jueves, septiembre 08, 2005

Fever 1. Manhwa. La Cúpula.

Si entendemos por shojo aquel manga destinado a un público juvenil femenino igual no sabremos muy bien como clasificar este recién publicado Fever 1. ¿Por qué? Bueno, primero porque no es manga en tanto que sí que es manhwa (cómic coreano) y segundo porque el tono que impregna todo el cómic deja traslucir una evidente madurez que no suele ser moneda corriente de uso en buena parte del shojo más convencional.
En este primer volumen de Fever la autora nos presenta a los distintos personajes que conformarán la trama en números sucesivos.
Por un lado tenemos a Hyeong In, una estudiante de instituto que no se perdona el no haber apoyado lo suficiente a una amiga con la que compartía el rechazo por parte de sus compañeros de clase, hecho que movió a la segunda a cambiarse de centro, dejando a su suerte a nuestra protagonista que, además, se enfrenta a una familia que no puede comprender ni sus deseos ni su forma de ser, situación que le reporta una evidente infelicidad. Luego está Kan Dae, despreocupado, natural, portavoz de un credo que sostiene que una chocolatina es capaz de proporcionar al ser humano la felicidad que desde niños hemos ido perdiendo en nuestro paso a la vida adulta, y dueño de Bong Nam, un cachorro de cocker spaniel de lo más trasto. Finalmente, Jijun, amigo de Kan Dae, especialista en ser rechazado por las chicas y con un genio a flor de piel que le reporta más problemas que otra cosa. Son estos tres quienes conforman el trío sobre el que parece que vaya a cimentarse la serie, aparte de dos o tres personajes más que necesariamente cruzarán sus caminos con los de nuestros protagonistas.
Si bien los personajes y la previsible situación con componente amoroso se encuadran dentro del shojo, es evidente la presencia de elementos que apuntan hacia un tono más maduro, aunque a veces tan sólo queden meramente apuntados. Así, la alienación humana asociada a un entorno urbanita (en este caso el representado por la ciudad de Seul), la hipocresía de la sociedad o el suicidio son sólo algunos ejemplos, que vienen a matizar y a proporcionarle una nueva dimensión a ese drama de la adolescencia que constituye el telón de fondo de la historia.
Por otro lado, en cuanto al ritmo narrativo, éste permite una lectura seguida, sin altibajos a la hora de captar la atención del lector. Y, una vez finalizada la lectura te quedas con ganas de seguir leyendo para ver si realmente pasa algo, recordad que este primer volumen sólo puede ser concebido como una presentación y poco más.
En el plano gráfico destacar la coexistencia de dos estilos de dibujo. Uno realista (pensad de qué tipo de tebeo estamos hablando...aquí tampoco os salváis de los ojos saltones, sorry) y otro caricaturesco y por ende cómico, combinación que le sienta perfectamente a la obra en su conjunto. Diríamos que las caricaturas sirven de contrapunto a pasajes de contenido un poco más serio. Y este contraste resulta francamente divertido en múltiples ocasiones.
¿Lo mejor del cómic? Sin duda alguna, comprobar cómo un perro puede vomitarle encima a una chica en medio de un autobús y la consiguiente vomitona de los implicados. Impagable escena, honest. Y cuando descubrimos a santo de qué se llama el tebeo como se llama, Fever. ¿Lo peor del cómic? Que unas veces nos encontremos que la rotulación española tapa ineficazmente la original y que en otras veamos caracteres coreanos que han quedado tal cual en algunas viñetas.
En definitiva, un shojo interesante por cuanto reviste una madurez digna de mención, al tiempo que sabe combinar con bastante acierto drama y comedia, contando una historia sencilla, sin pretensiones, y de forma bastante eficaz en líneas generales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola! Recientemente me acabo de leer el 1er tomo, el 2º caerá mañana estoy totalmente de acuerdo con este post. Lo que más me fastidia es el precio y que la editorial no se moleste en editarlo apropiadamente. Espero seguir tan enganchada como con el primero, ya que como bien dices no es un típico shojo