Quimera (Mattotti; Sin Sentido): Excelente envoltorio el que Sin Sentido nos ofrece para un simple ejercicio de virtuosismo desprovisto de todo contenido.
Mattotti parte de una ensoñación que nace a la sombra de un árbol y que acaba por precipitarse en el siempre cambiante universo onírico. Así, veremos evolucionar, ininterrumpidamente, la forma de la materia onírica que constituye el sueño, de forma que lo que parte como un bello sueño acaba convirtiéndose en sofocante pesadilla, transición que se refleja en el estilo y el trazo del dibujo.
El mérito de Quimera recae, precisamente, en la fuerza y expresividad que transmite Mattotti con sus ilustraciones, así como en las imágenes que concibe, pero más allá de estos logros no acabo de verle sentido alguno a esta obra. De hecho, el contenido se reduce a mera anécdota que el autor utiliza como pretexto para dar rienda suelta a sus pinceles. El lector no encontrará historia que disfrutar, sólo un ejercicio contemplativo que acabará traduciéndose en la recepción de sensaciones que variarán de un observador a otro. Nada más. Y nada menos, pensaréis más de uno.
Me atrevería a decir que os gustará o no en función de lo que busquéis en un cómic. Y por supuesto, los fans de Mattotti posiblemente lo disfrutarán de una forma u otra.
Mattotti parte de una ensoñación que nace a la sombra de un árbol y que acaba por precipitarse en el siempre cambiante universo onírico. Así, veremos evolucionar, ininterrumpidamente, la forma de la materia onírica que constituye el sueño, de forma que lo que parte como un bello sueño acaba convirtiéndose en sofocante pesadilla, transición que se refleja en el estilo y el trazo del dibujo.
El mérito de Quimera recae, precisamente, en la fuerza y expresividad que transmite Mattotti con sus ilustraciones, así como en las imágenes que concibe, pero más allá de estos logros no acabo de verle sentido alguno a esta obra. De hecho, el contenido se reduce a mera anécdota que el autor utiliza como pretexto para dar rienda suelta a sus pinceles. El lector no encontrará historia que disfrutar, sólo un ejercicio contemplativo que acabará traduciéndose en la recepción de sensaciones que variarán de un observador a otro. Nada más. Y nada menos, pensaréis más de uno.
Me atrevería a decir que os gustará o no en función de lo que busquéis en un cómic. Y por supuesto, los fans de Mattotti posiblemente lo disfrutarán de una forma u otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario