sábado, junio 01, 2019

La nueva ola Marvel: Reflexiones a partir de Spiderman Homecoming

Hace unas semanas colgaba aquí una reseña de Spiderman a New Universe, a la que osé calificar como la mejor peli de Spiderman. Pues he aquí que llega a mis manos esta Homecoming y ya no sé qué pensar... ¡porque es otro peliculón en toda regla! Supongo que el aficionado a Marvel está de enhorabuena.
Nunca me he considerado un fan de la prestigiosa "casa de las ideas", si bien es cierto que desde adolescente he leído y disfrutado muchos de sus tebeos, y aun hoy en día los colecciono (material clásico, principalmente), pero creo que tengo cierto voto y, gracias a este blog en el que se me permite escribir, cierta voz que hacer valer, sobre el reflejo cinematográfico de todas esas historietas que durante décadas hemos consumido, y creo que no me arriesgo demasiado al decir que estamos ante un momento sumamente dulce para el fan del género. ¿Que por qué? Bueno, obviando el hecho de que cada año nos llueven varias pelis de superhéroes Marvel, diría que éstas han acabado por sacudirse esa pátina de presunta madurez que directamente las relacionaba con una parte sustancial de su público potencial, cuarentones sobre todo, que son después de todo quienes nos criamos, allá por los ochenta y los noventa, pasando páginas de un papel pulposo donde podíamos disfrutar las aventuras de nuestros superhéroes favoritos.
En efecto, las cosas cambian, y una nueva generación se está acercando a esos héroes por primera vez. Algunos de ellos son alumnos míos de primero de ESO, capaces de identificarse conmigo desde el primer día de clase, en el que puse sobre mi mesa mi estuche de los Vengadores. Y, a diferencia de nuestra generación, estos chicos y chicas consumen superhéroes desde la comodidad que ofrecen los productos mainstream. Olvidémonos de la marginalidad que implicaba la lectura de aquellos tebeos de tipos y tipas con superpoderes que se pegaban por la humanidad, ahora la chavalería discute la última peli de Marvel en el patio del colegio, como si tal cosa, siendo su principal preocupación no oír un spoiler. Algunos les llamarán "frikis", y hasta se burlen de ellos, otros aceptarán ese calificativo ya sea desde la marginalidad original implícita en el término, mientras que otros, finalmente, lo llevarán con orgullo, porque ahora ser friki también es ser guay. Y esto último es así porque es el mensaje que parte de los medios les hacen llegar, desde el poster promocional de lectura que pueden encontrarse colgado en el aula a ese personaje especial de su última peli favorita de superhéroes. Como esta Spiderman Homecoming.
Así es. Mary Jane Watson ya no es esa pelirroja despanpanante de la que nos enamoramos sin remedio al leer nuestro primer tebeo de Spiderman. Tampoco es Kirsten Dunst, de la primera hornada de pelis del personaje. Ahora es una friki (bueno, no se ha confirmado, pero podemos jugar con que esas MJ de su nombre bien pudieran identificar al amor de Peter). No sólo MJ es una friki, sino que  mola mucho, todo sea dicho de paso. Como Peter. El propio Spiderman es otro friki más que alucina desde el minuto uno de la peli con formar parte de los Vengadores. Rediez, si hasta el mejor amigo de Peter es un fan de Star Wars (la sombra de la franquicia que empieza por D es muy alargada)!


Pero más allá de frikis, Spiderman Homecoming es una peli de un adolescente que debe lidiar no sólo con todos los cambios que la edad conlleva, sino con el hecho de que es un superhéroe y eso es algo que no puedes ir contando por ahí, sino que lo guardas como un secreto: La metáfora de perogrullo está servida. Sí, por supuesto que Tobey Maguire también era un adolescente en la primera película que disfrutamos del personaje hace ya...¡17 años! Pero no, a mí que no me vengan con cuentos. Aquella película respiraba tragedia y responsabilidad, aspectos que entroncaban directamente con la concepción clásica del personaje, acuñada por Stan Lee, y le conferían a la película cierta seriedad que se constituiría en tónica para aquellas primeras entregas del personaje, a pesar de las hilarantes escenas y diálogos que, como no podía ser de otra manera con Sam Raimi, Maguire nos regalaba de tanto en tanto.
Homecoming llega y se carga de un plumazo viejas concepciones. Es fresca, frenética, "colorida" y divertida. Spiderman no para de largar, hasta en medio de una pelea a vida o muerte. Y, por el otro lado, encaja a la perfección en el concepto clásico del personaje: Después de todo este Spiderman sigue siendo "su amistoso vecino", el de los tebeos, siempre preocupado por ayudar a la gente de su barrio. Nunca lo "viejo" pareció tan fresco y juvenil.
Pero Homecoming no sólo se queda en la wild bunch de Peter, sino que rescata a, posiblemente, uno de sus villanos más ridículos, el Buitre. Ahora bien, ¡qué villano! Ni más ni menos que un ex-Batman, Michael Keaton, que se come la pantalla nada más salir en su primera escena. Un villano de clase media (cuando en realidad debería ser media-baja) que se ha hecho a sí mismo, desde abajo, escupiéndole a la cara a los ricachones pomposos que controlan el sistema. Keaton, el Buitre, llevaría un chaleco amarillo si fuera francés. El suyo es, a diferencia del de papel, un villano creíble, humano, con el que puedes acabar simpatizando hasta cierto punto y que pondrá a Peter en serios problemas. Su historia refleja la realidad que conocemos, y eso, en un teb...perdón, película de superhéroes, tiene mucho mérito. 
Spiderman Homecoming es una película que, a poco que os guste el género o el propio personaje, no deberíais perderos. En breve, será un referente para todo lo que pueda venir, creedme, como también lo será Un Nuevo Universo. Después de un periodo donde los grises ahogaron la figura del héroe, aquí éstos ayudan a caracterizar al villano, y el héroe, a su vez, vuelve a reflejar la virtud y la luz con las que fue revestido en su era dorada. Y qué queréis que os diga, en unos tiempos tan relativos, cínicos y desesperanzados como los que vivimos hoy en día, estos héroes se constituyen en más necesarios que nunca.

sábado, mayo 25, 2019

La Frecuencia Kirlian (Netflix)


Series como La Frecuencia Kirlian necesitan del boca a boca, habida cuenta de la poca repercusión que ésta ha tenido en nuestro país, y eso que una búsqueda en Google nos da abundantes entradas, la mayoría nacidas en Argentina, de donde son sus creadores, o EUA. Afortunadamente, en buena hora llego a mis oídos sobre ella, de la mano de un post en El Pájaro Burlón, donde podréis encontrar una reseña en condiciones, y no tanto estas líneas que siguen, que tan sólo pretenden llamar la atención hacia un producto que creo debiera despertar el interés entre los aficionados al género fantástico y, dentro del mismo, al terror. 
La Frecuencia de Kirlian es una mini-serie de animación tradicional, integrada por cinco episodios cuya duración gira en torno a los diez minutos cada uno, y que puede ser encontrada en Netflix.
La premisa básica gira en torno a las emisiones radiofónicas de una emisora emplazada en un pequeño pueblito del interior de Buenos Aires llamado Kirlian, de manera que cada episodio simula ser una grabación en casete de uno de esos programas emitidos, siempre, durante la franja nocturna. Su peculiar presentador, del que nunca veremos su rostro, nos presenta Kirlian ya desde el primer episodio, como no podría ser de otra manera. Las historias que acaecen en este pueblo durante la noche (pues nunca pasa nada digno de mención a lo largo del día) son el motor de la serie y las que nutren el programa radiofónico del misterioso locutor. Lo cierto es que los referentes de esta premisa nos remiten a películas como La Niebla, de mi idolatrado Carpenter, o a series como The Twilight Zone o Twin Peaks
Ahora, la reducida duración de cada episodio hace que la acción se concentre al máximo, en un ejercicio narrativo de gran efectividad por regla general. Y es aquí donde reside la grandeza de la serie. Desprovistas de la calidad estética a la que generalmente estamos acostumbrados en producciones de animación hoy en día, son las historias mismas las que saltan a un primer plano, primándose el contenido y la narración frente a la forma, consiguiéndose resultados brillantes con una evidente escasez de medios. Buena prueba de ello es que una serie que nació en internet y se emitió originalmente en Vimeo haya llamado la atención de Netflix, quien empezó a emitirla a principios de este año. 
Sobre las historias... prefiero no contar nada, porque creo que se disfrutan más cuanto menos se sepa de las mismas, pero sí que me siento con la obligación, por aquello de picar la curiosidad a quien se sienta aludido, de mencionar que los referentes son el cine y la televisión de los 70, 80 y 90, dentro del género del fantástico/terror, lo cual incluye, evidentemente, a uno de los maestros, Stephen King, con todo lo que ello implica (guiño-guiño). No podría ser de otra manera, Cristian Ponce, creador de la serie, acostumbraba a leer sus cuentos cuando trabajaba como locutor radiofónico en la franja nocturna, como podemos leer en esta entrevista que se le hace en la web La Cueva de Chauvet
En lo que respecta al apartado gráfico, desarrollado por Hernán Bengoa, admito que de buenas a primeras, me echó un poco para atrás, precisamente por lo diferente de su propuesta comparado a lo que estoy acostumbrado a consumir. Pero eso sólo fue al principio, pues enseguida caí bajo el embrujo de esa atmósfera tan especial a la par que cautivadora que Hernán es capaz de crear y sugerir para la noche de Kirlian. 
El equipo de La Frecuencia lo cierran Hernán Biasotti, en el diseño sonoro y Marcelo Cataldo en la música original, que es otro de los aspectos que nos retrotraen al cine de esos 80 y que hace que nos veamos transportados a las malsanas y peligrosas calles de Kirlian una vez se pone el sol. Finalmente, Franco Cerana dirige la fotografía para los segmentos en imagen real.
En definitiva, la serie no sólo me ha sorprendido muy gratamente sino que me ha entusiasmado hasta el punto de dejarme con mono de más, porque a ver, ¿sólo cinco episodios? ¿Me queréis decir que me voy a quedar colgado con la curiosidad de saber qué pasó en Kirlian tras la noche del cometa? ¿Por qué se acaban ahí las cintas del programa de radio? ¡Quiero más! 


lunes, mayo 20, 2019

Las escalofriantes aventuras de Sabrina


No será una reciente novedad, pero creo que este tomo de Sabrina, la enésima versión del simpático personaje que se ha paseado por papel y pantallas televisivas desde los años sesenta del siglo XX, bien merece una reseña en este blog. Primero, por echar un poco de luz a estos tebeos que probablemente muchos espectadores de la serie homónima creada por Netflix y actualmente en emisión no conozcan y, segundo, porque es una serie estupenda en mi humilde opinión.
La lectura de estos números que componen el primer arco argumental de la colección presentan a Saprina Spellman, una adolescente fruto del enlace entre un brujo y una mortal, una unión condenada por la sociedad secreta brujeril y que, consecuentemente, acarrea la desgracia a sus progenitores, de forma que Sabrina es criada por sus dos tías, sendas brujas que acaban descubriendo que su sobrina cuenta con talentos especiales e innatos que corroboran su ascendencia directa. A partir de esta presentación del personaje principal pasaremos a otro personaje que se antoja como su antagonista, Madame Satán, un adversario formidable que guarda relación con el padre de Sabrina y que constituye el motor que pone en marcha la trama cubierta por este volumen, que se relaciona con la iniciación como bruja de nuestra heroína. 
Admito que inicialmente el dibujo, a cargo de Robert Hack, me echó para atrás, pero una vez finalizada la lectura creo que es precisamente el estilo de este dibujante el que proporciona un carácter muy particular a la par que configura una atmósfera terrorífica que confiere a la trama una efectividad que hacía tiempo no leía en un tebeo. Y es que esta Chilling Adventures of Sabrina es un tebeo de terror en toda regla, por mucho que cuente con un tono ligero de comedia para adolescentes y  cierto humor negro, que directamente a mí me retrotrae, personalmente y bajo mi trasfondo comiquero particular, a caballo entre dos siglos, a esa hornada de tebeos de terror que publicara en su momento DC bajo su sello Vértigo, teniendo a Sandman y a Hellblazer como sus buques insignia. Ahora bien, detrás de esta serie también se advierte una clara influencia de las historietas publicadas bajo el clásico sello de EC Comics, como también del volumen basado en la película Creepshow al que se rinde un homenaje en forma de una de las muchas portadas alternativas con las que salió la serie que tenemos entre manos.
Otra de esas cosas que contribuye a la sensación de que estás ante una serie interesante y prometedora es el hecho de que personalmente me he quedado con ganas de leer más sobre estas nuevas aventuras de Sabrina a cargo de Roberto Aguirre-Sacasa, quien también se encuentra detrás de la serie televisiva para Netflix que mencionaba al comienzo de esta reseña. 



sábado, marzo 30, 2019

La mejor peli de Spiderman


Tiene narices. Una peli de animación le ha pasado la mano por la cara a tantísimas otras cintas de imagen real de Marvel en lo que se refiere a calidad, fidelidad y cariño hacia ese género superheorico que tanto amamos en este blog. ¡Con una lagrimita en la comisura del ojo he estado durante todo su metraje! Porque Spiderman: Un nuevo universo es la mejor película que se ha hecho nunca sobre este personaje (y a la espera de ver todavía Homecoming) y es, al mismo tiempo, una de las mejores pelis de superhéroes que he visto en mi vida. Dixit.


Porque la película cuenta con todos y cada uno de los ingredientes del género, que combina a las mil maravillas, y que deberían satisfacer al fanboy de turno, pero es que no contenta con ello la estética, de la cinta nos golpea en la cara desde el minuto 1, con un bombardeo visual fascinante, un ritmo trepidante y un soplo de aire fresco que no sólo nos permite disfrutar la enésima nueva narración del origen del personaje a los que ya somos lectores y cinéfilos veteranos, sino que a buen seguro hará mucho por atraer nuevo público de sangre joven dentro de la órbita de Marvel. 
¿Qué os voy a decir? ¡Me ha entusiasmado y os la recomiendo fervientemente! 

martes, marzo 26, 2019

Capitana Marvel

Reseña express la de hoy. ¿Qué me ha parecido la nueva de Marvel?



Para empezar, deciros que tengo todavía y a voz de pronto, cuatro pelis de Marvel en la cola, esperando ser vistas y que espero que antes o después caigan para disfrutar en su justa medida la inminente Avengers Endgame (si es que hay algo que disfrutar). ¿Por qué esta sí y las otras no? Pues probablemente porque en las otras los aficionados y las redes parece que les dieron mucha más publicidad que en esta (es una percepción personal y posiblemente equivocada), y porque con esta admito que tenía la curiosidad de saber qué había hecho Marvel (¿y entiendo que ya Disney o no?) con un personaje femenino. Y es que, sinceramente, creo que Marvel nunca se ha caracterizado en sus películas por ofrecernos féminas "en condiciones", siendo su discurso, por lo general, entre convencional y con muchas medias tintas (cuando no directamente machista).
¿Y qué me encuentro aquí? Pues a ver, por partes: 


  1. Capitana Marvel es una peli larguísima (130 minutos), que se me hizo corta, en la que pasan bastantes cosas y a muy buen ritmo, con lo cual, por ahí, muy bien. 
  2. Luego, ella. Pues al fin tenemos un personaje de rompe y rasga, que se ha sacudido la sombra masculina de encima (aunque el comienzo de la peli sembró una seria duda inicial que afortunadamente desestimé a medida que el metraje avanzaba) y que zurra de lo lindo a todo quisqui que se le planta delante y, atención, rechaza seguir el juego que dicta el hombre porque "no tengo nada que demostrar" (y con cinco palabras ya ha cubierto el cupo más que de sobras... BOOOM!), pero es que además la chica lo vale, admitámoslo. Es capaz de zurrarle la badana al más pintado y, no contenta con ello, se atreve con SPOILER una flota kree enterita FIN DE SPOILER. 
  3. La peli cuenta con alguna grata sorpresa por lo que se refiere a la trama (y no, no lo vi venir, porque supongo que iba con prejuicios a ver la cinta). Bien jugado.
  4. Agradezco tanto el humor, consolidado ya como una de las señas de identidad de las pelis Marvel (gracias de nuevo, si veo superhéroes quiero pasármelo bien y de paso reir un poco, que dicen que sienta muy bien), como la ambientación noventera de la historia, aunque eso suponga ver, por enésima vez, a Samuel L. Jackson en una peli. Ahora bien, ver "el origen" de Nick Furia tiene su cosilla, y más por cómo es caracterizado. Suma el rescate de algún personaje olvidado y la música, elegida sin complejo alguno (si me dicen que iba a escuchar Nirvana en una peli Marvel en una escena importante para la trama y no de fondo como hilo musical de un supermercado, no me lo hubiera creído).  
  5. Ah, sí. Sale un gato molón. Eso siempre da puntos. 
  6. Finalmente y gracias a esta peli me han entrado ganas de ver todas esas otras que comentaba al principio. Porque aunque se puede ver de forma independiente sin ningún problema (y disfrutarla a tope), sí que se la relaciona con otras películas y por ahí me ha picado la curiosidad. Eso y constatar que Carol Danvers aparecerá en Endgame.
Y hasta aquí la reseña express. Otro día, "Spiderman: Un nuevo universo", la mejor película del trepamuros que se ha hecho nunca y una de las mejores pelis de superhéroes de todos los tiempos. Excelsior!

jueves, diciembre 06, 2018

Los Enciclopedistas


Esta semana me vendieron un tebeo yendo en coche. Como lo oís. Escuchaba la radio de camino al trabajo cuando en poco menos de dos minutos la comentarista hizo una reseña de esta novela gráfica que capturó mi interés: 



Supongo que en tiempos tan oscuros como los que corren para este país el amante de la Historia no puede evitar echar los ojos atrás en busca de paralelismos que vengan a aportar un poco de cálida y reconfortante luz. De ahí que la ambientación de esta obra (un París pre-revolucionario, escenario de un conflicto velado entre una incipiente Razón, crítica y contestataria, marcada por el objetivo implacable de un sistema político absolutista que, aun bajo el beneplácito del poder religioso, se aproximaba a su fin, de la mano ejecutora de un pueblo llano, pobre e ignorante) me llamara poderosamente la atención, junto a una trama protagonizada por Diderot (quien se convertiría en uno de los artífices principales de ese compendio del saber mundial que conocemos como L'Encyclopédie y que venía a ejemplificar el pensamiento ilustrado de la época), quien se ve envuelto, junto a una joven ilustradora llamada Marie, en una serie de asesinatos que amenazan no sólo con poner fin a ese magno proyecto editorial sino a sus propias vidas. Una historia de serie negra enmarcada en una época difícil para todo aquel que osaba exponer, de forma pública, su opinión contraria al monarca o airear sus sentimientos antirreligiosos y que se castigaba con la cárcel, el exilio o la muerte. Supongo que a más de uno le sonará esto, cuando esta misma semana se han levantado ampollas por tan sólo poner en entredicho la inviolabilidad de la figura del monarca de este país. Parece que 270 años atrás las cosas no eran tan diferentes a como son ahora, por mucho que algunos se llenen la boca con la palabra "democracia" y por mucho que hoy se celebre el cuarenta aniversario de nuestra Constitución, algunos de cuyos principios se saltan claramente a la torera tanto en lo que se refiere al juego político como en la aplicación de facto de asuntos más mundanos y que afectan al conjunto de la ciudadanía. 
Pero volvamos a esta obra que tenemos entre manos, que nos devuelve a esa lucha entre la luz y la oscuridad, la Razón y la Irracionalidad y, si me permitís, el Bien y el Mal. Todos sabemos cómo acabó el ascenso de la Razón en la Francia de finales del siglo XVIII y principios del XIX, pero aquí de lo que se trata es quedarnos en ese estadio pre-revolucionario del París de 1750, y de cómo un puñado de pensadores y filósofos decidió echar por tierra lo que la Historia había ido perfilando a lo largo de los siglos. 
El comienzo de la obra es prometedor (tranquilos, sólo os estropeo sus dos primeras páginas), con una escena donde se van a quemar públicamente unos panfletos satíricos de entre los que destaca una caricatura del monarca, subido a caballito sobre los hombros del arzobispo de París. La quema se trunca por un chaparrón, ante la alegre algarabía de los asistentes y la ira del verdugo. Así empieza una historia que se desarrolla hábilmente de la mano de dos autores vascos, José A. Pérez Ledo y Alex Orbe, de los que admito no haber oído hablar antes (lo cual no es difícil, teniendo en cuenta el tiempo que he permanecido alejado de la actualidad comiquera), a través de sus dos protagonistas, Denis Diderot y Marie, pertenecientes a estamentos sociales diferentes. Esta diferenciación se complementa con una caracterización dispar, que es en mi opinión un gran acierto, donde se contrapone, por ejemplo, la verborrea de Denis a la parquedad en palabras de Marie. Ambos, sin embargo, se presentan como personajes valientes y perseverantes en su empeño, a pesar de las dificultades a las que tienen que enfrentarse, sorteando obstáculo tras obstáculo en una carrera contrarreloj detrás del asesino que está tiñendo de rojo las calles parisienses y que arrastra al lector a lo largo de sus páginas sin darle apenas tregua. En efecto, la trama se despliega de forma muy efectiva, combinando por un lado investigación policíaca, sobretodo de la mano de un ocurrente comisario de ambigua lealtad y que nos remite, sucintamente, a los orígenes literarios del género detectivesco, y por el otro lado juegos de poder con participación de sociedades secretas que eran moneda de uso corriente en ese contexto histórico. Y por supuesto, en este batiburrillo no podrían faltar esos otros personajes históricos sin los cuales no se podría entender buena parte de nuestra herencia filosófica e ideológica y a los que quieres ver aparecer incluso desde antes de abrir el volumen, como Hume o Rousseau. 
Por lo que respecta al apartado gráfico, el estilo de Alex Orbe es entre caricaturesco y cartoon, entreviéndose aquí la experiencia de este dibujante dentro de la animación. La línea es clara, la narración es excelente, poniendo cuidado hasta el más mínimo detalle de cada viñeta, y el color es muy atractivo, reflejando los cambios atmosféricos y de iluminación con maestría. A veces uno no puede evitar pararse en la contemplación de una viñeta, viniéndome ahora el paseo en barca por el Sena de nuestros protagonistas, envueltos por la niebla, donde el trazo lineal se sustituye por una sucesión de puntos que refleja a la perfección cómo las brumas desdibujan la escena. 
Para mí esta "Los enciclopedistas" ha sido una lectura apasionante que no dudaría en recomendar a todo aquel interesado en este periodo histórico, recomendación que haría extensible al ámbito educativo por exponer de forma muy clara el contexto ideológico que conduciría a la Revolución Francesa. Una obra de una actualidad apabullante cuya lectura, hoy por hoy y así como nos están viniendo las cosas, debería de dársela la importancia que merece, en lo que, en aquel entonces, fue una apuesta arriesgada por librarse del yugo de la opresión, la manipulación y la ignorancia. Con suerte y con el ejemplo que nos brinda el pasado, no será tarde para nosotros.     


jueves, agosto 23, 2018

Programa nº11

Aquí teneis el 11º programa.

Programa nº11 Moñecos y remakes

 

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Programa nº 11