Bella!
Catwoman: Si vas a Roma (Jeph Loeb, Tim Sale; Planeta): Mini en la que Selina se va a Roma. ¿A qué? Bueno, para aquellos que no nos hemos leído Largo Halloween o Dark Victory, la pregunta se contesta una vez leído el setenta y cinco por ciento del cómic, en un diálogo de esos super naturales. Para el resto, por supuesto, se supone ya prácticamente desde el comienzo del tebeo. Así que la cosa empieza bien, como podéis ver. Así que spoileemos a gusto, y no os preocupéis si estáis en mi caso, porque leyendo la frase que viene a continuación muy posiblemente disfrutéis el cómic en la medida que se lo merece (¿se lo merece?): Selina va a Roma porque quiere averiguar si es hija del mafioso de Gotham Carmine Falcone, que como no podría ser de otra forma era de origen italiano.
Yaxtá. Hasta aquí todo bien, mu correcto. Hasta que la vemos compartiendo avión con ni más ni menos que Enigma. Ah, claro, porque si quieres averiguar algo de tu pasado en un país extranjero no hay nada como tener al maestro de los acertijos de tu lado. Aunque te caiga como una patada en los cojones. Loeb acaba de decirnos que Selina es una completa gilipollas. Mu bien, la cosa promete ya casi desde el mismo comienzo.
Y sí, no defrauda. Porque lo que viene a ser un argumento sencillo se complica que no veáis. Eso, en realidad no es tan malo, por supuesto, hasta que una vez leído todo el tebeo le empiezas a dar vueltas al asunto y acabas dándote cuenta de lo tramposo, retorcido y, lo que es peor, fallido que resulta el guión de Loeb, en tanto surgen varias preguntas que es incapaz de contestar de forma convincente. Por no hablar de las extrañas reacciones de los personajes que intervienen en la trama, tanto que resultan especialmente difíciles, si no imposibles, de creer.
En el lado positivo debo decir que al menos no me aburrí tanto como con otras cosas suyas que he leído. ¡Hasta me reí! Y es que se dan varias situaciones propensas si no a la carcajada sí que a la sonrisa. Y, por supuesto, el dibujo de Tim Sale, ayudado al color por Dave Stewart, dúo que consigue regalarnos imágenes de un atractivo indiscutible. Sale vuelve a demostrar su capacidad ilustrando al tiempo que narrando, si bien en algún pasaje resulte ligeramente confuso. Pero el resultado final ciertamente es destacable. Y poniendo por escrito una idea que me dio Rafel, ¡a Catwoman se le ve su soberbio culo en más de una ocasión! Delicioso, meow.
Ahora, exceptuando la calidad gráfica, en la que debemos incluir las portadas para cada uno de los seis números que componían la mini, el tebeo es para coger con pinzas. Vale que lo que nos cuenta Loeb pueda llegar a ser relevante para el personaje de Catwoman. De hecho la idea del origen del personaje es interesante. Lástima que la ejecución dé al traste con lo que podría haber sido en otras manos.
Un mero entretenimiento más para los seguidores del universo-murciélago. Para leer en verano. Y para los fans de Tim Sale, por supuesto.
Catwoman: Si vas a Roma (Jeph Loeb, Tim Sale; Planeta): Mini en la que Selina se va a Roma. ¿A qué? Bueno, para aquellos que no nos hemos leído Largo Halloween o Dark Victory, la pregunta se contesta una vez leído el setenta y cinco por ciento del cómic, en un diálogo de esos super naturales. Para el resto, por supuesto, se supone ya prácticamente desde el comienzo del tebeo. Así que la cosa empieza bien, como podéis ver. Así que spoileemos a gusto, y no os preocupéis si estáis en mi caso, porque leyendo la frase que viene a continuación muy posiblemente disfrutéis el cómic en la medida que se lo merece (¿se lo merece?): Selina va a Roma porque quiere averiguar si es hija del mafioso de Gotham Carmine Falcone, que como no podría ser de otra forma era de origen italiano.
Yaxtá. Hasta aquí todo bien, mu correcto. Hasta que la vemos compartiendo avión con ni más ni menos que Enigma. Ah, claro, porque si quieres averiguar algo de tu pasado en un país extranjero no hay nada como tener al maestro de los acertijos de tu lado. Aunque te caiga como una patada en los cojones. Loeb acaba de decirnos que Selina es una completa gilipollas. Mu bien, la cosa promete ya casi desde el mismo comienzo.
Y sí, no defrauda. Porque lo que viene a ser un argumento sencillo se complica que no veáis. Eso, en realidad no es tan malo, por supuesto, hasta que una vez leído todo el tebeo le empiezas a dar vueltas al asunto y acabas dándote cuenta de lo tramposo, retorcido y, lo que es peor, fallido que resulta el guión de Loeb, en tanto surgen varias preguntas que es incapaz de contestar de forma convincente. Por no hablar de las extrañas reacciones de los personajes que intervienen en la trama, tanto que resultan especialmente difíciles, si no imposibles, de creer.
En el lado positivo debo decir que al menos no me aburrí tanto como con otras cosas suyas que he leído. ¡Hasta me reí! Y es que se dan varias situaciones propensas si no a la carcajada sí que a la sonrisa. Y, por supuesto, el dibujo de Tim Sale, ayudado al color por Dave Stewart, dúo que consigue regalarnos imágenes de un atractivo indiscutible. Sale vuelve a demostrar su capacidad ilustrando al tiempo que narrando, si bien en algún pasaje resulte ligeramente confuso. Pero el resultado final ciertamente es destacable. Y poniendo por escrito una idea que me dio Rafel, ¡a Catwoman se le ve su soberbio culo en más de una ocasión! Delicioso, meow.
Ahora, exceptuando la calidad gráfica, en la que debemos incluir las portadas para cada uno de los seis números que componían la mini, el tebeo es para coger con pinzas. Vale que lo que nos cuenta Loeb pueda llegar a ser relevante para el personaje de Catwoman. De hecho la idea del origen del personaje es interesante. Lástima que la ejecución dé al traste con lo que podría haber sido en otras manos.
Un mero entretenimiento más para los seguidores del universo-murciélago. Para leer en verano. Y para los fans de Tim Sale, por supuesto.
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