Ummm...
Un nosferatu deleitándose con el cuello de una chica. Y una rata orejuda contemplando ensimismada la escena (más tarde, al abrir las páginas descubrimos que la rata no es tal, sino su depredador, un gato que cambia más de forma que un doppleganguer, pero en fin...).
¿Y de uno de los tipos de La Mazmorra?
Pa darle una oportunidad,no?
Grand Vampire, por aquello de documentarse un poco y paliar mi patente ignorancia, es una serie francesa parida por Joann Sfarr que ya lleva publicados seis álbumes en el país vecino. Todo un éxito, oiga. Aquí, sin embargo, sólo hemos tenido tiempo de descubrir el primero de la mano de Sin Sentido.
Más: empezamos a leer. El comienzo promete, cándido nosferatu que acaba de romper con su novia (algo asín como una mujer árbol) trata de seguir con su no-vida, yendo a cruzarse en su camino una gotiquilla-after-punk que, ya-te-ves, es de su misma condición vampírica y, lo que son las cosas, parece haber caído enamorada bajo sus inconscientes encantos. ¡Si es que hay tipos con suerte!
Y sip, el comienzo, como apuntaba, prometía, pero poco a poco los chistes empezaron a perder su gracia para mí. Eso por no mencionar la inclusión de escenas apenas relacionadas con la trama y que aparentemente no aportan nada al conjunto, salvo quizás presentar personajes que es de esperar que sean retomados en álbumes posteriores. El resultado, un álbum con poca coherencia general, hecho que no impide que encontremos elementos más que interesantes en él, ya sea la ambientación, batiburrillo de referencias góticas que parecen haber sido pasadas por la lente deformante de Tim Burton, con algo de toque naif que le da cierto encanto, como por otro lado el retrato de distintas perspectivas del amor plasmadas en la definición de cada uno de los personajes, verdadero eje del tebeo (porque pasar, lo que se dice pasar, no pasa gran cosa en todo el cómic), ¿como no podría ser de otra forma? teniendo en cuenta que estamos ante el primer álbum de la serie, uséase una presentación.
Lo mejor: la Graveyard Party, con un Spawn bailoteando. (naah, hay más cosas, pero es que delante de tan absurda escena no pude reprimir la carcajada).
Por lo demás, lo único que se me ocurre decir es que lo mejor será esperar a ver más cosas de esta entrañable parejita no-muerta.
Un nosferatu deleitándose con el cuello de una chica. Y una rata orejuda contemplando ensimismada la escena (más tarde, al abrir las páginas descubrimos que la rata no es tal, sino su depredador, un gato que cambia más de forma que un doppleganguer, pero en fin...).
¿Y de uno de los tipos de La Mazmorra?
Pa darle una oportunidad,no?
Grand Vampire, por aquello de documentarse un poco y paliar mi patente ignorancia, es una serie francesa parida por Joann Sfarr que ya lleva publicados seis álbumes en el país vecino. Todo un éxito, oiga. Aquí, sin embargo, sólo hemos tenido tiempo de descubrir el primero de la mano de Sin Sentido.
Más: empezamos a leer. El comienzo promete, cándido nosferatu que acaba de romper con su novia (algo asín como una mujer árbol) trata de seguir con su no-vida, yendo a cruzarse en su camino una gotiquilla-after-punk que, ya-te-ves, es de su misma condición vampírica y, lo que son las cosas, parece haber caído enamorada bajo sus inconscientes encantos. ¡Si es que hay tipos con suerte!
Y sip, el comienzo, como apuntaba, prometía, pero poco a poco los chistes empezaron a perder su gracia para mí. Eso por no mencionar la inclusión de escenas apenas relacionadas con la trama y que aparentemente no aportan nada al conjunto, salvo quizás presentar personajes que es de esperar que sean retomados en álbumes posteriores. El resultado, un álbum con poca coherencia general, hecho que no impide que encontremos elementos más que interesantes en él, ya sea la ambientación, batiburrillo de referencias góticas que parecen haber sido pasadas por la lente deformante de Tim Burton, con algo de toque naif que le da cierto encanto, como por otro lado el retrato de distintas perspectivas del amor plasmadas en la definición de cada uno de los personajes, verdadero eje del tebeo (porque pasar, lo que se dice pasar, no pasa gran cosa en todo el cómic), ¿como no podría ser de otra forma? teniendo en cuenta que estamos ante el primer álbum de la serie, uséase una presentación.
Lo mejor: la Graveyard Party, con un Spawn bailoteando. (naah, hay más cosas, pero es que delante de tan absurda escena no pude reprimir la carcajada).
Por lo demás, lo único que se me ocurre decir es que lo mejor será esperar a ver más cosas de esta entrañable parejita no-muerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario