. Pues fale, para todos vosotros, esta nueva entrega de la colección Made in Hell de Norma es una mierda porque:

-En un cómic espero cierta coherencia argumental. Éste no lo tiene. Así de simple. El guionista, Cencin, quiere hacernos creer que hay una historia de fondo detrás de tanto dibujo malo. No os dejéis engañar. Os miente.

-Se nos vende una supuesta historia cuando en realidad el tomo incluye dos cuya conexión no sólo es débil sino que está cogida por los pelos.

-Leemos en la introducción que no hace falta haber jugado al videojuego para disfrutar de este presunto buen cómic de terror. ¿A quién le quieren vender la moto? ¿Cómo pretenden inquietar, desasosegar, asustar, aterrorizar o lo que sea al lector cuando la mayor parte de las escenas no sabes qué es lo que estás viendo? Ah, claro, que en éso consiste capturar la atmósfera del juego como también nos aseguran en dicha introducción. Pues bien, pues de ello infiero que el videojuego en cuestión es de una confusión exagerada. ¿Algún jugador entre nuestros lectores?

-Vale, pongamos que lo que de verdad asustan no son tanto las situaciones como los bichejos que en ellas aparecen. Bien, menos mal que contamos con diálogos y textos de apoyo para describírnoslos, porque si hemos de confiar sólo en los dibujos... Ah, que esos perros han sido despellejados...pos zí, ahora que me fijo bien... sí, así es. Lo mejor, la primera aparición: bichos con dos cabezas, una boca y ningún cerebro. ¿Dónde? A ver si es un error de impresión, porque con semejante descripción no veo nada que se le parezca en la viñeta...

-Pero si nos quejamos de Templesmith, con Saldam es peor. Si con uno poniéndole imaginación puedes más o menos hacerte una idea de lo que está pasando, con el segundo, encargado de dibujar los últimos tres de los cinco números que componen el tomo, la confusión derivada de la acción prácticamente ininterrumpida combinada con cambios bruscos de escena y pandilleros punkarras calcaditos va en un crescendo tal que uno se pregunta si el consumo de alucinógenos es compatible con la profesión de ilustrador.

-Un cómic es malo cuando te empiezas a plantear el hecho de dejar su lectura a eso de la mitad. No en plan Jimmy Corrigan, que me pasó a las 20 páginas pero al que le reconozco un gran dibujo, sino en plan...no me entero de nada y lo que es peor, me importa una auténtica mierda lo que les pase a esta peña.

-Concluyendo: Una mierda que cuesta 15 euros. Cierto que no es mucho comparándola con los precios que se llegan a pagar en el mercado del arte por según qué basuras, pero a mí me dicen que con esos 15 euros me puedo comprar algo que valga al menos algo la pena y no me lo pienso dos veces. Un consejo, huíd de este cómic como de la peste. Y casi me atrevería a decir aunque seáis fans del videojuego: tanta gente diciendo que es una gran saga no puede estar equivocada. ¿O sí?