martes, junio 28, 2005

Finde reseñero (Saló y otros)

Cortesía de mis vecinos. Los del bar de enfrente. Una noche más, gracias.

-Laszivia (Jan, Glenat): Al capitán de una astronave se le envía en misión diplomática al mundo de Laszivia, un planeta terraformado con forma de tía en bolas. Prometedor planteamiento cuya lectura, desafortunadamente, se ve entorpecida por un exceso de texto y cuya presunta gracia no se la ví por ningún lado. Pero ya sabéis, a mí no me entusiasmó Batman Begins. Como me venció el aburrimiento me quedé a la mitad, así que nunca se sabe, ¡ igual ganaba desde ese punto en que lo dejé!

-El cazador de rayos 1 y 2 (Kenny Ruiz, Dolmen): La particular cruzada de Kaín, el cazador de rayos, la única persona capaz de devolver a la humanidad el estadio de desarrollo que poseía con anterioridad a un desastre de proporciones apocalípticas. Aventuras situadas en un universo postapocalíptico bañado por una lluvia perenne que por aquello de que I'm only happy when it rains es de lo que más me atrae del cómic en cuestión, por mucho que su concepción no es ni mucho menos original. La trama tarda en arrancar, como queda patente en el primer volumen; los secundarios adolecen de quedar abocetados, lo que se traduce en un ¿y a mí qué, que se haya muerto el tipo este? ; algunas de las escenas de acción podrían estar mejor narradas; y otras escenas parecen no aportar nada a la trama.. de momento, que todavía falta para que veamos la conclusión de esta saga. Pero he de reconocer que sobrepasadas las calmas del ecuador representadas aquí por el lento arranque del primer álbum, la obra se deja leer más o menos bien, y cuenta con uno de esos golpes de efecto sorpresa al final del segundo volumen que despierta un poco el interés general del lector.

-Caballero de espadas (Luis Durán, Langostini): Empecemos con buena letra, declarando mis simpatías por este señor, como creo que ya ha quedado testimoniado en este blog con anterioridad. Pero. Es entonces cuando llegamos a su última obra publicada, este Caballero. Es Durán, no hay duda alguna, pero algo hay en este tebeo, o mejor dicho de algo carece que no me ha llegado como otras obras suyas. Si carece de algo me atrevo a apuntar que quizás le falle un objetivo hacia el cual se precipite toda la acción. No sé si me explico. Quizás es que en anteriores obras el mensaje/ la metáfora que subyacía detrás de todo el entramado me resultó más clara o cuanto menos estaba más definida. Aquí, en cambio, el hilo conductor de la obra lo constituye su protagonista, llámesele mentiroso o fabulador por cuanto nos narra una de sus posibles vidas y el papel que la Magia desempeñó en ella. ¿Véis lo que os decía? Magia. Con mayúsculas. Aquello capaz de fascinar a un niño y desatar su imaginación. Durán, como os decía. Pero hay algo que no me acaba de cuadrar. Quizás sean esos recuerdos que saltan frente al lector aludiendo a la infancia de nuestro protagonista, ficticia como el resto de su vida, y al papel desempeñado por su padre y su tutor, figuras ambas igualmente imbuídas de esa aureola mágica, lo que en mi opinión interrumpe un poco el discurso de la obra. Y añadiría que el simbolismo de Durán, una constante en su obra, que está aquí presente por doquier, no acaba de adoptar esa sensación de coherencia final que creo más conseguida en otros tebeos del autor. Es como si ese simbolismo mágico, omnipresente, le arrebatara el protagonismo a la acción, cuando en otros tebeos ambos elementos se complementaban con mayor acierto. No sé, hacía tiempo que no quedaba tan desconcertado después de la lectura de un cómic!

domingo, junio 26, 2005

El cuerpo

Este post contiene un SPOILER como una casa para los que no hayan visto entera la 5ª temporada de Buffy, cazavampiros, así que, si seguís leyendo, quiero que sea bajo vuestra responsabilidad. ¿Ya? Pues empezamos…
Quiero empezar diciendo que a mí Buffy no me atraía demasiado (me refiero a la serie, no a Sarah Michelle Gellar). Supongo que algo tendría que ver con el hecho de haber visto ese bodrio de película que lleva el mismo nombre algunos años antes. Bueno, a ver, sí que había visto algún episodio y reconocía que no estaba mal, pero no le pillé el gusto hasta que emitieron la quinta temporada en el Canal Plus (es que soy muy inconstante como para seguir una serie tan larga…). Aún así, me perdí el capítulo del que quiero hablar hoy, pero bueno, a lo que vamos, que me enganché.
Hace poco, a mi hermano, que sí estaba enganchado a la serie, le fueron prestando temporada tras temporada en DVD, y yo aproveché para ver los episodios por orden y así constatar lo que había leído en muchos blogs: es la serie friki perfecta. Los efectos especiales y el maquillaje dejan mucho que desear en la mayoría de ocasiones, pero lo importante, los personajes y su relación entre ellos, te hace sentir como si estuvieras leyendo un cómic de la Patrulla-X de Claremont de los buenos tiempos (creo recordar que Rafa Marín en su blog incluso llegó a comparar a algunos personajes con superhéroes Marvel y la verdad es que encajaba bastante bien). Son los personajes, su personalidad, su vida, su forma de relacionarse, de evolucionar, lo que te atrapa. Podría hacer algún comentario de cómo evolucionan todos y cada uno de ellos, y quizás lo haga algún día, pero hoy me centraré en uno o, mejor dicho, en la ausencia de éste: Joyce Summers.
La madre de Buffy, Joyce, aparece casi de fondo en todas las temporadas, aunque, obviamente, tiene bastante protagonismo en muchos episodios. Uno casi (recalco el “casi”) podría decir que es el personaje que menos ha cambiado desde, digamos, la tercera temporada, pero lo más irónico de todo es que el episodio en que el personaje es más importante es un episodio en el que apenas aparece, y cuando aparece no se mueve: “El Cuerpo”.
Whedon tiene una trama para cada temporada, pero de vez en cuando nos da “descansos” de esa trama y, en algunos casos, esos “descansos” se convierten en los mejores episodios de la serie. Tal es el caso de “Silencio” (del que si os parece podríamos hablar otro día) o el que nos ocupa, “El Cuerpo”. Este episodio se podría resumir así: Buffy llega a casa, encuentra a su madre muerta, llama a una ambulancia y a Giles, va a decírselo a Dawn, sus amigos las acompañan al tanatorio y el forense les dice que ha muerto de causas naturales. Oh, sí, al final sale un vampiro, pero es que no tiene ninguna importancia. Punto. Parece poco argumento para casi tres cuartos de hora de capítulo, pero, aún sin haber visto dos terceras partes de la sexta temporada y ningun capítulo de la séptima, puedo decir que este es, para mí, el mejor episodio de la serie.
Para empezar, encaja esto: en una serie donde todas las muertes son asesinatos, de repente (bueno, no tan de repente) uno de los personajes principales muere… ¡debido a un tumor!

Imagináos esto: os pasáis años luchando contra demonios, protegiendo a vuestra familia y amigos de ellos y a la vez temiendo que algún día alguno de vuestros enemigos se cebe con alguna de las personas a las que amáis. Pero no, cuando una de ellas muere, muere por causas naturales ¿Qué pensaríais? “¡Dios, no tiene sentido!”
Luego está la forma de rodarlo: nada de música ambiental, silencio cuando los personajes callan y sus voces cuando se deciden a decir algo, como si estuvieras ahí. El capítulo, además, está formado por sólo 4 o 5 escenas muy largas que te meten de lleno en el dolor de los personajes, en sus pensamientos, en su mellado sentido de la realidad: “No es posible que esto esté pasando. Así no. Así no.” Pero sí. Así sí, la vida es así. Estas cosas pasan cada día. Por desgracia, yo viví algo muy parecido hace apenas dos meses y era así. No tenía sentido. Seguro que si conseguías dormirte, al despertar todo volvería a ser como antes, porque lo que estaba sucediendo no podía ser. Hasta que despertabas y nada había cambiado. Ni tampoco al día siguiente. En fin…
Este episodio también define muy bien a los personajes: Cuando Xander y Anya van a buscar a Willow y Tara se ve perfectamente quienes de ellos son amigos de verdad y quienes son sólo las parejas de los verdaderos amigos. Esto no quiere decir que no lo sientan, pero Xander, Willow, Buffy y quizás Giles tienen un vínculo que los demás no tienen. Se respetan, se aprecian o incluso se quieren, pero jamás podrán entrar en ese círculo que quedó tan bien definido en el hechizo que usó Willow al final de la cuarta temporada cuando Buffy se enfrentaba al “Frankenstein” de la Iniciativa. Y eso queda perfectamente definido por una serie de miradas y gestos cuando los personajes se encuentran.
La reacción de Buffy al descubrir el cadáver es totalmente creíble: ya no es la Cazadora, es simplemente alguien que nunca había perdido a un ser querido y no sabe qué hacer, cómo actuar. Y lo primero que hace es llamar a su padre, claro. A su verdadero padre, Giles, no a su padre biológico. Luego está Dawn: Otra reacción muy normal, una reacción que, también por desgracia, algunos hemos visto: estás en clase, llega un familiar de un alumno y le saca de clase para contarle que su padre o su madre o su abuelo han muerto. Es probable que oigas los gritos, los llantos, desde el pasillo.
Luego viene la impotencia de todos: “Su madre acaba de morir, ¿qué hago para ayudarla?”
No puedes hacer nada más que estar ahí. Eres su amigo y éste es el peor momento de su vida, tienes que estar. Y sin embargo, te sientes tan impotente…
El médico dice que, aunque ella hubiera estado en casa, no habría podido hacer nada. Fue todo muy rápido. ¿Porqué, entonces, se siente tan culpable? Simplemente, por impotencia. No estuvo ahí cuando murió y por mucho que el médico lo diga, no sabe qué habría sucedido si hubiera llegado a tiempo.
Luego, la realidad: tienes que ver el cuerpo para creerlo. Aún podría ser una pesadilla, igual no está muerta. Igual se han equivocado. Porque esto no puede pasarme a mí.
Dawn va a ver el cadáver colándose en la morgue. Tiene que verlo porque no se lo cree. No puede ser. Y sí, entonces sale el vampiro, pero es una simple excusa para que Buffy acuda y que las dos hermanas se enfrenten solas a la cáscara vacía que poco antes era su madre.
“Ya no está”.

sábado, junio 25, 2005

Marvel Knights: 4F y Spidey

-MK: 4F 1: ¿Los cuatro fantásticos arruinados? ¿En el paro? No, si la idea no diré que no es original. Vale que debamos asumir que no vamos a leernos el típico cómic de superhéroes al uso, por mucho que en el título ponga 4F. Puedo aceptarlo e incluso contemplar la propuesta con simpatía. Si estuviera bien ejecutado, que no es el caso. Y es que no te puedes creer según qué cosas: Que se ningunee a los héroes que salvaron NY y el mundo no una sino en varias ocasiones; que el playboy de Johnny Storm no pueda conseguir ingresos de ningún tipo; que Ben aluda a la bronca que le va a caer por impedir un robo con violencia en mitad del descanso de su recién adquirido trabajo en la construcción. ¿Y qué decir de todas esas escenas en que pasa algo en un segundo plano al de la acción principal? ¿Que síiií, que ya sabemos que ese algo interferirá en lo que se nos está contando! Lo sabes en la primera escena y lo sabes en la tercera. ¿Por qué abusar de un recurso tan pueril? Además, por muy chungo que nos pinten la situación a la que se ha visto abocada la familia el resultado es que no te acabas creyendo prácticamente nada de lo que te estás leyendo. Una premisa original ejecutada torpemente y en torno a la cual se ha hecho toda una serie de superhéroes. Genial. En otro tiempo nos hubiéramos encontrado con un what if simpaticote de 24 páginas y yaxtá, todo el mundo tan contento.
Pero bueno, el cómic tiene momentos impagables. Así, Reed yendo a buscar a su hijo a la puerta del cole en lo que parece una fiesta de disfraces en toda regla, con un grupito de papás vestidos como si hubieran salido de un cuadro de época de principios del siglo XX entre los que brilla con luz propia el uniforme de los 4F. ¿Acaso Reed no tiene ropa de calle en su armario? Ah, claro, la excentricidad del genio. O Johnny, que para hablar con su agente no se le ocurre apagar sus llamas en toda su conversación, que por cierto discurre en mitad de un campo de golf. ¿Tan gilipollas es este tío? Joder, debería haber sido interpretado en la próxima peli de los 4F por Joey de Friends!! Más divertida, y posiblemente lo mejor del tebeo, es la escena en la que Sue ha de imponerse a sus alumnos en su recién conseguido trabajo como profe: También puedo hacer los objetos invisibles a voluntad, por ejemplo vuestros uniformes, con un solo pensamiento. Y dejaros desnudos. Delante de todos. Cosas como estas son las que hacen que casi te reconcilies con el tebeo. Casi.
MK: Spiderman 1: Más en la línea del cómic de superhéroes al uso se sitúa este tebeo firmado por un Mark Millar que, de momento, parece contenerse bastante. Yoyas con uno de los villanos clásicos del personaje, un recordatorio de lo ocurrido al trepamuros en relación a sus dos chicas favoritas, Mary Jane y su tía, y una situación límite para Peter que acaba en un cliffhanger en toda regla. Lo de siempre. Que sí, que se lee bien, cuando no están rajando de lo que ya sabes que ha pasado en la serie, momento que me pareció un poco coñazo. Pero en líneas generales el tebeo cumple.

Ronda de reseñas del Saló 4 (four)

Más. Lo queráis o no. Sufrid, porque yo he sufrido más.

-Face 1 (Félix Vega, Norma): Imaginad un mundo donde los freaks son personajes temerarios y provistos de una frialdad inusitada, donde el presidente de una gran corporación prefiere asesinar a su estrella televisiva antes que demandarla por vulnerar la exclusividad de su contrato, donde unos sicarios caracterizados como curas y que acaban de perpetrar un asesinato se ponen a gritar en plena calle Hijos de puutaaa cuando descubren que sus vehículos han sido arrollados por un furgón policial, sin preocuparse por esconder sus automáticas, para pasar finalmente desapercibidos ante las fuerzas del orden... Ambientado más o menos en nuestros días (o eso parece hasta ahora), nos encontramos ante una trama donde confluyen pelis porno, justicieros callejeros amparados en el anonimato, vampiros e intereses multinacionales. Junten una escasa coherencia argumental, combínese con desnudos gratuítos por aquello de que el vampirismo se presta a ello y ya tenemos un álbum mediocre que para colmo te deja a medio acabar llegados a su última página. ¿12 euros? Qué va, qué va, con la de cosas que se pueden comprar con ese dinero!

martes, junio 21, 2005

Sexo seguro (Bats & Robin dixerunt)


El es mi héroe
Usamos condón

Fantástica imagen que lanzó en su momento Abraço formando parte de su campaña de prevención del SIDA, y que creo que viene que ni pintado colgar aquí y ahora, habida cuenta de lo vivido en Madrid este fin de semana pasado. Srs obispos y demás ralea, por favor, tomen nota.

lunes, junio 20, 2005

Ronda de reseñas del Saló 3 (three)

Well, visto que últimamente las lecturas completadas han sido bastantes, y por aquello que siempre se me echa en cara la extensión de mis posts he resuelto, por una vez, acometer un post al modo del maestro Jaume.
Hala.
Criaturas de la noche (Norma): dos historias autoconclusivas, a modo de cuento, firmadas por Gaiman. Poco que decir, la verdad, porque son de lo más normalito (lo cual no es nada malo, habida cuenta que luego la gente lee esto y se creen que uno ya está diciendo que son malas). Lo malo es que las viñetas corren a cargo de Michael Zulli. O sea, malas noticias. Para muestra un par de botones: Texto de apoyo: El Gato Negro le saltó encima. La cosa es que el gatito de marras ya le había saltado encima hacía cuatro viñetas. Pero es que anteriormente leemos en otro texto la descripción del Diablo como un ser entre una hiena y un dingo. ¿Y qué hace el bueno de Zulli? Pues me imagino que desconociendo qué es una hiena y mucho menos un dingo se va al diccionario y como probablemente ese día era su día tonto va a parar a la s de serpiente y dibuja lo que dibuja, o sea, una serpiente rollo Imperio Cobra. Vale 9 euros el tebeo en cuestión, más o menos lo mismo que os costaría ir a vuestra librería preferida y compraros los cuentos de Edgar Allan Poe. Lo aprovecharéis más tiempo y quedaréis bastante más satisfechos.
El Ojo del Diablo (Antunes, Tirso y Montes; Recerca): Una historia de piratas que no llega a mediocre por mucho que el cuestionado traductor (no lo digo por este trabajo sino por otros), Sánchez Abulí, lo califique de relato ameno y trepidante. Todavía me pregunto porqué lo han titulado así, en base a una piedra preciosa presuntamente maldita que aparece a medio cómic y que no tiene peso alguno en todo el tebeo, que recae eso sí en su protagonista, uno de esos que no te crees ya a las cinco páginas. Impagable la actuación del capitán Kidd, de lo más absurda. Y es que qué más puede decirse de un cómic cuyo máximo atractivo lo constituye un espantapájaros con un coco por cabeza y ataviado con casaca y sombrero piratas?
Hiram Lowatt & Placido Dans 1: La rebelión de Hop-Frog (David B., C. Blain; Planeta Langostini): curiosa participación de David B. en una historia que por su ambientación, el más salvaje oeste americano, acaba resultando de un absurdo que recuerda cualquiera de los episodios de los Monty Python. A pesar de lo original de la propuesta (que no vamos a desvelar y que me pregunto cómo diablos se te puede ocurrir algo así), el ritmo de lectura me resultó lento, llegando a aburrir en según qué escena. Además, me quedo con el Blain de otras obras (Isaac el Pirata, sin ir más lejos).
Los combates cotidianos 2: Tantas pequeñas cosas... (Manu Larcenet, Norma): Estupendo álbum que viene a continuar la serie cuya primera entrega recibió el premio a mejor álbum de Angulême 2004. ¿Llamamos a esto slice of life? Lo cierto es que aún siendo más de lo mismo, un brillante retrato de las comidas de tarro de nuestro prota, un desencantado fotógrafo de guerra que trata de encontrar algo que le sirva para justificar y disfrutar su vida, el álbum supera a su precedente en coherencia argumental. Increíble la forma en que cohabitan y se plasman sentimientos tan opuestos como un humor desbordante y la más absoluta tristeza. Impactante por momentos. Y todo con un dibujo humorístico y expresivo que le aporta mucha frescura al conjunto. Recomendable al 100%. Lo único malo, el precio (16 euros).
La línea de fuego (Manu Larcenet, Norma): un what if que sitúa a Van Gogh, 24 años después de muerto y con dos orejas sanísimas (hay explicación, no os preocupéis), en primera línea del frente en la Primera Guerra Mundial, con la misión de retratar la guerra para los mandamases que no alcanzan a comprender el porqué de tanta desazón y baja moral entre sus tropas. Delirante y divertida premisa básica que acaba desvelándonos el auténtico horror de aquella guerra con pinceladas que beben de lo fantástico y lo mágico, todo un acierto que acaba sorprendiendo al lector. Para recomendároslo. La putada, otra vez, el cochino dinero (que por otro lado bien lo vale).
Sahrazad (Toppi, Langostini): Reconozco haber empezado a leer este cómic a desgana, poco convencido de que pudiera acabar gustándome. Afortunadamente me equivoqué. Gran adaptación de lo que viene a ser una selección de cuentos del clásico literario, bellamente ilustrada y eficazmente narrada por Toppi, quien además deja patente su voluntad experimentadora en este medio que nos toca, el cómic. Gran lectura y más que interesante ejercicio visual.
Giss. Crónicas de Magón 1: Los hijos de la cibercarne (Jarry, Lapeyre, Brants; Rossell): Thriller futurista deudor de Bladerunner, cuyo principal acierto es su atractiva ambientación. Por lo demás, fácil lectura y, en líneas generales, previsible. Una lectura de váter camuflada dentro de una presentación impecable; en el improbable caso de que al menos enganchara, lo cual, para qué nos vamos a engañar, no es así.
Nyx el regulador 1: Ambrosía (Corbeyran, Moreno; Rossell): Otro thriller futurista que, en cambio, al menos sí que engancha desde el principio. Y es que a su interesante ambientación, que bebe del género steampunk, le debemos sumar un protagonista que se sale de los parámetros que habitualmente asociamos al de héroe convencional, y una historia que se deja leer bastante bien. No es memorable pero cumple dignamente con su cometido de entretener.
La Mazmorra Festival 1: Una mazmorra de más (Sfar, Trondheim, Larcenet; Norma): Más de lo mismo, sólo que los he leído mejores. Y es que dentro de la irregularidad general aplicable a cada álbum de las distintas series, el cómic en cuestión tiene tres-cuatro chistes. No más. ¡Y no pasa practicamente casi nada! Larcenet al dibujo cumple con el tono de la serie al tiempo que aporta su toque personal.
Peleas de enamorados 1 (Andi Watson, Norma): Uno de esos títulos que debiera servir para poner de acuerdo a todos los fanáticos de los superhéroes por un lado y los del slice of life por otro que contaran con un mínimo de sentido del humor. Fácil y divertida lectura. Lo mejor: el gato hijoputa del protagonista.
AIDP: El alma de Venecia y otras historias (autores varios, Norma): Cuatro historias basadas en el equipo de Hellboy pero sin el cuernecitos, que se mueven dentro de la mediocridad general, por mucho que haya alguna que se desmarque un poco (la dibujada por Guy Davis). Lectura de consumo destinada a saciar la sed de los fans en espera que Norma publique lo nuevo de Mignola que, todo sea dicho de paso, sólo firma la última de las historias contenidas en el volumen presente y que apenas merece nuestra atención.


sábado, junio 18, 2005

¿Qué he hecho?

Nada mejor para pasar el fin de semana con una sonrisa en la cara que un cómic antiguo.
En este caso, os pongo una viñeta de un cómic de la Liga de la Justicia que alguien usa como firma en los foros de Newsarama.
Impagable, de verdad, pulsad sobre él para verlo mejor.


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Batman Begins Again

Lo que viene a continuación es una recolección de pensamientos e impresiones aleatorias acerca de la nueva entrega fílmica del Hombre Murciélago. Un estudio más sesudo y coherente sólo sería posible a partir de un nuevo visionado del largometraje, pero ahora mismo no me apetece pasar de nuevo por el potro de tortura únicamente para ofrecer un discursito más lógico que éste.
En efecto, no me ha gustado nada.

-Ey, tío, mañana en la tienda cuando nos pidan opinión uno que haga de poli bueno y otro de poli malo.

-Joder, ¿al Ducard éste por qué lo caracterizan como si fuera R’as al Ghul?

-Todo esto es muy bonito y pilla elementos de The Cult, Justicia Ciega y otras series de Batman, pero ¿por qué tengo la impresión de que no estoy viendo una película de Batman?

-Flash-backs. Están utilizando flash-backs. Alguien está empleando recursos cinematográfico literarios en una película destinada a ser una franquicia fílmica. Estaría contento sino fuera porque lo que me están contando me lleva a plantearme si...

-¿No se están pasando con la justificación ética, filosófica y matemática del personaje? ¿Es que nadie se espera que se va a convertir en Batman? ¿Cuándo empiezan las hostias?

-Dios, Carmine Falcone es el Jóker. ¿Por qué coño se pone a chillarle a Bruce Wayne y le saca una pistolita? ¿Cómo ha llegado un tío tan impulsivo y visceral a controlar el crimen organizado en Gotham?

-Estoy por irme.

-Esta escena ya la he visto en los cómics. ¿Dónde está el avance rápido?

-“¡Soy Batman!” ¿Soy Batman? ¿Otra vez la frasecita? ¿Un homenaje al primer Batman de Burton? ¿No cambia nada en 16 años?

-¿Qué hora es? ¿Cuánto dura este bodrio?

-¿Por qué nos estamos riendo en todas las escenas en las que nadie más se ríe?

-¿Por qué Gordon y la ayudante del fiscal del distrito tienen siempre la voz a punto de rompérseles? ¿Por qué parecen dos putas plañideras?

-¿Por qué los diálogos cuando duran más de dos frases parecen de presentador de telediario leyendo la pantallita? ¿Y por qué son tan tópicos y tan malos?

-Parásitos como Goyer y Loeb no merecen tocar ni el boli con el que Miller escribió Año Uno. Por no hablar del lápiz de Mazzucchelli.

-Ah, vale, Ducard es R’as al Ghul. Felicidades.

-Esta escena ya la he visto en los cómics. ¿Dónde está el avance rápido?

-Guau, sabía que merecía la pena quedarme: Alfred soltando tacos. Por Dios.

-Me aburro.

-¿En Hollywood te obligan a repetir la mitad de las frases del guión en momentos clave a lo largo de la película? ¿Si no lo haces te echan del gremio de guionistas?

-Y ahora viene cuando le cuenta a Rachel que él es Batman, ¿no? ¡Acerté!

-¿No se suponía que el gas del Espantapájaros instilaba el miedo en quien lo inhalaba? ¿Por qué todo el mundo ataca a Batman en lugar de huir despavorido?

-Esta escena ya la he visto en los cómics. ¿Dónde está el avance rápido?

-Ey, esto no lo había visto nunca en un cómic: Gordon pilotando el Batmóbil. Esto es buena señal, ¿no?

-Estooo... ¿quién hace de poli bueno mañana?

Mirad la parte positiva: después de leer esta crítica tan destructiva la película no os parecerá tan mala. Agradecédmelo.

jueves, junio 16, 2005

Unos cuantos cómics buenos...

... o no.

CINEMA PANOPTICUM (Thomas Ott): historias con chiste final de resultados dispares (las mejores las dos primeras). El dibujo: personal, diferente, atrayente y brillante.
ULTIMATE ELEKTRA (Carey y Larroca): maquinal y burocrático como pocos y aún así superior a la primera miniserie con guión de Rucka. O eso creo. Tampoco es para devanarse los sesos intentando buscar diferencias.
CONAN LA LEYENDA (Busiek y Nord): se toma su tiempo para recontar las historias originales del bárbaro, pero el viaje merece la pena. El color tapa los muchos defectos del dibujante (aún así a años luz de su primeriza labor en el Daredevil de Kesel), haciendo que el apartado gráfico parezca más brillante de lo que realmente es.
LAS CRÓNICAS DE CONAN (Thomas y Smith): muy irregular, pero con algunas historias de fantasía que merecen bastante la pena. Smith no parece el mismo dibujante según el número que dibuja, pero cuando acierta tiene algunas imágenes, diseños o secuencias que son realmente espectaculares. ¿El recoloreado infográfico de esta edición? ¡Aaaaaaaaaaaaargh!
LA ZONA GRIS (Brunswick y Romita Jr.): bla, bla, bla. El cómic es un medio visual, amigo Brunswick. Y para leer una historieta decente de ángeles, demonios y limbos os recomiendo Midnight Nation o, incluso, el Hellcop de Casey.
LOS JÓVENES DIOSES (Barry Windsor-Smith): surrealista, aburrido, divertido, original... este artefacto artístico, que camina por la fina linea entre la diversión y la parida, no te dejará indiferente. Y que llorón es Barry Windsor-Smith, por amor de Dios.
RELOAD (Ellis y Gulacy): no sé si es mejor que Tokyo Storm Warning y MEK y, la verdad, no creo que merezca la pena darle muchas vueltas al asunto. Hay episodios de la desigual Global Frequency que están mejor que esta miniserie.
RED (Ellis y Hamner): lo mismo digo.
SHADE (Milligan y Bachalo): un tebeo original, interesante y que vale mucho la pena, con un Bachalo irreconocible. Y comprensible.
AVENTURAS DE BATMAN (Varios): no es la mejor encarnación de la serie de animación en cómic, pero aún así es un buen tebeo, mucho mejor que el Silencio o el Dark Victory de turno. Y el siguiente tomo es aún mejor.
KYLE BAKER CARTOONIST (Kyle Baker): leed las cinco primeros páginas. Si os divierten os hará gracia el resto. Si no... Lo mejor las lecciones de autodefensa del pequeño Ike. Y que conste que a mi Baker, dejando a un lado Por qué odio a Saturno, no me suele gustar mucho.
POWERLESS (Cherniss, Johnson y Gaydos): soso, soso, soso. La sorpresa final... después de tantas páginas de aburrimiento, como que da un poco igual, ¿no?
PUNISHER EN EL PRINCIPIO (Ennis y Larosa): una historia cruda y certera, que prescinde del humor gilipollas que Ennis había ido cultivando en la anterior singladura de la serie. No es el mejor Ennis, pero la historia está bien estructurada y se lee bien.
EL ESCAPISTA (Varios): un divertimento muy, muy menor. La premisa da para bastante más, pero las celebridades invitadas (incluyendo al propio Chabon, creador del personaje) se limitan a hacer historias de cumplir medianamente y punto.
ANVIL (Marc Viaplana): la historia está demasiado alargada y tanto el desarrollo argumental como la narración en viñetas son demasiado confusos.
EL CLUB STÉREO (Bourhis y Spiessert): entretenido. Gran análisis, ¿verdad? Divierte y... er... Mejor lo dejo.
PELEAS DE ENAMORADOS (Andy Watson): romance, superhéroes y un gato cabrón. Una mezcla original y divertida.
REMAINS (Niles y Dwyer): irregular, arrítmico, hinchado y repetitivo como un zombie. Vamos, como todo lo que escribe Niles. Y con todo es mucho mejor que su...
ÚLTIMO TREN A DEADSVILLE (Niles, Templesmith, Jones): que es una mierda pinchada en un palo (a estas alturas no me voy a inventar más tonterías que decir sobre las chorradas de Niles).
FINALS (Pfeiffer y Thompson): de factura más que correcta... pero te tiene que ir el tipo de humor negro que explotan los autores. A mi no me va, aunque supongo que ya lo imaginabais.
AIDP EL ALMA DE VENECIA (Varios): cinco historias que van desde lo mediocre a lo mínimamente decente. Y todas ellas tópicas hasta la médula. Si Hellboy no lo dibuja Mignola...
ESPADA DE DRÁCULA (Varios): diría que tiene nivel de fanzine, pero hay fanzines que son buenos. Un auténtico horror.
WHITEOUT MELT (Rucka y Lieber): eficaz y competente.

miércoles, junio 15, 2005

Love Figths

Norma nos presenta en un tomito la recopilación de los seis primeros números de la serie "Love Fights" o como se a traducido aqui "Peleas de Enamorados" del autor Andi Watson.
La verdad es que hasta que lo he visto en la tienda no sabia que existiera este comic y por su titulo y por lo que ojeé me llamó la atención.
De entrada el dibujo no es un dibujo espectacular, sí en cambio es muy simple con un cierto aire de linea clara y dibujo roto que me recuerda al de Hicksville y creo que para lo que nos cuenta el autor y como lo cuenta es adecuado y hasta facilita la lectura del comic.
En cuanto al guión, diria que es una historia de personajes cotidianos y sentimientos, edulcorada con ciertos toques de superheroes. La estructura de la historia es correcta con lo que el autor consigue que se lea de un tiron y que al acabar el tomo te quedes con ganas de más.
Hay tambien guiños al mundillo del fandom y si sabes leer entre lineas veras como hay personajes que recuerdan a ciertos autores del mundo del comic (eso sí, con alguno "el entintador" se pasa mucho).
En fin, uno de esos comics que se leen con agrado, te reconcilian con el medio y que son una sorpresa agradable despues de haber leido cosas como "Ultimate six".

martes, junio 14, 2005

De la Reportera a Toy Story 3

Daniel Martín Peixe es ante todo un buen amigo y un genial profesional de la ilustración y la animación (ya sea tradicional o en 3D). A nuestro antiguo programa de radio vino dos o tres veces y fue uno de los dos autores que estuvieron en el último programa (como gran colofón). Bien pues, en este blog http://lomioestuyo.blogspot.com/ se le hace una pequeña entrevista en la que nos sorprende con sus futuros proyectos.
¡Suerte Dani! ¡Que las cosas te sigan yendo tan bien como te estan yendo!

lunes, junio 13, 2005

Otro punto de vista (un Saló… diferente)

Pues sí. Ya he vuelto de Barcelona.
Esta vez ha sido diferente: llegué al aeropuerto de Barcelona con dos horas de retraso, y a Barcelona más tarde aún. Cené a las 2 y media de la mañana. Casi no dormí y encima cuando me debía haber levantado me quedé dormido. Me pasé el 85% del tiempo que estuve en el Saló trabajando en un stand (el de Dolmen, para más señas). No ví ninguna exposición ni asistí a ninguna charla. Me han salido ampollas en los pies. No he visto a ninguno de los autores extranjeros (a Brubaker le ví el sombrero, pero eso es todo). Estoy rendido… pero ha sido el mejor Saló de mi vida.
Supongo que con esto os haréis una idea del tipo de post salonero que estoy escribiendo: nada de noticias, nada de mesas redondas, nada de expos, nada de “es mejor que la estació de França”, nada de quedadas… Pero mucha gente.
No es ningún secreto que soy el “tipo impasible” de las tiras de Guillem March en el Dolmen, pero, la verdad, es increíble la cantidad de gente que me saludó y me reconoció por ello. Al principio me daba hasta vergüenza, pero gracias a ello conocí a muchas personas que sólo conocía por email, por teléfono o por los foros de internet, así que no me quejo, pero bueno, tampoco lo escribo por eso, sino porque ese dibujo de Guillem se ha convertido en el primero…de tres. Y es que tanto David Ramírez como Marc Viaplana tuvieron a bien hacer su versión de esa caricatura (que acompañan a este texto, faltaría más) en la dedicatoria que me escribieron en sus cómics. Por supuesto, espero que el número de versiones aumente en años venideros, que me ha entrado el gusanillo (y bueno, también tengo un dibujo de Kenny Ruiz, pero es diferente, porque lo que realmente quería que me dibujara era a Lluvia de El cazador de rayos tocando el violín, y eso es lo que me dibujó).


Hasta aquí, el post es una excusa para colgar los dos dibujos, cierto, pero estando al otro lado del mostrador asistes a una serie de anécdotas que de otra forma no habrías podido ver, y a eso es a lo que voy:
• Ví a dos niños discutiendo sobre si Vicente Ramírez, autor de La Biblia de Dragon Ball, era el padre o el hijo de David Ramírez.
• Conseguí con una mirada que una inocente niñita dejase de maltratar un cómic y huyera despavorida.
• Recibí mi chapa de ADLO! y conocí en persona a algunos de sus más ilustres miembros.
• Me asombré al ver como esos mismos “miembros” (ustedes ya me entienden) insistían en que mi compañera Azahara, rotulista del B3, les hiciera un dibujo de un saltamontes-cucaracha (tocando el violín, si no recuerdo mal) en el mismo B3 antes incluso de que David se lo firmara. Y ella acabó dibujando.
• Mi asombro creció aún más cuando Azahara, misteriosamente, consiguió que algunos de esos “elementos” compraran más de un ejemplar del susodicho cómic (sí, ya, que no eran todos para el mismo, claro, bien…). Más información sobre el tema en el blog de ADLO!

• Contemplé a Enrique Vegas pedirle casi de rodillas a un niño que le dejase firmar su cómic: “¿Porqué me lo quieres firmar?” “Es que soy el dibujante” “Sí, claro, entonces eres Enrique Vegas, ¿no? Seguro, claro….” “Pues sí”. La situación se complicó aún más cuando Vicente García tuvo a bien llamar “Pedro” a Enrique (totalmente adrede), pero vaya, al final consiguió firmarlo.
• Aguanté impertérrito los gritos de las hordas de groupies de Kenny Ruiz.
• Estuve escuchando la canción de Marco (sí, la del “puerto italiano”) horas y horas y horas y horas y aún no he llegado a odiarla.
• Ví a las azafatas de Norma (han conseguido que me replantee mi aversión a las camisetas naranjas).
• Entré en el stand de Planeta sin que me precintaran la bolsa que llevaba (sí, para ello salí del stand, pero por lo que me han contado lo que conseguí fue toda una proeza).
• Me quedé sin la camiseta de “100.000 lemmings no pueden estar equivocados”.
• Se puede vender un cómic por su rotulación o una revista por su maquetación. O al menos intentarlo.
• Me sorprendí al darme cuenta de que, para la mayoría de los interesados, “Dragon Ball” y “libro” no son compatibles. O lo que es lo mismo, algo que ponga Dragon Ball en la portada y que tenga más texto que imágenes provoca rechazo absoluto.
Y, en fin, hay “cienes y cienes” de cosas más que me divirtieron muchísimo y que compensaron todo lo demás, pero es que ahora mismo no las recuerdo. Y tengo tanto sueño…

domingo, junio 12, 2005

Ronda de reseñas del saló 2 (two)

Nah, nada mejor que empezar el festival de humor con el álbum John Lord (Planeta Langostini). A ver si lo he entendido, la cosa va rollo Se ha escrito un crimen, con la salvedad de que al menos la Fletcher se lo curraba y en su serie pasaban cosas. Y es que aquí ya podemos hartarnos a pasar páginas sin ver que no sólo no evoluciona la acción apenas, sino que además nos regalan una escena tras otra que no aportan nada (nothing, cero) al desarrollo de la trama. Añadamos que los dos protas parecen estar más interesados en dejar constancia de que entre ellos existe una patente tensión sexual o en discutir sobre el liderazgo de una organización presumiblemente gubernamental de dudosa finalidad (elucubración personal al 100 %: o los autores ya hablaron de ella en otro álbum que desconozco/no ha sido publicado por estos lares o bien han tenido el detalle de dejarle al lector que se lo imagine o, finalmente, lo explicarán en un segundo álbum). Pero es que incluso en lo que a la investigación del misterio que nos ocupa, unas muertes conectadas con un patrón criminal común, al lector no le resulta muy complicado averiguar más o menos quien es el culpable (te lo dejan bastante claro, o eso parece), quedando sólo envueltos en sombras las circunstancias que condujeron a perpetrar el crimen (porqué, cómo, etc)... información que para qué os voy a engañar, acaba por importarte bien poco después de ver cómo los protas no se enteran de nada de lo que está pasando, y cuando averiguan algo es por una providencial carta traída por uno de esos secundarios sacados de la manga. Triste, en efecto. ¿Querrá decir algo que casi todo lo que sacamos en claro de los crímenes lo sacamos de leer no más de cinco páginas? (el tebeo tiene 56). Finalicemos no sin aludir a lo insufribles que son los personajes principales, al aburrimiento general que reporta leer el álbum, soso en líneas generales. Vamos, que hay decenas de tebeos mediocres que valen más la pena que éste y los 11 euros que cuesta.
Entonces voy y me leo La Hermandad Blackburne, más Langostini, firmado esta vez (perdonadme si no he dicho quiénes eran los autores del anterior tebeo, pero es que hay cosas que prefiero olvidar) por Fabian Nicieza y dibujado por Stefano Raffaele. Vaya cambio! La historia comienza enganchando, no es un dechado de originalidad ni mucho menos (es más, no dejo de pensar en Delano, John Constantine y un poco en Stephen King), pero se deja leer bien... hasta que se nos desvela de qué va todo, y no sé... como que pierde bastante la gracia, por mucho que se nos demarque el Nicieza con un final como el propuesto. En realidad creo que no hacían falta tres comic-books para contarnos algo que puede hacerse en sólo uno. Lo mejor del cómic, el que nos engañen diciendo en la contraportada que es Una historia distinta a cualquier otra que hayas podido ver en un cómic (...) una amena e inteligente mezcla entre Umberto Eco, Jorge Luis Borges, J.R.R. Tolkien y J. K. Rowling (¿cómo puedes juntar en la misma frase a la Rowling con Borges?). Ah, y la coba que le da Darick Robertson en la introducción. 7.50 euros más que os podéis ahorrar.
Afortunadamente Mildiu cae en mis manos. Lewis Trondheim (sip, el de la Mazmorra), Burz Cómics. Con un argumento tan simple como una persecución entre sus dos protagonistas (un gato en el papel de un dictador que ve como el trono que usurpó en su día es reclamado por el ejército de su legímitimo rey entre cuyas filas se esconde nuestro co-protagonista, un conejo de ingeniosa lengua) por todas las plantas de un castillo, Trondheim consigue nuestra sonrisa cuando no la carcajada. Es irregular, sí, pero hay que admitir que ante su premisa y la extensión del tebeo (¡140 páginas!) es algo a todas luces inevitable. Pero el nivel alcanzado es satisfactorio, con escenas de envidiable consecución (¿alguien ha visto estallar un carruaje de caballos al ser alcanzado por una bala?), no sólo como divertimento sino también a nivel gráfico, evidenciando la faceta experimentadora de este autor. De lo mejorcito leído hasta el momento. Su precio, 10 euros. Para fans de Trondheim, amantes de los Monty Phytons, y todo aquel que quiera pasar riendo 20 minutillos (sip, lo malo, que se lee muy rápido).
Más barato es, en cambio, el Conan de Kurt Busiek y Cary Nord, 1.90 euros por dos números (el primero, el cero, tiene menos páginas ya que viene a ser una especie de preludio donde Conan sólo es nombrado por dos personajes que viven muchos años después de su muerte y que, curiosamente, vuelven a aparecer en la serie allá por el número 15 USA, advirtiéndose la voluntad de Busiek de conferir esa aspecto unitario que durante tanto tiempo todos los fans de Conan le habíamos exigido a la serie). Oh-oh, acabo de destaparme como fan de Conan (ya sabéis, a partir de ahora poned todo lo que diga sobre esta serie en entredicho). Busiek está obteniendo un resultado aceptable en la serie (y con ello ya os avanzo lo que tiene que venir).¿Por qué? Well, para empezar el tío ha decidido seguir adaptando historias clásicas de Howard, lo cual ya le honra, añadiendo cosillas de su propia cosecha a fin de ligar las historias entre sí (aquí hasta veremos números enteros , a modo de fill-in, dedicados a la infancia y juventud del personaje). El resultado, un Conan coherente, al que vemos crecer y evolucionar en función a todo lo que le pase. Esa dimensión cronológica a la que aludí unas líneas más arriba. El principal fallo que le he encontrado a Busiek es que dilata la acción: lo que Thomas te podía hacer en 24 páginas, Busiek lo hace necesitando dos cómics-books más. Algo que no tiene que ser necesariamente negativo, pero acaba dándote la sensación que en las sagas parece que apenas pasan cosas en cada número (aunque no siempre es así). Pero en líneas generales asistiremos con esta serie a una recuperación y puesta al día del personaje que ya le iba siendo necesaria, responsabilidad que Busiek comparte con Cary Nord, dibujante espectacular al que le debemos un diseño francamente atractivo por lo que a concepción de personajes se refiere. Nord no usa tinta y en ocasiones aboceta en exceso (fijaos ecuando dibuja masas de personajes), pero el resultado obtenido es más que aceptable y a todas luces personal y distintivo. Para fans de Conan, amantes de la espada y la brujería y en general, para todo aquel que disfrute con un cómic de aventuras.
Mañana más (si el tiempo me deja).

viernes, junio 10, 2005

Ronda de reseñas del Saló 1 (one)

Porque vosotros lo valéis, y como no vale la pena pagar según qué por según qué novedad del Saló, ¡demos por inaugurada la ronda reseñera! ¡Ahí va mi desafío al resto de pobladores de este blog!
Empecemos por Red y Reload, ambos de Warren Ellis. Del primero lo único que puedo decir es que cuenta con una trama de lo más simple (agente de la CIA, especializado en opas negras y retirado del servicio es reactivado cuando su recién nombrado superior decreta su eliminación; el resto es de imaginar: una carrera encaminada a acabar con las vidas de sus ex-jefes), se lee más o menos bien. De todas formas no nos engañemos, tampoco hay tanto qué contar, teniendo en cuenta que la base del cómic es el retrato de su protagonista y punto. Sin él no hubiera habido este cómic. ¿Y tres números para contarlo todo? Bueno, aceptamos barco, no?
Por otro lado, doy gracias a Ellis por Reload. Cómics como éste te recuerdan que también él es capaz de escribir mierda como otro cualquiera. Volvemos al tópico del agente que se vuelve contra el gobierno de su país, aunque en esta ocasión es fruto del desengaño resultante de averiguar que quien mueve los hilos del poder es, ni más ni menos, que la mafia (¡oh-verdad-revelada!). Y como la agente en cuestión tiene su pizquita de dignidad y todavía le presta algo de importancia a lo moral pues nah, se dedica a desenmascarar a los culpables y, de paso, pos no sé, gasear unas cuantas comisarías con sarín..¿por qué no? Un argumento que, en efecto, va ganando en el terreno del absurdo y el delirio más absoluto a medida que vamos pasando página tras otra. Una perla entre tantas: [agente secreto que acaba ayudando a la chati-rollo-punisher- enfundada-en-ajustado-modelito-de-cuero] Quiero saber por qué una organización criminal quería controlar la Casa Blanca. Entre esto y el que al servicio secreto se le pasara por alto una fantástica terracita desde la cual cualquiera le podría volar la cabeza al presidente de los USA (aquí uno hubiera preferido que la víctima en cuestión hubiera tenido un rostro conocido.. no sé.. Bush Jr sin ir más lejos) el cómic garantiza diversión asegurada...por lo malo que es, por supuesto. Colabora en esta labor el macarrilla de Paul Gulacy, con escenas de acción que rayan lo incomprensible, aderezadas con caretos risibles y sobre todo cuero, mucho cuero (¿no os acabo de decir que el tipo es un macarrilla?).
Luego no sé en qué diablos pienso y empiezo a leerme el tomo de Tormenta: Arena. Y a media lectura acabo deseando haber seguido desde el principio la colección de X-treme X-Men, lo cual no es el caso. Y recuerdo quién es su guionista, papá patrulloso Claremont. Dios, cuánto texto de apoyo innecesario. ¿Quién me mandaba a mí...? El aburrimiento resultante de que tarden en pasar cosas sumado al hecho de no enterarme de una mierda de lo que está pasando (la mini está ubicada dentro de la propia colección de los X-treme) y que no reconozco a mi Tormenta me obliga a dejar de leer, y empiezo a pasar página tras página fijándome tan sólo en los dibujines del Kordey, cuya trabajo es digno de destacar. Para seguidores de los mutativos.
Cambio de tercio: manga. Llamada perdida. Reconozco no haber visto la peli, pero su adaptación sobre papel me deja claro que hay muchas otras películas para dedicarles el tiempo que dure la cinta en cuestión. Aburrido y confuso como pocos, pasa a engrosar la pila de ilegibles que han contribuído a la deforestación de nuestro patrimonio boscoso. ¿Os creeréis que tuve que releerme tres veces dos páginas para saber de qué muere exactamente uno de los personajes? Por supuesto, la relectura fue infructuosa. Y no sólo el dibujante es una nulidad narrando, es que además ni por asomo consigue intranquilizarte y mucho menos asustarte, que es lo que se supone que tiene que ofrecer un cómic presuntamente de terror.
Un poco más de éxito en este último sentido lo consigue La serpiente roja, de Hideshi Hino, publicado por La Cúpula. Y cito aquí el nombre del autor por aquello que le había precedido cierto prestigio por estos lares, aunque tras la lectura íntegra (esta vez sí) de este tomito uno osa ponerlo en entredicho. El argumento tiene un inicio de lo más prometedor, con un crío que desea huir de la casa en la que ha vivido recluído desde su nacimiento, compartiendo espacio con su familia, un reducido círculo dominado por la demencia. El cómic se dedica a describir a cada uno de los integrantes del núcleo familiar, recalcando sus excentricidades y filias de lo más enfermizas, sin cortarse en los aspectos más truculentos y desagradables. En paralelo, encontramos una trama que acaba confluyendo en la principal, y que está constituída por el misterio que parece ocultar una sección de la casa cuya entrada ha sido clausurada por un espejo que hace la función de sello contra el mal. Aunque el cómic se deja leer bastante bien, cuenta con ideas interesantes (estoy pensando en toda una vertiente que bebe de lo onírico...o eso quiero creer para mi bienestar mental) e incluye un epílogo del propio autor relatando un examen rectal (¿?), me ha acabado disgustando el peso otorgado al gore (nunca he sentido interés por el género salvo en aquellos casos en que se toma a broma) y algunos elementos de la trama que casi calificaría de gratuítos. Eso y que acabé diciendo una vez finalizado: vale, y yaxtá? No sé, me había esperado algo más después de lo que había leído de este tío.

miércoles, junio 08, 2005

Lecturas atrasadas

LAS AVENTURAS DE LUTHER ARKWRIGHT (Brian Talbot): un ejercicio narrativo excepcional y una aventura épica más que interesante...
CORAZÓN DEL IMPERIO (Brian Talbot): continuada en esta secuela bastante más floja, pero con dibujos muy bonitos.
MAGE EL HÉROE EL DESCUBRIMIENTO DEL HÉROE (Matt Wagner): un guión lógico y riguroso, que sin llegar a ser frío está falto de garra y se hace aburrido.
MAGE EL HÉROE EL HÉROE DEFINIDO (Matt Wagner): una repetición mejorada de la anterior serie a todos los niveles, pero que no explota apenas el imaginativo entorno en que se desarrolla.
EDAD DE BRONCE LAS MIL NAVES (Eric Shanower): impresionante dibujo, exhaustivo guión, pero de desarrollo en exceso lento. Para los aficionados al tema una absoluta fiesta.
MUNRO (Jules Feiffer): muy bien.
ADOLF (Osamu Tezuka): err... es entretenido, err... está muy bien narrado, err... me pareció tan predecible y matemático en su ejecución que lo dejé al segundo tomo.
CONCRETE EXTRAÑA ARMADURA (Paul Chadwick): de mayor quiero narrar de forma tan fluida e imaginativa como Chadwick.
CONCRETE KILLING SMILE (Paul Chadwick): idem.

sábado, junio 04, 2005

Me encantan los cómics

Oscuro misterio más allá de la memoria...

LOS COMBATES COTIDIANOS (Manu Larcenet): un slice of life no demasiado memorable y una notable decepción. No, no me ha llegado. Lo siento.
RABIOSO (Baru): en cambio, ha sido una sorpresa. La trama no deja de ser típica, pero el autor lo suple con una expresividad y unos recursos historietísticos remarcables.
LA AUTOPISTA DEL SOL (Baru): lo cual puede decirse también de esta obra.
BATMAN CIUDAD ROTA (Azzarello y Risso): para contar una historia que el equipo creativo de turno de Batman Adventures habría realizado, y mejor, en un solo número, Azzarello necesita seis. Los diálogos crípticos y la trama incomprensiblemente enrevesada són sólo un aperitivo para su Superman, el cómic que te hará sangrar.
BATMAN SILENCIO (Loeb y Lee): vehículo para el lucimiento de Lee, pésimo guión hilado por una trama de supuesto misterio cuyo predecible final además es escamoteado de mala manera. A destacar la nula gracia y el inexistente desarrollo de las situaciones supuestamente trascendentales para la serie (la relación Batman-Catwoman, la redención de Dos Caras, etc.)
ARCHIVOS SUPERMAN 1 (Siegel y Shuster): un clásico del humor absurdo. Memorable el episodio en que el último hijo de Krypton combate los accidentes de tráfico destruyendo los vehículos de los infractores.
EL NIÑO (Perrisin y Pavlovic): un telefilm de sobremesa para marujos. Podría ser para marujas, pero las dos páginas de desnudo femenino inclinan la balanza hacia el otro lado.
WEËNA (Corbeyran y Picard): ¿sería injusto repetir aquí lo que dije en mi anterior reseña sobre el Hijo de la Tormenta? Sí, porque Weëna es aún peor. Impagable la escena del suicidio del padre de la protagonista. ¿Alguien me la explica?
ROCK MASTARD (Boucq y Belkrouf): una aventura anodina sazonada con humor absurdo, que, lo habéis adivinado, a mi no me ha hecho puta gracia.
NICOLÁS EYMERICH INQUISIDOR (Zentner y Sala): la historia no está mal, pero la ejecución peca de sobria y excesivamente solemne.
EL MERIDIANO DE LA BRUMA (Juszezak y Parras): según un texto en la página de créditos esta mediocridad absoluta pertenece al género steampunk, pero yo diría que ambos guardan tanta relación como un chupa-chup con la deuda exterior argentina.
MAYAM (Desberg y Koller): espero sinceramente que los autores no hayan tardado más tiempo en realizar este álbum del que yo he tardado en leerlo.

...eterno, ácido batir de la quimoción, nutriente y voraz.

Remains

No me lo puedo creer: ¿Un cómic de Steve Niles que vale la pena leer? El de Remains es el típico argumento de terror donde una humanidad diezmada por un catástrofe apocalíptica debe luchar por sobrevivir en un mundo donde los zombies campan y devoran a sus anchas. Lo hemos visto repetido mil veces en cine, libros, cómics y videojuegos hasta llegar a hartarnos, por lo que cuando leemos algo que se sale de los tópicos o que al menos nos ofrece una vuelta de tuerca más no podemos más que parar un momento y decir...¡Hey! (que es más o menos lo que dije cuando empecé a encontrar elementos en este Remains que le proporcionan un poco de originalidad y vidilla al conjunto).
Gran parte de la gracia del tebeo reside en la pareja protagonista (ella una zorra de más que dudosa moralidad, él un capullo de pocas luces) que debe resisitir al embate de las legiones de no-muertos en un casino de Reno, Nevada. Y es que la relación existente entre ambos personajes, enmarcada en una situación como la que están viviendo no deja de proporcionarnos diversión asegurada a lo largo de todo el cómic. Añadamos que todos esos zombies que se agolpan en las calles no obedecen al prototipo, tan manido, que estamos acostumbrados a ver (y no digo qué les hace tan especiales a fin de no reventar parte de la gracia que tiene el tebeo). El ritmo con que se cuenta la historia es fluído, y creo poder afirmar que es capaz de engancharte de principio a final. Puro entretenimiento, que es de lo que se trata en un cómic de este tipo (así que olvidaos de reflexiones filosóficas rollo DellaMorte DellAmore, peli de la que ya os hablé hace unos días). Respecto al dibujo, de Kieron Dwyer, es más que aceptable, y acompaña a la perfección lo que se nos está contando.
Nah, que cuesta creer que un guionista como Steve Niles (capaz de grandes bodrios como 30 días de noche o Criminal macabre) pueda haber firmado este cómic.
Y si de poder pegas se trata, quizás el hecho de tener que pagar 11.95 euros. A ver, entendedme. El cómic lo vale, por supuesto (es una mini de cinco números, a color, recopilada en una edición que cuenta con introducción y biografías de los autores, con lo que Recerca ha encontrado un precio bastante ajustado a lo que está ofreciendo), y más si sóis devotos seguidores del género de terror. ¡Pero es que esas más de 100 páginas se leen a una velocidad endiablada, en consonancia con lo que se nos está contando! En resumidas cuentas, no sé qué demonios estáis haciendo, todos vosotros que flipásteis con el remake de Amanecer de los muertos y os partísteis el culo con Shaun of the Dead, que no os habéis comprado todavía este cómic. ¡Joder, devoradlo!

jueves, junio 02, 2005

El bruto (the goon) de Eric Powell

Es divertidísimo leerte la introducción de este tomo, donde un Eric Powell (el creador del personaje/serie) ultracrítico consigo mismo agradece al lector su confianza por comprar lo que él mismo califica como basura. Pero contextualicemos dicha declaración: Powell califica como basura estos tres primeros números de la colección, la totalidad de la primera serie existente sobre el personaje, en vistas de lo que vino a continuación.
Con semejante aperitivo previo a la degustación del tebeo uno no puede más que admitir que tenía sus reservas ante lo que se avecinaba, aunque la impresión final no resultó siendo tan negativa como inaginaba.
Por partes, El Bruto parte de un planteamiento original y extravagante: ambientado en lo que bien pudiera ser unos USA de finales de los 20 o principios de los 30 en tanto que bebe de la estética propia de la serie negra, incorpora un elemento discordante y extraño, que no es otro que la existencia de zombies como miembros integrantes de una banda de mafiosos, cuyo líder se nos presenta como el enemigo declarado de nuestro protagonista, un armario ropero de dos por dos que no recibe su apodo de forma gratuíta, ni mucho menos.
Por lo que toca a las tramas, poco puede decirse que se salga de las inevitables peleas a mamporros insertas en argumentos sencillos que más parecen una excusa para que el prota y su inseparable compañero psicótico se dediquen a hacer gala de un sentido del humor que oscila entre lo negro y lo fácil, aunque se advierte una preocupación por sentar el origen del personaje ya desde un principio que viene a enlazar con la premisa de una de las historias que componen el volumen. De todas formas, es en las "tiras" cómicas incluídas al final del tomo (más que tiras son chistes diseñados en viñetas y a página completa) donde encontramos la mejor expresión de ese humor de Powell al que ya hemos aludido. Si os gusta este tipo de humor, que se recrea en la violencia como mero divertimento, rayando en lo truculento ocasionalmente, estáis de enhorabuena, éste es vuestro cómic; en caso contrario, podéis ir dejándolo en su estante.
En cuanto al dibujo, del que reniega Powell, hemos de decir que tiene un nivel más que aceptable, oscilando entre el realismo y la caricatura. Curioso es el estilo de Powell que recuerda vagamente al Spirit de Will Eisner o a Wally Wood, aunque como personaje en sí bien pudiéramos compararlo con el Hellboy de Mignola.
¿Recordáis con una sonrisa en los labios al Lobo de Navidad Paramilitar? Probad con esto.

miércoles, junio 01, 2005

Mutativos de la mano de Morrison y Vaughan

Advertencia: Quienes no hayan leído New X-Men hasta el 109 y Mística hasta el 3 (y esperen hacerlo un día u otro), un consejo: No os leáis este post. Vosotros mismos, pero no se expedirán compensaciones por daños y perjuicios.

No soy fan acérrimo de los mutantes. Pero uno de los primeros cómics que debí leerme era una Patrullosa, así que supongo que por poder hablar sobre el tema creo que puedo. Dejaremos mi relación con los mutantes para otro momento en que al menos haya dormido seis horas y no tres (si es que llega) como es el caso presente, para muy rápidamente dejar constancia de lo que han significado mis últimas dos semanas leyendo los New X-Men del Morrison y la Mística del Vaughan, que los tenía ahí en el tintero como deuda de obligado cumplimiento.

Empecemos por el amigo Morrison, que se ha ocupado en llenar mis horas de insomnio de esta noche. Una lástima comprobar cómo una etapa que prometía bastante se echa a perder miserablemente. Y es que ante un principio en el que nos sorprendíamos al ver a los personajes de siempre contemplados como nunca antes los habíamos visto, enfrentados ante situaciones que costaba creer e introduciendo conceptos más que interesantes poco abordados en los cómics de superhéroes al uso, finalmente hemos ido a parar a una situación que no sé vosotros, pero a mí me recuerda a un What if de los de antes (y pensemos que aquella colección sólo necesita un comic-book para contarnos una de sus historias alternativas), porque, para qué vamos a engañarnos, ¿alguien cree que la serie se quedará donde está, después de todo lo que ha pasado? Es a todas luces imposible, así que no sé, yo ya espero que el Fénix haga acto de aparición y acabe restaurando todo lo que se puede restaurar o-yo-qué-sé (y os cuento todo esto al número 109 de panini y sin saber nada de lo acaecido en yankilandia). Pero no me voy a quedar aquí..¿soy yo o ya no me creo nada de lo que pasa? ¿Magneto chutándose? (el mismo que no para de echarle en cara, a aquí el amigo calvorota de Xavier la inutilidad de su sueño integrador, una y otra vez hasta aburrir al lector -y al pobre Charles, que ya me diréis qué puede hacer amordazado ante el palizas ese-) ¿una nueva pandilla de mutantes "diabólicos" poco avenidos entre sí y que para colmo ni son conscientes de qué mierdas significa ser coleguita de juego del "M"? ¿Ese "debéis estar piraos si creéis que os váis a enterar de quién está detrás de Lobi, cuando aquí el único que puede saberlo es él"? Y tantas y tantas cosas con las que el Morrison se habrá reído lo suyo en las últimas tres sagas que hemos podido leer por aquí., sagas en las que no me voy a detener porque aquí el colega Voltorine ya hizo un análisis el mes pasado en esta misma página. Al final me parece que, dada la situación actual de la serie, me encuentro en un cómic que reúne los requisitos necesarios para formar parte de la marca Morrison (casi hasta podría resultar divertido olvidarnos que cada uno de los personajes que estamos viendo en la última saga se corresponde con un X-Men de los de siempre...hasta igual así el cómic ganaría puntos, no sé). Eso y el último giro de tuerca dado a las ideas de siempre. Nada nuevo, como ya nos contaba Voltorine aludiendo a Claremont alias textos-de-apoyo. Con todo, la decepción es patente, y más teniendo en cuenta lo que habíamos llegado a leer en la misma serie unos cuantos números antes. Por mucho chiste de pollas Lobi-Dientes de Sable en los lavabos del Club Fuego Infernal. Jodeeer. Por cierto, Scott, yo también creo que eres un auténtico capullo. Que sí, te ríes ocasionalmente, pero entre eso y llegarte a emocionar con lo que les pase a los personajes...¡si tan sólo pudiera creérmelos! Snif-snif.
Respecto a Mística, la serie de a-ver-cuántos-chistes-malos-puedo-llegar-a-encadenar, las cosas cambian. Ehem. Antes que nada, no es cierto que todos los chistes sean malos. Hay algunos con gracia. Es que me parece que la prota parece más bien una humorista del club de la comedia que quién es en realidad (y que conste que la actualización del personaje me parece bastante correcta). Pero en líneas generales nos encontramos ante un cómic de mutantes más, del montón, sólo que me imagino que da lo que el aficionado espera encontrar (recordad, no soy un fan mutativo), con alguna idea que parece prometer bastante en espera de ver cómo acaba desarrollándola su equipo creativo, uséase, recomendable para fans.