La conjura de cada miércoles 1: Sectas y paranoia (Sergio Bleda; Planeta): Sergio Bleda vuelve a la carga, de mostrando con este álbum que sigue en la misma tónica que hace diez añitos cuando nos regaló su Baile del Vampiro, lanzado en la malograda y extinta línea Laberinto de Planeta. Esto, por supuesto, no tiene por qué necesariamente ser malo, ni mucho menos. Pero bueno, a lo que vamos.
Sergio ilustra, nuevamente, su universo personal que, por otro lado, no es que sea excesivamente original. De hecho no tiene nada de novedoso. Un mundo donde lo sobrenatural está presente en todo momento, si bien oculto para la mayoría de los mortales, conviviendo con la realidad que todos nosotros conocemos. Un mundo donde sociedades secretas de carácter esotérico son las responsables directas de gran parte de la evolución historica de la humanidad. Un mundo, en definitiva, donde gente aparentemente normal puede esconder terribles secretos.
Sí, lo hemos visto en infinidad de ocasiones. Quienes algunas vez haya jugado a rol esbozará una amplia sonrisa al constatar que esto no es otra cosa que la ambientación de World of Darkness, Mundo de Tinieblas, que acogió en su seno diversos juegos que nos permitían llevar a vampiros, hombres lobo, magos, fantasmas o cazadores de monstruos. O quizás haya entre alguno de los lectores de este vuestro libro algún fan de Buffy Cazampiros. ¿Os váis haciendo ya una idea?
Así, no es de extrañar que entre los protagonistas de este álbum encontremos un piroquinético, un paragnóstico, un exorcista indio, una demonóloga o un clarividente. Todos ellos unidos por un psiquiatra que un buen día descubrió que algunos de los casos que acudían a su consulta escondían algo más serio que una simple enfermedad del alma, y decidió iniciar una serie de sesiones semanales que ayudaran a esta gente a convivir con sus habilidades especiales.
Por supuesto, esto no daría lugar a un cómic si no tuviéramos un antagonista en el otro lado, en este caso representado por La Encrucijada, una sociedad secreta con conexiones políticas, sociales, económicas y culturales de alcance mundial. Casi nah.
Lo cierto es que el cómic empieza bien. Nuevamente a los jugadores de rol no les costará mucho ver en el grupo protagonista la plasmación de un grupo de Pjs típico. Por otro lado, casi podríamos equiparar a este conjunto de freakies con aptitudes inusuales con un grupo superheroico. ¡Joder, si hasta uno de ellos se enciende como Johnny Storm, de los 4F!
Aunque no todos los personajes merecen una atención igual por parte de Bleda a la hora de ser caracterizados, lo cierto es que enseguida nos quedamos con sus rasgos distintivos, y hasta puede que se ganen nuestra simpatía, lo cual invita a seguir leyendo.
La historia, de igual forma, posee un buen comienzo, explotando primero la extrañeza del lector hacia las cosas inverosímiles de las que son capaces los personajes o de las extrañas situaciones en las que se ven envueltos. Hasta la trama de fondo genera interrogantes que ayudan a mantener el interés del que lee sus páginas.
El problema viene cuando se descubre el pastel y cuando los acontecimientos empiezan a precipitarse. Al respecto, no ayuda mucho que digamos la forma en que se presenta a la sociedad de La Encrucijada. El recurso no podía ser más fácil, un diario de un chico con habilidades especiales y que se suicida. En apenas tres páginas se nos bombardea con una versión alternativa de la historia que tiene como eje central esta sociedad en las sombras.
Por otro lado, el eje temporal sobre el que se estructura la acción presenta incoherencias que resultan evidentes para el lector y que actúan en perjuicio del desarrollo de la trama.
Pero volviendo a los aspectos positivos del álbum deciros que el humor tiene un papel destacado a la hora de aligerar la tensión de los acontecimientos y definir los personajes, al tiempo que proporciona más de un guiño dirigido a los amantes del género (¿alguien me puede decir a quién se parece el pintor Pickman?). Además, la acción se dosifica correctamente, y en todo momento resulta una lectura entretenida.
Habrá que ver cómo continuará Bleda la historia en los dos álbumes siguientes.
Sergio ilustra, nuevamente, su universo personal que, por otro lado, no es que sea excesivamente original. De hecho no tiene nada de novedoso. Un mundo donde lo sobrenatural está presente en todo momento, si bien oculto para la mayoría de los mortales, conviviendo con la realidad que todos nosotros conocemos. Un mundo donde sociedades secretas de carácter esotérico son las responsables directas de gran parte de la evolución historica de la humanidad. Un mundo, en definitiva, donde gente aparentemente normal puede esconder terribles secretos.
Sí, lo hemos visto en infinidad de ocasiones. Quienes algunas vez haya jugado a rol esbozará una amplia sonrisa al constatar que esto no es otra cosa que la ambientación de World of Darkness, Mundo de Tinieblas, que acogió en su seno diversos juegos que nos permitían llevar a vampiros, hombres lobo, magos, fantasmas o cazadores de monstruos. O quizás haya entre alguno de los lectores de este vuestro libro algún fan de Buffy Cazampiros. ¿Os váis haciendo ya una idea?
Así, no es de extrañar que entre los protagonistas de este álbum encontremos un piroquinético, un paragnóstico, un exorcista indio, una demonóloga o un clarividente. Todos ellos unidos por un psiquiatra que un buen día descubrió que algunos de los casos que acudían a su consulta escondían algo más serio que una simple enfermedad del alma, y decidió iniciar una serie de sesiones semanales que ayudaran a esta gente a convivir con sus habilidades especiales.
Por supuesto, esto no daría lugar a un cómic si no tuviéramos un antagonista en el otro lado, en este caso representado por La Encrucijada, una sociedad secreta con conexiones políticas, sociales, económicas y culturales de alcance mundial. Casi nah.
Lo cierto es que el cómic empieza bien. Nuevamente a los jugadores de rol no les costará mucho ver en el grupo protagonista la plasmación de un grupo de Pjs típico. Por otro lado, casi podríamos equiparar a este conjunto de freakies con aptitudes inusuales con un grupo superheroico. ¡Joder, si hasta uno de ellos se enciende como Johnny Storm, de los 4F!
Aunque no todos los personajes merecen una atención igual por parte de Bleda a la hora de ser caracterizados, lo cierto es que enseguida nos quedamos con sus rasgos distintivos, y hasta puede que se ganen nuestra simpatía, lo cual invita a seguir leyendo.
La historia, de igual forma, posee un buen comienzo, explotando primero la extrañeza del lector hacia las cosas inverosímiles de las que son capaces los personajes o de las extrañas situaciones en las que se ven envueltos. Hasta la trama de fondo genera interrogantes que ayudan a mantener el interés del que lee sus páginas.
El problema viene cuando se descubre el pastel y cuando los acontecimientos empiezan a precipitarse. Al respecto, no ayuda mucho que digamos la forma en que se presenta a la sociedad de La Encrucijada. El recurso no podía ser más fácil, un diario de un chico con habilidades especiales y que se suicida. En apenas tres páginas se nos bombardea con una versión alternativa de la historia que tiene como eje central esta sociedad en las sombras.
Por otro lado, el eje temporal sobre el que se estructura la acción presenta incoherencias que resultan evidentes para el lector y que actúan en perjuicio del desarrollo de la trama.
Pero volviendo a los aspectos positivos del álbum deciros que el humor tiene un papel destacado a la hora de aligerar la tensión de los acontecimientos y definir los personajes, al tiempo que proporciona más de un guiño dirigido a los amantes del género (¿alguien me puede decir a quién se parece el pintor Pickman?). Además, la acción se dosifica correctamente, y en todo momento resulta una lectura entretenida.
Habrá que ver cómo continuará Bleda la historia en los dos álbumes siguientes.
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