Historia que de ser contada en 25 páginas apenas recibiría el calificativo de mediocre. El problema es que a los autores les debió parecer mejor idea contar lo que querían contar en 175 páginas. Afortunadamente el resultado viene a ser casi el mismo en tanto que las 175 páginas que integran el tomo se leen en 15 minutos de reloj. Pero nuevamente aparece un problema, los 12 euros que habremos pagado por tal tomadura de pelo.
Porque sí. Se trata de una tomadura de pelo en toda regla que la propia editorial, Norma, contribuye a realizar si nos atenemos a la contraportada del tebeo en cuestión: (...) una reflexión sobre la guerra, la amistad y el arte, alejándose de los estereotipos de la fantasía heroica tradicional.
¿Alguien puede decirme dónde se encuentra semejante triple reflexión?
Quizás al responsable de dicha breve reseña (o a quienquiera que la hubiera copiado de otra fuente siempre y cuando fuéramos tan optimistas de creer que quien reseña se lee previamente el cómic) no se le enseñó en su momento la diferencia entre apuntar ideas y reflexionar sobre las mismas.
Como si todavía fuéramos inocentes, claro.
Y cuando digo apuntar diría que incurro en generosidad exacerbada.
Rematan el cuadro los dibujos de Álex Niño, artista que posiblemente no debiera haber salido del ámbito de la ilustración en su vida. Niño confunde más que narra (se ve que ese día se saltó la clase) y, por mucho que leamos en la dicha contraportada que es fabuloso , la verdad es que no puede convencer a nadie. Y es que debemos detenernos una y otra vez ante sus barrocas viñetas para saber qué demonios estamos contemplando.
Lo dicho, 12 euros que u os ahorráis o que podréis gastaros en otra cosilla.
Porque sí. Se trata de una tomadura de pelo en toda regla que la propia editorial, Norma, contribuye a realizar si nos atenemos a la contraportada del tebeo en cuestión: (...) una reflexión sobre la guerra, la amistad y el arte, alejándose de los estereotipos de la fantasía heroica tradicional.
¿Alguien puede decirme dónde se encuentra semejante triple reflexión?
Quizás al responsable de dicha breve reseña (o a quienquiera que la hubiera copiado de otra fuente siempre y cuando fuéramos tan optimistas de creer que quien reseña se lee previamente el cómic) no se le enseñó en su momento la diferencia entre apuntar ideas y reflexionar sobre las mismas.
Como si todavía fuéramos inocentes, claro.
Y cuando digo apuntar diría que incurro en generosidad exacerbada.
Rematan el cuadro los dibujos de Álex Niño, artista que posiblemente no debiera haber salido del ámbito de la ilustración en su vida. Niño confunde más que narra (se ve que ese día se saltó la clase) y, por mucho que leamos en la dicha contraportada que es fabuloso , la verdad es que no puede convencer a nadie. Y es que debemos detenernos una y otra vez ante sus barrocas viñetas para saber qué demonios estamos contemplando.
Lo dicho, 12 euros que u os ahorráis o que podréis gastaros en otra cosilla.
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