-El libro de las brujas, autores varios, Norma: Siete son las historias que nos hablan de brujas y que podemos encontrar en cómic en este libro, completándose el conjunto con un relato del escritor Clark Ashton Smith , ilustrado por Gary Gianny, y una entrevista con la suma sacerdotisa wicca Phyllis Curott, a cargo de Scott Allie quien, por lo que nos cuenta en la introducción del libro, fue asesorado por Alan Moore.
El telón de fondo ante el que se desarrollan todas las historias es una brujería contemplada desde el momento que sirvió para fijar su iconografía más clásica, que no es otro que la época medieval, hasta llegar a la actualidad,época desmitificadora por excelencia y que vendría a definir otra imagen muy diferente a aquella, recorrido a lo largo del cual acabamos constatando el peso de la tradición norteamericana a la hora de definir el producto que tenemos entre las manos. En efecto, la sombra de Salem es muy alargada.
Como toda recopilación realizada por diferentes autores el resultado es, lógicamente, irregular. Encontramos así de todo, desde la ilustración de un pasaje de Macbeth que no sólo no está a la altura del original sino que le priva completamente de las connotaciones con que lo vistió Shakespeare; pasando por historias sencillas, sin pretensiones, cuya lectura nos sobrecoge, divierte o simplemente nos deja completamente indiferente.
A mi juicio destacaría las siguientes historias:
La bruja troll, de Mignola, con Hellboy de protagonista, donde sí, lo reconozco, la historia no es para tirar cohetes, ni mucho menos, y aún añadiría que de original sospecho que tiene que tener bastante poco, pero al menos no la acaba cagando, ni por un lado ni por otro, como viene siendo habitual en su serie estrella.
La chica de la flor, de Scott Allie al guión y Paul Lee y Brian Norton al dibujo. Simple pero efectiva en tanto acaba dejándonos mal cuerpo.
El blues del becerro de oro, de Mark Ricketts y Sean Phillips. Una auténtica parida donde la sugerencia tiene más peso que la propia acción, el enfoque del tema es original brindándose a varias lecturas, y donde Phillips se encarga de recrear una atmósfera realmente conseguida para un pueblo de la américa profunda.
Salem y Mary Sibley, de Scott Morse, que tan sólo destaco por su estilo cartoon aplicado a un suceso tan escalofriante como real. Curioso el efecto conseguido.
Y por encima de todas ellas, la historia Los infamiliares, a cargo de Evan Dorkin al guión y Jill Thompson a los dibujillos. Perfecto equilibrio entrambos componentes de una historia divertida como pocas y que fue galardonada con el premio Eisner 2005 a la mejor historia corta. Una historia de brujas actuales teniendo como protas a una panda de perros y un gato.
A título curioso, destacar las biografías de los implicados en la obra, anexa a modo de epílogo. Obligada lectura si queréis reíros un rato.
El telón de fondo ante el que se desarrollan todas las historias es una brujería contemplada desde el momento que sirvió para fijar su iconografía más clásica, que no es otro que la época medieval, hasta llegar a la actualidad,época desmitificadora por excelencia y que vendría a definir otra imagen muy diferente a aquella, recorrido a lo largo del cual acabamos constatando el peso de la tradición norteamericana a la hora de definir el producto que tenemos entre las manos. En efecto, la sombra de Salem es muy alargada.
Como toda recopilación realizada por diferentes autores el resultado es, lógicamente, irregular. Encontramos así de todo, desde la ilustración de un pasaje de Macbeth que no sólo no está a la altura del original sino que le priva completamente de las connotaciones con que lo vistió Shakespeare; pasando por historias sencillas, sin pretensiones, cuya lectura nos sobrecoge, divierte o simplemente nos deja completamente indiferente.
A mi juicio destacaría las siguientes historias:
La bruja troll, de Mignola, con Hellboy de protagonista, donde sí, lo reconozco, la historia no es para tirar cohetes, ni mucho menos, y aún añadiría que de original sospecho que tiene que tener bastante poco, pero al menos no la acaba cagando, ni por un lado ni por otro, como viene siendo habitual en su serie estrella.
La chica de la flor, de Scott Allie al guión y Paul Lee y Brian Norton al dibujo. Simple pero efectiva en tanto acaba dejándonos mal cuerpo.
El blues del becerro de oro, de Mark Ricketts y Sean Phillips. Una auténtica parida donde la sugerencia tiene más peso que la propia acción, el enfoque del tema es original brindándose a varias lecturas, y donde Phillips se encarga de recrear una atmósfera realmente conseguida para un pueblo de la américa profunda.
Salem y Mary Sibley, de Scott Morse, que tan sólo destaco por su estilo cartoon aplicado a un suceso tan escalofriante como real. Curioso el efecto conseguido.
Y por encima de todas ellas, la historia Los infamiliares, a cargo de Evan Dorkin al guión y Jill Thompson a los dibujillos. Perfecto equilibrio entrambos componentes de una historia divertida como pocas y que fue galardonada con el premio Eisner 2005 a la mejor historia corta. Una historia de brujas actuales teniendo como protas a una panda de perros y un gato.
A título curioso, destacar las biografías de los implicados en la obra, anexa a modo de epílogo. Obligada lectura si queréis reíros un rato.
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