Oscuro misterio más allá de la memoria...
LOS COMBATES COTIDIANOS (Manu Larcenet): un slice of life no demasiado memorable y una notable decepción. No, no me ha llegado. Lo siento.
RABIOSO (Baru): en cambio, ha sido una sorpresa. La trama no deja de ser típica, pero el autor lo suple con una expresividad y unos recursos historietísticos remarcables.
LA AUTOPISTA DEL SOL (Baru): lo cual puede decirse también de esta obra.
BATMAN CIUDAD ROTA (Azzarello y Risso): para contar una historia que el equipo creativo de turno de Batman Adventures habría realizado, y mejor, en un solo número, Azzarello necesita seis. Los diálogos crípticos y la trama incomprensiblemente enrevesada són sólo un aperitivo para su Superman, el cómic que te hará sangrar.
BATMAN SILENCIO (Loeb y Lee): vehículo para el lucimiento de Lee, pésimo guión hilado por una trama de supuesto misterio cuyo predecible final además es escamoteado de mala manera. A destacar la nula gracia y el inexistente desarrollo de las situaciones supuestamente trascendentales para la serie (la relación Batman-Catwoman, la redención de Dos Caras, etc.)
ARCHIVOS SUPERMAN 1 (Siegel y Shuster): un clásico del humor absurdo. Memorable el episodio en que el último hijo de Krypton combate los accidentes de tráfico destruyendo los vehículos de los infractores.
EL NIÑO (Perrisin y Pavlovic): un telefilm de sobremesa para marujos. Podría ser para marujas, pero las dos páginas de desnudo femenino inclinan la balanza hacia el otro lado.
WEËNA (Corbeyran y Picard): ¿sería injusto repetir aquí lo que dije en mi anterior reseña sobre el Hijo de la Tormenta? Sí, porque Weëna es aún peor. Impagable la escena del suicidio del padre de la protagonista. ¿Alguien me la explica?
ROCK MASTARD (Boucq y Belkrouf): una aventura anodina sazonada con humor absurdo, que, lo habéis adivinado, a mi no me ha hecho puta gracia.
NICOLÁS EYMERICH INQUISIDOR (Zentner y Sala): la historia no está mal, pero la ejecución peca de sobria y excesivamente solemne.
EL MERIDIANO DE LA BRUMA (Juszezak y Parras): según un texto en la página de créditos esta mediocridad absoluta pertenece al género steampunk, pero yo diría que ambos guardan tanta relación como un chupa-chup con la deuda exterior argentina.
MAYAM (Desberg y Koller): espero sinceramente que los autores no hayan tardado más tiempo en realizar este álbum del que yo he tardado en leerlo.
...eterno, ácido batir de la quimoción, nutriente y voraz.
LOS COMBATES COTIDIANOS (Manu Larcenet): un slice of life no demasiado memorable y una notable decepción. No, no me ha llegado. Lo siento.
RABIOSO (Baru): en cambio, ha sido una sorpresa. La trama no deja de ser típica, pero el autor lo suple con una expresividad y unos recursos historietísticos remarcables.
LA AUTOPISTA DEL SOL (Baru): lo cual puede decirse también de esta obra.
BATMAN CIUDAD ROTA (Azzarello y Risso): para contar una historia que el equipo creativo de turno de Batman Adventures habría realizado, y mejor, en un solo número, Azzarello necesita seis. Los diálogos crípticos y la trama incomprensiblemente enrevesada són sólo un aperitivo para su Superman, el cómic que te hará sangrar.
BATMAN SILENCIO (Loeb y Lee): vehículo para el lucimiento de Lee, pésimo guión hilado por una trama de supuesto misterio cuyo predecible final además es escamoteado de mala manera. A destacar la nula gracia y el inexistente desarrollo de las situaciones supuestamente trascendentales para la serie (la relación Batman-Catwoman, la redención de Dos Caras, etc.)
ARCHIVOS SUPERMAN 1 (Siegel y Shuster): un clásico del humor absurdo. Memorable el episodio en que el último hijo de Krypton combate los accidentes de tráfico destruyendo los vehículos de los infractores.
EL NIÑO (Perrisin y Pavlovic): un telefilm de sobremesa para marujos. Podría ser para marujas, pero las dos páginas de desnudo femenino inclinan la balanza hacia el otro lado.
WEËNA (Corbeyran y Picard): ¿sería injusto repetir aquí lo que dije en mi anterior reseña sobre el Hijo de la Tormenta? Sí, porque Weëna es aún peor. Impagable la escena del suicidio del padre de la protagonista. ¿Alguien me la explica?
ROCK MASTARD (Boucq y Belkrouf): una aventura anodina sazonada con humor absurdo, que, lo habéis adivinado, a mi no me ha hecho puta gracia.
NICOLÁS EYMERICH INQUISIDOR (Zentner y Sala): la historia no está mal, pero la ejecución peca de sobria y excesivamente solemne.
EL MERIDIANO DE LA BRUMA (Juszezak y Parras): según un texto en la página de créditos esta mediocridad absoluta pertenece al género steampunk, pero yo diría que ambos guardan tanta relación como un chupa-chup con la deuda exterior argentina.
MAYAM (Desberg y Koller): espero sinceramente que los autores no hayan tardado más tiempo en realizar este álbum del que yo he tardado en leerlo.
...eterno, ácido batir de la quimoción, nutriente y voraz.
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