Desperadoes: Banderas de oro (Jeff Mariotte, Jeremy Haun; Norma): ¿Qué es peor que un cómic malo? No, esperad, cuando digo malo realmente quiero decir malo. Sí, pensad en ese cómic que os leísteis hace un montón de tiempo y todavía os persigue en vuestras peores pesadillas. Pues bien... Desperadoes: Banderas de oro es la respuesta que buscábais.
Cosas que podréis leer, por orden, en este post:
1-. Reseña de Desperadoes: Banderas de oro
2-. Spoiler bastante completito del mismo, para que os riáis un poco y de paso os alegréis de no haberos gastado los 12 euros que cuesta semejante bodrio. De hecho su precio debería estar bastante por debajo del coste que supone sólo el papel usado en el mismo. Y aún así sería una estafa.
3-. Comentarios sobre la vergonzosa y engañosa publicidad que la editorial, Norma, realiza sobre su producto.
Vamos allá:
1-. La reseña
Miniserie de cinco números yankis que viene a continuar la serie que Wildstorm iniciara allá por los 90 y que supuestamente buscaba aunar el género del western con el del terror. La idea no está mal, por supuesto. Seguro que Whedon con esta premisa haría algo hasta decente. El problema es que Jeff Mariotte, el guionista, no es Whedon.
En aquella serie se nos presentaba a un grupo heterogéneo de outlaws, cada uno de ellos hábil con un arma (seguro que la premisa os suena de algo), enfrentados con el Mal, cogiera la forma que fuera. La serie, para qué nos vamos a engañar, no era gran cosa, plagada de tópicos sobre el género que trataba de actualizar de forma que pudiera ser del agrado del público actual susceptible de consumirla, léase público joven. Si los guiones resultaban poco coherentes ya lo único que quizás podía salvarse era su dibujo, en el que descubríamos a un desconocido John Cassaday, cuando todavía no se había convertido en artista hot y no se demoraba en la entrega de sus páginas.
Pero centrémonos en esta Banderas de oro. El principal problema que encontramos una vez finalizada su lectura es la sosería que desprende cada una de sus páginas. El cómic es tremendamente aburrido.
Lo peor es que, además, lo que nos cuentan en cinco comic books puede contarse, y mejor, en la mitad de números. En efecto, se suceden escenas que no sólo no aportan absolutamente nada a la historia sino que además resultan repetitivas en su contenido. Un error garrafal, casi diría que de guionista principiante que, desafortunadamente, no es el único.
La poca coherencia que se desprende del guión es evidente. El que sucedan cosas extrañas, presuntamente sobrenaturales si aceptamos la premisa básica con que se ha vendido esta serie, sin saber muy bien porqué no es, necesariamente un defecto de guión si al final se sabe encontrar una explicación convincente convenientemente incorporada al curso de los acontecimientos narrados. Pero no, aquí Mariotte se limita al fallido recurso de sacarse un as de la manga hacia el final del cómic, en este caso una tan poco creíble explicación de lo ocurrido que sorprende el que los protagonistas la acepten sin dudar un momento solo momento.
Por lo que respecta a los personajes, éstos resultan planos cuando no simples hombres y mujeres de paja que parece que sólo están en la viñeta para hacer que el dibujante haga su trabajo. Sumémosle el hecho de que, ya desde la escena inicial, se recurra una y otra vez a sucesos acaecidos en el pasado, de forma que un lector que haya empezado la lectura de la serie por esta novedad que, todo sea dicho de paso, creo que es lo único que de Desperadoes se puede conseguir actualmente, se encontrará con enormes dificultades para comprender lo que está pasando, por muy trivial que sea. Porque lo cierto es que nada de lo que los personajes hablan sobre el pasado tiene la más mínima importancia en el actual trascurso de acontecimientos en el que se verán envueltos. Pero claro, eso no lo sabes hasta el final, por lo que a medida que lees lo único que consigues es un lío de la hóstia que no hace más que desviar tu atención respecto a lo que de veras está pasando, al menos hasta que te das por vencido.
La relación entre los personajes es otro punto fallido, en tanto que artificial y tan poco coherente como el desarrollo de la acción.
Por otro lado, el ritmo de la historia es claramente erróneo. Pasan pocas cosas dignas de mención, y cuando suceden, que en nuestro caso es sólo al final, lo hacen de forma precipitada. Por lo demás, abundan los tiempos muertos en que no pasa absolutamente nada. Parece que Mariotte cree que esos momentos son ideales para el desarrollo de personajes y sí, tendría razón si supiera cómo hacerlo.
Respecto al dibujo, a primera vista puede parecer que casa con un estilo realista que generalmente se asocia con el western. Ayuda el que el dibujante posiblemente use referencias fotográficas para sus ilustraciones. Pero los fondos son prácticamente inexistentes y lo más grave es que las figuras, aunque realistas, resulten en exceso hieráticas, inmovilidad y rigidez que actúa negativamente en las escasas escenas de acción, que debieran constituir uno de los puntos fuertes de cualquier western que se precie.
En definitiva, una auténtica pérdida de tiempo. Hacedme caso, manteneos bien lejos de este cómic.
2-. Los spoilers
A continuación, un mini resumen de Banderas de oro, para que veáis que no me invento las cosas.
-Escena inicial: nuestros héroes en una cantina. Hablan, pero el lector no sabe de qué. Al parecer alguien a quien apreciaban ha muerto.Ni papa. Empieza una pelea por requerimientos del guión. Absurda. Mariotte cree que así se consigue enganchar al lector. Craso error. De repente, por el cielo estrellado averiguas que al prota le acaban de sacar por la puerta. La pelea, curiosa y abruptamente ha finalizado, y una recién llegada acaba de salir a escena. Le plantea a nuestro héroe una misión. Ella es una médium y necesita escolta para dejar la ciudad y emprender un viaje. Nuestro colega acepta, y el resto de la mente enjambre de sus amiguetes también. Incomprensible. Más teniendo en cuenta de que no se habla de dinero.
-Al final se va más gente del pueblo. ¿Por qué? Ni papa. Más trabajo para nuestros protagonistas, que se quejan un poco y nada más.
-Accidente con una carreta. Apasionante. Han de pasar la noche al raso, pero afortunadamente cerca hay una cabaña que les permitirá refugiarse de una inminente tormenta. Dentro del edificio hay un muerto. Muy muerto. La gente tiene un poco de reparo a pasar la noche allí. Será porque la médium no para de decir que es mala idea. Ave de mal agüero. La tía, entonces, decide averiguar el porqué de tanto mal rollo. Entra en trance y cuando empieza a supurar material ectoplasmáticco por cada uno de los agujeros de su cuerpo todos menos nuestro grupo de valientes outlaws sale por patas de la cabaña. Empieza a desaparecer gente. Empiezan a encontrarles mutilados y devorados. Qué bonito. ¿Por qué? No importa. Además, no pasa nada más en toda la noche.
-Varias escenas intercaladas donde un tipo, el presunto malote se dedica a rebanar cuellos a troche y moche. No viene a cuento de nada. Sólo hace lo que se supone que tiene que hacer. Unos tipos le contratan para acabar con el mega prota héroe. Cosas del pasado. Qué importa.
-Varias escenas de profundización en las motivaciones de los personajes. Básicamente se trata de una pareja formada por fuera de la ley negro y camarera mexicana. Se trata de repetirse una y otra vez que, pese a las dificultades que puedan encontrar, no se piensan separar uno del otro. Ah, el amor. Qué bonito. Por supuesto, todo es gratuito y no tiene ninguna relevancia para la trama.
-De tanto en tanto la hermana muerta del chico de antes habla por boca de la médium. Le sorprende y tal, pero enseguida uno se acostumbra. A mí me pasa todos los días.
-El mega prota héroe y la médium se declaran su amor. Así, de sopetón, sin preámbulo alguno. Tampoco pasa nada más. O eso parece. Vamos, lo que se dice un amor no carnal, el típico que se podía encontrar entre los forajidos de la época.
-Llegada a destino. La médium ya puede pillar un tren y separarse del grupo. El malo malote se sube al mismo tren y se pone a hablar con la mujer. Entonces los poderes de la médium se combinan con la maldad innata del malote, desatándose un auténtico infierno en el tren. La gente ve cómo les salen ampollas en la cara y luego acaban muriendo, o eso suponemos, porque no es que se vea gran cosa. Mientras, nuestro grupo de héroes, persiguiendo el tren empiezan a alucinar durante dos páginas. Eso sí, los efectos apenas les duran una viñeta. Al final nos enteramos que todo el tripi se debe a la anterior conexión entre la médium y el malo.
-El tren descarrilla. La médium les explica en dos viñetas el porqué de lo que acaba de acontecer. Menuda sarta de gilipolleces piensas llegados a este punto.
-El malo mata a quien le contrata. Lo normal cuando haces tratos con psicópatas.
-Nuestros héroes van a por el malo. Se dispara por primera y última vez en el cómic un revólver. Para fallar el objetivo, por supuesto, ya que siempre mola más ver al malote cómo le sepulta un vagón de carbón que vuelcan tres de los protagonistas. Ah, a la página siguiente el cómic finaliza.
-Fin: Nuestro mega prota héroe se despide de la médium. El chico negro les cuenta a sus compañeros que su hermana muerta le ha contado de qué iba la historia, o sea, que el malo malote había sido contratado por dos enemigos del pasado para acabar con sus vidas. Todo el mundo se queda tan pancho. Increíble.
3-. Publicidad engañosa y poco afortunada de Norma
Y cuando crees que no puede ser peor, te lees el artículo final que firma Víctor M. García, que, curiosamente cuenta con una página anexa de publicidad. Si el artículo habla de la influencia del western en los cómics, concretamente en los publicados por Norma Editorial, no es de extrañar que la publicidad de al lado lleve por título El viejo oeste ya no es tan viejo. Explora los nuevos westerns en Norma editorial.
El artículo de Víctor M. Garcías se centra en los nuevos enfoques que se han aplicado al género del western en un afán de innovación que, al tiempo, pueda entroncar con los gustos del público. Atención a la siguiente frase:
Obviamente el mejor ejemplo es el trabajo de Jeff Mariotte y John Cassaday en Desperadoe, que nos ofrecía una mezcla entre el género del western y el género del terror en su vertiente más supernatural (...)
A ver si lo entiendo. Vale que cada cual venda su culo como estime más oportuno, pero a mí si me pagaran por dar coba a una serie, al menos tendría la decencia de, ya puestos a mentir, decir que Desperadoes no fue el mejor ejemplo sino que fue un buen ejemplo de lo que estoy diciendo.
A continuación, Víctor M. Garcías nos habla de la maestría envidiable que Dorison y Rossi demuestran en otro western con elemento sobrenatural (y no supernatural, Víctor, que eso es inglés), curiosamente también publicado por Norma. Doblemente curioso, de hecho, pues pensaba que WEST, el título del cómic aludido, es un bodrio de cuidado.
Se acaba haciendo publicidad gratuita de varios cómics más de la casa editorial, cuya relación con el western me atrevería a sentar que es bastante tangencial, al tiempo que toda esta información se complementa a la perfección con las imágenes de esos y otros cómics que encontramos en la página de la izquierda.
Vale, me diréis que una editorial tiene que hacer lo posible para publicitar sus productos ante lo cual no puedo estar más de acuerdo, pero de ahí a engañar... Y, antes de que nadie se rebote ante el uso de semejante palabra, leed un extracto de lo que podemos encontrar en la contraportada de Desperadoes: Banderas de oro.
(...) Brood y sus amigos tendrán que luchar contra las inclemencias del tiempo [uauh], los apaches [no sale ni uno en todo el cómic], las fuerzas de la ley [no se da enfrentamiento alguno de este tipo en todo el cómic] y los espíritus de los muertos en el lejano oeste [¿luchan con la difunta hermana de uno de los protagonistas, que es la única muerta que aparece en el cómic?]
Como también me resulta publicidad engañosa (...) donde sólo les espera el más puro terror. ¿De qué terror están hablando? ¿Del presunto terror que motiva que este cómic sea publicado dentro de la colección Made in Hell? ¡Anda ya! ¡Que no nos vengan con cuentos! Y un poco de honestidad tampoco es mala, señores de Norma editorial. Si buscan en el diccionario sale en la H de Huevones.