El amante dragón 1: Nuevo shojo de Mayu Shinjo, autora de Virgin Crisis, Kaikan Phrase y Enséñame más, donde asistimos a la historia de Kurumi, una adolescente que ve como su rutina, que pasa por cuidar a su madre enferma y a sus dos hermanos gemelos, queda alterada sustancialmente al cruzarse en su camino Hakuron, un joven que resulta ser el líder de uno de los principales clanes mafiosos de Honk Kong, los dragones.
Por supuesto, por mucho que podría ser de otra forma, ambos se sienten inmediatamente atraídos el uno por el otro, de forma que Kurumi acaba entrando en el sórdido submundo en el que se mueve Hakuron, al que acabaremos descubriendo como un personaje de más que dudosa moralidad, e implacable como asesino.
A ver, analizando la historia empiezas a encontrar detalles que te obligan a arquear una ceja: Kurumi ayuda a un Hakuron herido, para aquel entonces un perfecto desconocido, alojándolo en su casa y permitiéndole así escapar de sus perseguidores. ¿Lo encontráis lógico? Desafortunadamente la cosa no se queda ahí. La sufrida e inocente Kurumi no duda mucho en liarse la manta a la cabeza y aceptar el mundo que le ofrece Hakuron por mucho que ello suponga en un principio olvidarse de su familia, teóricamente desamparada si ella falta en el hogar. Consecuente si pensamos que Kurumi es una zorra egoísta e idiota desde un principio, pero el problema es que ni por asomo nos la pintan así al comenzar a leer el manga, sino que se destacan precisamente sus virtudes: su entrega familiar, su responsabilidad, bla-bla-bla. ¿Y qué pensar de que una candorosa muchachita caiga enamorada de un tío que amenaza con violarla nada más conocerle y que luego se descubre como un asesino sin ningún tipo de escrúpulos? Vale, de todo debe haber por ahí afuera, no?
En resumidas cuentas y según mi opinión, la historia tiene bastantes elementos que le restan credibilidad.
Por otro lado, la gratuidad de ciertas escenas que introducen rasgos de componente erótico tampoco han servido para ganar mi simpatía, básicamente porque colaboran a la hora de restar credibilidad al conjunto de la obra.
Falla también la ambientación, por cuanto la acción transcurre en Honk Kong aunque bien pudiera situarse en cualquier otra ciudad o país, hecho que debemos relacionar con el dibujo. En efecto, la práctica inexistencia de fondos y de elementos de caracterización son los responsables de lo apuntado. Lo bueno es que, de tanto en tanto, la propia autora inserta un texto explicándonos un viaje que hizo a dicha ciudad con vistas a obtener documentación. Pa jartarse a reir a mandíbula batiente. Siguiendo con el dibujo debemos decir que es simple, poco proclive a la caricatura cómica, y funcional. La narratividad, curiosamente, es correcta en líneas generales, y se combina con el ritmo de la historia para conseguir una lectura fluída. Todo un acierto, la verdad, lástima que la historia lo eche todo por tierra.
Ah, y no os perdáis la ficha de la prota, en la parte final del manga:
Hobbies: Cocinar, limpiar, hacer pasteles
A mí me suena como ofensivo, no sé...
En fin, el producto idóneo para toda adolescente con mucha tontería (y poco más) en la cabeza.
Por supuesto, por mucho que podría ser de otra forma, ambos se sienten inmediatamente atraídos el uno por el otro, de forma que Kurumi acaba entrando en el sórdido submundo en el que se mueve Hakuron, al que acabaremos descubriendo como un personaje de más que dudosa moralidad, e implacable como asesino.
A ver, analizando la historia empiezas a encontrar detalles que te obligan a arquear una ceja: Kurumi ayuda a un Hakuron herido, para aquel entonces un perfecto desconocido, alojándolo en su casa y permitiéndole así escapar de sus perseguidores. ¿Lo encontráis lógico? Desafortunadamente la cosa no se queda ahí. La sufrida e inocente Kurumi no duda mucho en liarse la manta a la cabeza y aceptar el mundo que le ofrece Hakuron por mucho que ello suponga en un principio olvidarse de su familia, teóricamente desamparada si ella falta en el hogar. Consecuente si pensamos que Kurumi es una zorra egoísta e idiota desde un principio, pero el problema es que ni por asomo nos la pintan así al comenzar a leer el manga, sino que se destacan precisamente sus virtudes: su entrega familiar, su responsabilidad, bla-bla-bla. ¿Y qué pensar de que una candorosa muchachita caiga enamorada de un tío que amenaza con violarla nada más conocerle y que luego se descubre como un asesino sin ningún tipo de escrúpulos? Vale, de todo debe haber por ahí afuera, no?
En resumidas cuentas y según mi opinión, la historia tiene bastantes elementos que le restan credibilidad.
Por otro lado, la gratuidad de ciertas escenas que introducen rasgos de componente erótico tampoco han servido para ganar mi simpatía, básicamente porque colaboran a la hora de restar credibilidad al conjunto de la obra.
Falla también la ambientación, por cuanto la acción transcurre en Honk Kong aunque bien pudiera situarse en cualquier otra ciudad o país, hecho que debemos relacionar con el dibujo. En efecto, la práctica inexistencia de fondos y de elementos de caracterización son los responsables de lo apuntado. Lo bueno es que, de tanto en tanto, la propia autora inserta un texto explicándonos un viaje que hizo a dicha ciudad con vistas a obtener documentación. Pa jartarse a reir a mandíbula batiente. Siguiendo con el dibujo debemos decir que es simple, poco proclive a la caricatura cómica, y funcional. La narratividad, curiosamente, es correcta en líneas generales, y se combina con el ritmo de la historia para conseguir una lectura fluída. Todo un acierto, la verdad, lástima que la historia lo eche todo por tierra.
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1 comentario:
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