Sí, porque no puedo definirlo de otra forma (hablando de cómic, claro).
He leído bastante este año. Muchas cosas buenas (de las que quizás hable otro día) y algunas malas (de éstas me niego a hablar). Pero nada como la obra de Craig Thompson.
Blankets, para quien no lo haya leído es una gran obra (tanto en calidad como en volumen) en la cual Craig Thompson, en nueve partes, nos habla de su vida en su pueblo natal. Su vida de pequeño, compartiendo cama con su hermano. Su vida de adolescente inadaptado e inquieto. Una vida que en apariencia no era excesivamente difícil, salvo para alguien con las inquietudes de Thompson. Religión, inquietud artística, marginación, abusos... todo eso está retratado.
He leído bastante este año. Muchas cosas buenas (de las que quizás hable otro día) y algunas malas (de éstas me niego a hablar). Pero nada como la obra de Craig Thompson.
Blankets, para quien no lo haya leído es una gran obra (tanto en calidad como en volumen) en la cual Craig Thompson, en nueve partes, nos habla de su vida en su pueblo natal. Su vida de pequeño, compartiendo cama con su hermano. Su vida de adolescente inadaptado e inquieto. Una vida que en apariencia no era excesivamente difícil, salvo para alguien con las inquietudes de Thompson. Religión, inquietud artística, marginación, abusos... todo eso está retratado.
Pero sobre todo, una historia sobre su primer amor. Un primer amor con el que no puedo sino sentirme identificado, no ya porque me pasase algo similar, sino porque algo que contado por otro parecería cursi, contado por él y como él lo hace consigue que te sumerjas tanto en la historia que resulta difícil dejar de leer y de implicarte con lo que les sucede a los personajes. Muchos de los que lo hemos leído, hemos tenido que hacerlo de un tirón. Imposible dejarlo.
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