Sea of Red (Rick Remender,, Kieron Dwyer, Salgood Sam; Recerca): Me gustan los piratas. Por eso me trago todo lo que tenga que ver con ellos. Aunque suponga juntarlos con vampiros. Me da igual, mientras salgan piratas. Así que este Sea of Red tenía que caer. Y cayó, vaya si cayó.
Sea of Red es una serie que mezcla piratas con vampiros, publicada originalmente por Image y que aquí ha visto la luz gracias a la mallorquina Recerca editorial, que ha sacado el primer tomito yanki, Ninguna tumba excepto el mar, que viene a recopilar los primeros cuatro números de la colección.
La historia que nos presenta el cómic tiene como protagonista a Marco Esperanza, un marinero español que es recogido por un barco pirata después de que su navío naufrague. El problema es que la tripulación no sólo se compone de sanguinarios lobos de mar sino que todos ellos, además, son vampiros, como pronto descubre nuestro héroe muy a su pesar. Porque Marco acaba con la vida de uno de ellos, no sin antes ser convertido accidentalmente en vampiro, asesinato que, por muy en defensa propia que sea, le supone tener que acatar la ley pirata: Marco es atado al mascarón de proa de un barco abordado que a continuación es hundido. El fondo del mar se convertirá así en su tumba por espacio de más de trescientos años, momento en que es rescatado por un mini-submarino que es utilizado por un equipo cinematográfico. A partir de su rescate, la historia cobra tintes cada vez más inverosímiles, de forma que tanto su argumento como su ejecución podrían ser comparados con los de una película barata de terror de la productora cinematográfica española Fantastic Factory.
Si el primer número yanki sirve para presentar a Marco y las peripecias que le llevan a un final dramático, los números siguientes se ocupan de echar por tierra el resultado cuando al menos digno con que se concluían las primeras 24 páginas, dotando a la historia de un tono irreal, paródico, de serie Z que desafortunadamente no conserva la carga de diversión que sería de esperar de un producto merecedor de dicha clasificación. Y es que el ritmo se vuelve irregular, muy a pesar del componente de acción que supuestamente mantiene en todo momento la historia, lo cual es sinónimo de torpe ejecución que recae básicamente en el guionista. Así, no es de extrañar que nos aburramos a ratos, para luego alucinar con explicaciones torpes y aún más delirantes escenas de acción, fruto de un guión cogido por los pelos donde las casualidades, por muy estrambóticas que sean, son la norma de la casa. Por no hablar de los personajes, que no hay quien se los crea.
Como aspectos positivos (alguno debía tener), el dibujo más o menos cumple, y se ha de destacar que el cómic está impreso usando sólo dos tintas, negra y roja, que le vienen que ni pintado para la historia que contiene. Al respecto, deciros que la edición de Recerca consigue un mejor resultado en la reproducción de la segunda tinta que la edición original USA.
En definitiva, un subproducto resultado de combinar aventuras, acción, terror de baja intensidad y alguna escenita mínimamente gore, que desafortunadamente no satisface las expectativas que puede llegar a generar por su premisa argumental. Para paladares poco exigentes.
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