Solo: Richard Corben (Richard Corben, John Arcudi; Planeta): Solo fue una publicación de DC que se dedicó a presentar historias cortas de variada índole de autores de primera línea sobre los que descansaba la mayor parte del trabajo creativo en cada uno de sus respectivos números. Y hablamos en porque desafortunadamente dicha revista acabó siendo cancelada.
Si el primer número que vimos publicado por estos lares por Planeta estaba dedicado a la figura de Tim Sale, en la que fue una de las novedades que recomendamos en el momento de su publicación, el junio pasado, por su relación calidad precio, ahora es el turno de una segunda entrega que tiene como a protagonista exclusivo al célebre Richard Corben.
Cinco son las historias incluídas en sus 48 páginas. Todas ellas cuentan a Corben como autor completo, con la excepción de la última, cuyo guión lo firma John Arcudi. Curiosamente, este quinto relato tiene al Espectro como protagonista indiscutible, mientras que las cuatro historias que le preceden se encuentran completamente desvinculadas del universo DC al tiempo que sirven para hacernos una mejor idea de su autor, ya que se encuentran más cercanas temáticamente a lo que a hecho famoso a Corben, el género fantástico y el de terror.
De hecho, cada una de esas historias me recuerda a lo que podríamos encontrar en el actualmente poco afortunado formato de la revista de cómic, diría que desaparecido respecto al boom que experimentó en los años 80.
Y es que los relatos que Corben firma aquí son perfectos ejemplos de concisión y brillantez narrativa. En pocas páginas nos presenta, desarrolla y lleva a término una historia sin artificios que vengan a entorpecer su lectura, resultando en una fluidez envidiable. Casi se podría decir que es precisamente en las distancias cortas cuando un autor puede llegar a demostrar su valía, y aquí Corben da la talla de forma sobrada.
Sin embargo, sus historias pecan o bien de previsibilidad o de no ser todo lo originales que a primera visto nos podrían parecer. De hecho, la deuda que tiene este autor con escritores clásicos de terror, fantasía y ciencia ficción es evidente. A título de ejemplo Poe está presente en espíritu en la historia La plaga. Con ello no quiero quitarle mérito, ni mucho menos, tan sólo constatar que la sensación que puede llegar a dejar en el lector corre el riesgo de no ser todo lo que en un principio podría ser. Me explico. Puedes buscar impactar al lector, de hecho es posible que lo consigas, pero no siempre va a ser así, y el lector experimentado puede llegar a ver ese presunto impacto deslucido hasta el extremo de interpretar más la historia como un homenaje de resultado más o menos efectivo que como el aludido bofetón en la cara inicialmente planeado por el autor.
Al menos es lo que a mí me ha pasado con la mayor parte de las historias reunidas en este número de Solo, si bien he de admitir otro de los puntos fuertes de Corben que consigue enmascarar un poco esa falta de originalidad y que no es otro que su rotundidad expresiva. Cuando Corben se pone a traducir en imágenes sus guiones, las formas de su dibujo y el diseño de sus personajes se acaban por apoderar de las páginas y acaban arrastrando al lector a su mundo particular. En mi opinión, esto es especialmente cierto en sus historias con ambientación fantástica. La historia de El cíclope lo ejemplifica a la perfección.
De todas formas, este número de Solo vuelve a ser entretenido, puede llegar a sorprender al lector y seguro que constituye en sí mismo una noticia más que bienvenida por la inmensa legión de seguidores que cuenta Richard Corben. Pero de momento me quedo con el número anterior, el de Tim Sale, a la espera de la siguiente entrega de la revista, dedicada ni más ni menos que a uno de mis autores favoritos, Paul Pope.
Ah, ¿os he dicho que el cómic sólo cuesta 3.95?
-Solo Tim Sale, crítica
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