Curiosa iniciativa ésta, la ofrecida por Frederik Peeters. Lo digo porque al hombre este lo encuadraba yo en el típico slice of life después de su Píldoras azules. Y claro, que te salga ahora con un tebeo de... ¿ciencia ficción? No sé vosotros, pero a mí eso cuanto menos me sorprende.
Lupus es el primer volumen de una serie, y originalmente fue nominado al premio Alph' Art al mejor álbum en el Salón Internacional de Cómic de Angouelême.
En él, Peeters nos presenta a dos amigos que han decidido tomarse un año sabático, a lo largo del cual tratarán de viajar de planeta en planeta, a bordo de una nave-contenedor que han comprado a medias , a la búsqueda de la tranquilidad que les pueden ofrecer jornadas enteras dedicadas a la pesca y a cualquier experiencia psicotrópica derivada del consecuente consumo de cualquier droga que caiga en sus manos. A eso lo llamo yo un plan de puta-madre, sí señor.
En una de sus paradas, encontrarán a una chica cuyo único deseo parece escapar de la vida que ha llevado hasta la fecha, con lo que el consecuente triángulo amoroso está servido.
La excusa perfecta para que Peeters se explaye a placer sobre la naturaleza humana y las relaciones interpersonales en un entorno atípico. Pero no se queda aquí el tema, no, ni mucho menos. ¿No os dije que estábamos ante un tebeo de ciencia-ficción? No me voy a detener en ese aspecto de la trama, que no quiero spoilearos nada, tan sólo apuntar que la acción se desata inesperadamente y bastante avanzada la lectura, si bien te deja con ganas de más, de mucho más una vez llegas a la última página. Otra de las bazas fuertes del tebeo es la caracterización de los personajes, que capta el interés y la simpatía del lector.
Fantástico el dibujo y la narrativa de Peeters, que son acompañadas por la edición llevada a cabo por Astiberri, en un formato un poco más grande del que nos tiene acostumbrados, y que todo junto acaba por conformar una obra bastante redonda.
Lupus es el primer volumen de una serie, y originalmente fue nominado al premio Alph' Art al mejor álbum en el Salón Internacional de Cómic de Angouelême.
En él, Peeters nos presenta a dos amigos que han decidido tomarse un año sabático, a lo largo del cual tratarán de viajar de planeta en planeta, a bordo de una nave-contenedor que han comprado a medias , a la búsqueda de la tranquilidad que les pueden ofrecer jornadas enteras dedicadas a la pesca y a cualquier experiencia psicotrópica derivada del consecuente consumo de cualquier droga que caiga en sus manos. A eso lo llamo yo un plan de puta-madre, sí señor.
En una de sus paradas, encontrarán a una chica cuyo único deseo parece escapar de la vida que ha llevado hasta la fecha, con lo que el consecuente triángulo amoroso está servido.
La excusa perfecta para que Peeters se explaye a placer sobre la naturaleza humana y las relaciones interpersonales en un entorno atípico. Pero no se queda aquí el tema, no, ni mucho menos. ¿No os dije que estábamos ante un tebeo de ciencia-ficción? No me voy a detener en ese aspecto de la trama, que no quiero spoilearos nada, tan sólo apuntar que la acción se desata inesperadamente y bastante avanzada la lectura, si bien te deja con ganas de más, de mucho más una vez llegas a la última página. Otra de las bazas fuertes del tebeo es la caracterización de los personajes, que capta el interés y la simpatía del lector.
Fantástico el dibujo y la narrativa de Peeters, que son acompañadas por la edición llevada a cabo por Astiberri, en un formato un poco más grande del que nos tiene acostumbrados, y que todo junto acaba por conformar una obra bastante redonda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario