Green Arrow Especial (Winick, Hester, Parks; Planeta): Por fin vemos publicada la continuación de la serie regular del personaje que ya iniciara Norma en su momento, por mucho que leamos Especial en la portada (¿de quién de Planeta fue la genial idea?).
Aunque el cómic incluye los tres números siguientes al tomo Los muros de la ciudad, lo cierto es que puede leerse de forma independiente gracias al resumen de dos páginas con que se abre y que nos pone en situación de lo ocurrido recientemente en Star City.
Lo cierto es que la lectura de esta nueva entrega de las aventuras del arquero verde me ha dejado un poco indiferente. La historia es de lo más normalita, con Oliver intentando mantener a raya a un nuevo hampón que se ha ido apropiando de territorios en la ciudad a costa de eliminar a posibles rivales y cuya ambición parece no conocer límites.
A esta línea argumental principal se le unen los problemas de conciencia que le ha supuesto a nuestro héroe el hecho de que Mia, una adolescente de problemático origen a quien había acogido bajo su protección, haya matado por defender la ciudad de una amenaza previa: Sangre en las manos de una inocente, y todo por su culpa. Una carga que necesariamente afectará al arquero y que repercutirá en su relación con Canario Negro.
Precisamente es esta subtrama, cuya potencialidad Winick no sólo no la explota sino que la despacha en unas pocas páginas sin llegar a convencer, la que le da el toque de gracia a un tebeo regulero y tirando a soso.
Aunque el cómic incluye los tres números siguientes al tomo Los muros de la ciudad, lo cierto es que puede leerse de forma independiente gracias al resumen de dos páginas con que se abre y que nos pone en situación de lo ocurrido recientemente en Star City.
Lo cierto es que la lectura de esta nueva entrega de las aventuras del arquero verde me ha dejado un poco indiferente. La historia es de lo más normalita, con Oliver intentando mantener a raya a un nuevo hampón que se ha ido apropiando de territorios en la ciudad a costa de eliminar a posibles rivales y cuya ambición parece no conocer límites.
A esta línea argumental principal se le unen los problemas de conciencia que le ha supuesto a nuestro héroe el hecho de que Mia, una adolescente de problemático origen a quien había acogido bajo su protección, haya matado por defender la ciudad de una amenaza previa: Sangre en las manos de una inocente, y todo por su culpa. Una carga que necesariamente afectará al arquero y que repercutirá en su relación con Canario Negro.
Precisamente es esta subtrama, cuya potencialidad Winick no sólo no la explota sino que la despacha en unas pocas páginas sin llegar a convencer, la que le da el toque de gracia a un tebeo regulero y tirando a soso.
En fin, sólo para completistas del arquero de DC.
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