Robin desenmascarado (Willingham, De la Fuente, Scott; Planeta) : Planteamiento interesante el propuesto por Bill Willingham, si bien se agradecería que tuviera algo más de trascendencia para la vida del actual Tim Drake.
Al final ha pasado lo que tenía que ocurrir: el padre de Tim ha averiguado que su hijo ocupa su tiempo libre en ponerse leotardos e ir por ahí, saltando de azotea en azotea, combatiendo el crimen. Reprobable, por supuesto. Todo un lío para el pobre chico, que acabará viendo como la que hasta el momento había sido su chica, Stephanie, alias Spoiler (¿qué demonios les pasa a los adolescentes de Gotham?), acababa asumiendo su papel al lado de Batman.
Podríamos dividir el cómic en dos partes claramente diferenciadas: En la primera se descubre todo el pastel, poniendo lógicamente en aprietos no sólo al aludido principal sino también al mismísimo Bruce. En la segunda se deja a Tim Drake de lado para centrarse en la evolución de Stephanie como nueva Robin
El comienzo es verdaderamente divertido, con un par de momentos memorables en la mansión Wayne que a buen seguro harán reir a más de uno. Desafortunadamente la parte de Stephanie, aunque perfectamente legible, puede descolocar un poco al lector. Me explico, con Tim Drake descubierto, uno piensa e incluso desea leer una aventura más o menos memorable del personaje cuando resulta que no, desafortunadamente no es así: Tim Drake es relegado a un segundo plano, que se pone aún más de relieve cuando una de las subtramas de la historia que apunta a él en todo momento es resulta sin intervención alguna por su parte. Decepcionante, teniendo en cuenta lo leído en las primeras páginas, que contrasta claramente con un final apresurado que nos da la sensación que nada de lo quehemos leído es verdaderamente importante.
Otro problema que le veo, y aquí acentúo lo personal de esta reseña, es que no acabo de reconocer a sus protagonistas. ¿Es este el mismo Tim Drake que el que podemos leer en los Jóvenes Titanes? ¿Y Batman? Vale que se ría entre dientes con una broma de Alfred, pero de ahí a ver cómo una asesina profesional le mete una paliza de esas de órdago...
Tampoco ayuda el cambio de dibujante que coincide, curiosamente, con la división a la que aludíamos un poco más arriba. Francisco R. De la Fuente viene a cumplir con su cometido, pero Damion Scott desentona por partida doble. Por un lado porque su estilo, que a mí me recuerda vagamente a un primerizo Humberto Ramos, no acaba de pegar mucho con el tono que se supone para cualquier historia que transcurra en Gotham, y por el otro porque se diferencia bastante respecto al de De la Fuente.
Lo cierto es que Robin desenmascarado es una lectura ligerita, que más o menos entretiene, y poco más, sin trascendencia alguna en la vida de Tim Drake ya que, para qué nos vamos a engañar, ¿no le véis volviendo a hacer de comparsa del murciélago jefe en breve? La verdad es que prefiero deciros esto a que es cómic de un solo chiste y poco más.
Al final ha pasado lo que tenía que ocurrir: el padre de Tim ha averiguado que su hijo ocupa su tiempo libre en ponerse leotardos e ir por ahí, saltando de azotea en azotea, combatiendo el crimen. Reprobable, por supuesto. Todo un lío para el pobre chico, que acabará viendo como la que hasta el momento había sido su chica, Stephanie, alias Spoiler (¿qué demonios les pasa a los adolescentes de Gotham?), acababa asumiendo su papel al lado de Batman.
Podríamos dividir el cómic en dos partes claramente diferenciadas: En la primera se descubre todo el pastel, poniendo lógicamente en aprietos no sólo al aludido principal sino también al mismísimo Bruce. En la segunda se deja a Tim Drake de lado para centrarse en la evolución de Stephanie como nueva Robin
El comienzo es verdaderamente divertido, con un par de momentos memorables en la mansión Wayne que a buen seguro harán reir a más de uno. Desafortunadamente la parte de Stephanie, aunque perfectamente legible, puede descolocar un poco al lector. Me explico, con Tim Drake descubierto, uno piensa e incluso desea leer una aventura más o menos memorable del personaje cuando resulta que no, desafortunadamente no es así: Tim Drake es relegado a un segundo plano, que se pone aún más de relieve cuando una de las subtramas de la historia que apunta a él en todo momento es resulta sin intervención alguna por su parte. Decepcionante, teniendo en cuenta lo leído en las primeras páginas, que contrasta claramente con un final apresurado que nos da la sensación que nada de lo quehemos leído es verdaderamente importante.
Otro problema que le veo, y aquí acentúo lo personal de esta reseña, es que no acabo de reconocer a sus protagonistas. ¿Es este el mismo Tim Drake que el que podemos leer en los Jóvenes Titanes? ¿Y Batman? Vale que se ría entre dientes con una broma de Alfred, pero de ahí a ver cómo una asesina profesional le mete una paliza de esas de órdago...
Tampoco ayuda el cambio de dibujante que coincide, curiosamente, con la división a la que aludíamos un poco más arriba. Francisco R. De la Fuente viene a cumplir con su cometido, pero Damion Scott desentona por partida doble. Por un lado porque su estilo, que a mí me recuerda vagamente a un primerizo Humberto Ramos, no acaba de pegar mucho con el tono que se supone para cualquier historia que transcurra en Gotham, y por el otro porque se diferencia bastante respecto al de De la Fuente.
Lo cierto es que Robin desenmascarado es una lectura ligerita, que más o menos entretiene, y poco más, sin trascendencia alguna en la vida de Tim Drake ya que, para qué nos vamos a engañar, ¿no le véis volviendo a hacer de comparsa del murciélago jefe en breve? La verdad es que prefiero deciros esto a que es cómic de un solo chiste y poco más.