miércoles, febrero 23, 2005

Red Rocket 7, un cómic con banda sonora


La verdad es que no si me compré este cómic fue por el Mike Allred dibujante, porque al Allred guionista apenas le conozco. No compré su Madman en su momento, aunque recuerdo haber leído alguna historia de prestado.
En fin, que me lo compré casi a ciegas, y comprarte a ciegas un cómic que vale 30 euros es algo más que fe en el autor. Pero es que me daba buena espina.
Vayamos con la historia: Red Rocket 7 es el nombre del protagonista. Es un músico de rock de cierto éxito del cual, como es lógico, no sabemos nada al principio de la historia. La primera vez que le vemos está siendo entrevistado por una periodista que no se cree una palabra de lo que le acaba de contar el entrevistado. Y no es de extrañar, por lo que veremos. El caso es que en mitad del concierto es atacado por un ser de aspecto extraterrestre, al cual vence, por supuesto, justo antes de ser engullido por el público y desaparecer.
La periodista, para no faltar a su profesión, decide investigar sobre el pasado de Red Rocket 7 para así averiguar lo que le ha ocurrido, y lo que se encuentra es… exactamente lo que le contó Red en su entrevista: resulta –y aquí viene el SPOILER- que Red Rocket 7 se llama así porque es el clon número 7 (aunque en realidad es el 6º clon) de un alienígena llamado Red Rocket. Estamos, pues, ante un clon alienígena. Inmortal, para más señas. Un clon que se ha quedado con toda la capacidad musical de su original al igual que sus “hermanos” se han quedado con la aptitud para las ciencias, las artes o la agresividad del mismo individuo original (FIN DEL SPOILER).
Es decir, es una historia de ciencia ficción, sí, pero un tanto peculiar, porque como el protagonista es, por su condición, digamos que longevo, el cómic en sí nos ofrece un repaso a la historia del rock. Así nos enteramos, entre otras cosas, de su amistad con Little Richard, su relación con Elvis Presley, su estancia en Hamburgo con John Lennon, Paul McCartney, George Harrison, Stuart Sutcliffe, Pete Best y Ringo Starr (si a estas alturas os tengo que decir quienes son, estamos apañados)… y, en fin, sus amistades y colaboraciones con gente de la talla de los Rolling Stones (por cierto, en el cómic descubrimos la verdadera causa de la muerte de Brian Jones) o David Bowie, aunque veremos aparecer personajes y acontecimientos relevantes de toda la historia del rock, desde su creación hasta la edición de este cómic.
La historia de ciencia ficción sola no mata, así como tampoco lo hace la sucesión de anécdotas de la historia del rock, pero, por algún motivo, la combinación de estas dos partes de la historia tiene algo especial, aunque a mí me sobra el tufillo mesiánico y pseudo-religioso que desprenden algunas partes del desarrollo y, sobre todo, el final de la historia . Por otro lado, el dibujo es el habitual en Allred (lo cual será bueno para sus admiradores, entre los que me incluyo, y malo para sus detractores), sin embargo forzosamente se ha tenido que esmerar en los retratos de los iconos del rock, y la verdad es que no le ha quedado nada mal (impresionante la portada homenaje al Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band). Y, cómo no, a ello ayuda el coloreado de su mujer Laura cuyo trabajo, admitámoslo, es tan importante en casi todas las obras de Mike Allred como el propio dibujo.
Además, el cómic viene con banda sonora (¿os creíais que el título del post hacía referencia únicamente a la parte “musical” de la historia del cómic?) tocada con unos toques psicodélicos por The Gear, que no es ni más ni menos que el grupo de Allred (grupo, por cierto, que forma parte de la historia… más de lo que parece a simple vista, además). A mí me ha gustado bastante, pero si queréis una opinión profesional mejor buscad en otro sitio, que no soy buen crítico musical…
Mención aparte merece la edición, que a simple vista parece muy cuidada y sin embargo, nada más abrir el cómic empiezan las sorpresas: la introducción tiene todos los acentos sustituidos por otros símbolos o letras, y lo mismo le pasa a parte de los “Contenidos Extras” (muy chulos, por cierto) del final del volumen. Con lo bonito que parece el tomo, seguro que el editor se estará tirando de los pelos tras haberlo visto…

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