El corcel gris (Hope Larson, Dibbuks): Este cómic, englobable dentro del slice of life, tiene casi todas las características para ser un buen cómic. Lástima que, pese a todo, a mí no me haya dicho nada.
Y sí, es una verdadera pena porque la historia tiene los ingredientes necesarios para que me guste: Su joven protagonista acaba de llegar a los Estados Unidos proveniente de su Francia natal, dispuesta a empezar una nueva vida. Un mundo nuevo ante ella, toda una aventura que deberá afrontar, como también deberá enfrentar a los demonios que le persiguen de la vida que ha dejado atrás; miedos que aprovechan la noche y el mundo de los sueños para volver a ella.
Un argumento que se presta al uso de metáforas y a la inclusión de bellas imágenes.
El dibujo es bonito, de trazo claro, limpio. La composición de página hace juego con la claridad de las líneas y las formas. Una tinta de tonalidad ocre le proporciona un aspecto agradable que invita aún más si cabe a su lectura. Destacable es la voluntad de experimentación con el medio, que se evidencia en alambicados bocadillos de texto u onomatopeyas cuya representación obedece a la naturaleza de su sonido. Como original es su división interna, donde cada capítulo se halla indicado en la parte inferior de cada página por un número determinado de carretes fotográficos que viene a resaltar un aspecto de cierta relevancia dentro de la trama.
Con todo, la forma de contarnos la historia es bastante clásica, y la narrativa es clara, muy efectiva.
De hecho, todo el apartado gráfico cuenta con un envidiable atractivo a ojos del comprador potencial, que además tiene su correspondencia en la edición de Dibbuks.
Pero aún así, y reconociendo los méritos del cómic, no me ha acabado de llegar. A este respecto y en mi opinión, le falta capacidad de transmitir, de expresar , de hacernos sentir.
De todas formas no dudo en recomendaros que le echéis un vistazo. Sólo por su grafismo y su edición ya vale la pena y, quién sabe, igual encontráis en él lo que yo no he podido o sabido hallar.
Y sí, es una verdadera pena porque la historia tiene los ingredientes necesarios para que me guste: Su joven protagonista acaba de llegar a los Estados Unidos proveniente de su Francia natal, dispuesta a empezar una nueva vida. Un mundo nuevo ante ella, toda una aventura que deberá afrontar, como también deberá enfrentar a los demonios que le persiguen de la vida que ha dejado atrás; miedos que aprovechan la noche y el mundo de los sueños para volver a ella.
Un argumento que se presta al uso de metáforas y a la inclusión de bellas imágenes.
El dibujo es bonito, de trazo claro, limpio. La composición de página hace juego con la claridad de las líneas y las formas. Una tinta de tonalidad ocre le proporciona un aspecto agradable que invita aún más si cabe a su lectura. Destacable es la voluntad de experimentación con el medio, que se evidencia en alambicados bocadillos de texto u onomatopeyas cuya representación obedece a la naturaleza de su sonido. Como original es su división interna, donde cada capítulo se halla indicado en la parte inferior de cada página por un número determinado de carretes fotográficos que viene a resaltar un aspecto de cierta relevancia dentro de la trama.
Con todo, la forma de contarnos la historia es bastante clásica, y la narrativa es clara, muy efectiva.
De hecho, todo el apartado gráfico cuenta con un envidiable atractivo a ojos del comprador potencial, que además tiene su correspondencia en la edición de Dibbuks.
Pero aún así, y reconociendo los méritos del cómic, no me ha acabado de llegar. A este respecto y en mi opinión, le falta capacidad de transmitir, de expresar , de hacernos sentir.
De todas formas no dudo en recomendaros que le echéis un vistazo. Sólo por su grafismo y su edición ya vale la pena y, quién sabe, igual encontráis en él lo que yo no he podido o sabido hallar.
-Visita la página de su autora, Hope Larson
-Algunas páginas del cómic, en la web de Dibbuks
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