Advertencia: Quienes no hayan leído New X-Men hasta el 109 y Mística hasta el 3 (y esperen hacerlo un día u otro), un consejo: No os leáis este post. Vosotros mismos, pero no se expedirán compensaciones por daños y perjuicios.
No soy fan acérrimo de los mutantes. Pero uno de los primeros cómics que debí leerme era una Patrullosa, así que supongo que por poder hablar sobre el tema creo que puedo. Dejaremos mi relación con los mutantes para otro momento en que al menos haya dormido seis horas y no tres (si es que llega) como es el caso presente, para muy rápidamente dejar constancia de lo que han significado mis últimas dos semanas leyendo los New X-Men del Morrison y la Mística del Vaughan, que los tenía ahí en el tintero como deuda de obligado cumplimiento.
Empecemos por el amigo Morrison, que se ha ocupado en llenar mis horas de insomnio de esta noche. Una lástima comprobar cómo una etapa que prometía bastante se echa a perder miserablemente. Y es que ante un principio en el que nos sorprendíamos al ver a los personajes de siempre contemplados como nunca antes los habíamos visto, enfrentados ante situaciones que costaba creer e introduciendo conceptos más que interesantes poco abordados en los cómics de superhéroes al uso, finalmente hemos ido a parar a una situación que no sé vosotros, pero a mí me recuerda a un What if de los de antes (y pensemos que aquella colección sólo necesita un comic-book para contarnos una de sus historias alternativas), porque, para qué vamos a engañarnos, ¿alguien cree que la serie se quedará donde está, después de todo lo que ha pasado? Es a todas luces imposible, así que no sé, yo ya espero que el Fénix haga acto de aparición y acabe restaurando todo lo que se puede restaurar o-yo-qué-sé (y os cuento todo esto al número 109 de panini y sin saber nada de lo acaecido en yankilandia). Pero no me voy a quedar aquí..¿soy yo o ya no me creo nada de lo que pasa? ¿Magneto chutándose? (el mismo que no para de echarle en cara, a aquí el amigo calvorota de Xavier la inutilidad de su sueño integrador, una y otra vez hasta aburrir al lector -y al pobre Charles, que ya me diréis qué puede hacer amordazado ante el palizas ese-) ¿una nueva pandilla de mutantes "diabólicos" poco avenidos entre sí y que para colmo ni son conscientes de qué mierdas significa ser coleguita de juego del "M"? ¿Ese "debéis estar piraos si creéis que os váis a enterar de quién está detrás de Lobi, cuando aquí el único que puede saberlo es él"? Y tantas y tantas cosas con las que el Morrison se habrá reído lo suyo en las últimas tres sagas que hemos podido leer por aquí., sagas en las que no me voy a detener porque aquí el colega Voltorine ya hizo un análisis el mes pasado en esta misma página. Al final me parece que, dada la situación actual de la serie, me encuentro en un cómic que reúne los requisitos necesarios para formar parte de la marca Morrison (casi hasta podría resultar divertido olvidarnos que cada uno de los personajes que estamos viendo en la última saga se corresponde con un X-Men de los de siempre...hasta igual así el cómic ganaría puntos, no sé). Eso y el último giro de tuerca dado a las ideas de siempre. Nada nuevo, como ya nos contaba Voltorine aludiendo a Claremont alias textos-de-apoyo. Con todo, la decepción es patente, y más teniendo en cuenta lo que habíamos llegado a leer en la misma serie unos cuantos números antes. Por mucho chiste de pollas Lobi-Dientes de Sable en los lavabos del Club Fuego Infernal. Jodeeer. Por cierto, Scott, yo también creo que eres un auténtico capullo. Que sí, te ríes ocasionalmente, pero entre eso y llegarte a emocionar con lo que les pase a los personajes...¡si tan sólo pudiera creérmelos! Snif-snif.
Respecto a Mística, la serie de a-ver-cuántos-chistes-malos-puedo-llegar-a-encadenar, las cosas cambian. Ehem. Antes que nada, no es cierto que todos los chistes sean malos. Hay algunos con gracia. Es que me parece que la prota parece más bien una humorista del club de la comedia que quién es en realidad (y que conste que la actualización del personaje me parece bastante correcta). Pero en líneas generales nos encontramos ante un cómic de mutantes más, del montón, sólo que me imagino que da lo que el aficionado espera encontrar (recordad, no soy un fan mutativo), con alguna idea que parece prometer bastante en espera de ver cómo acaba desarrollándola su equipo creativo, uséase, recomendable para fans.
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