Yo de mayor quiero ser como él.
Desde que empezó la serie y hasta que ocurrió lo que ocurrió en el número 25, tuvimos dos grandes sagas en dos partes cada una: “El soldado de Invierno” partes 1 y 2 y “La Amenaza Roja” partes 1 y 2.
Después tuvimos la saga “Civil War” cuatro números y ATENCIÓN SPOILER el Capitán America Steve Rogers, muere asesinado vilmente cual JFK, Luther King o Lincoln. Marvel aprovecha ese momento y saca un tocho en tapa dura con los 25 primeros números de la serie hasta el momento. Se vende como churros.
Ahora llevamos dieciocho números (un año y medio) en los que hemos visto cómo un personaje importante dentro de la mitología del Capitan America, toma el relevo de Steve Rogers. Con siete números más ya tenemos un nuevo ómnibus con otros veinticinco números donde la cosa ha dado vueltas y vueltas sin cesar. Leer esta serie mes a mes debe ser un suplicio. Yo lo hago por sagas. Y me lo paso pipa.Reconozco que todo está muy bien escrito y dibujado. Tiene un tono oscuro, con un dibujo realista y ese tono gráfico se mantiene, venga quien venga a ilustrar la serie. Pero pasar un número entero para ver como el nuevo Capi se pone el traje, tiene un poco de guasa. Esperemos que se anime.
Bromas e ironías aparte, Steve no ha dejado la serie. Su espíritu sigue sigue ahí, en el corazón de su sucesor, Bucky Barnes, que vive a la sombra del ejemplo de su mentor y (a todos los efectos) hermano mayor, Steve Roger, consciente de la responsabilidad que le ha sido encomendada por el propio Capitán y en el corazón de todos los que le amaban, Sharon Carter y Sam Wilson el Halcón.
La serie ha dado un giro convirtiéndose en una historia sobre la Responsabilidad y el Legado de un Héroe. Pura Marvel.
Los fans acudimos a las páginas del comic convencidos mes tras mes de que en cualquier momento el anterior Capitán America regresará de la muerte o de su exilio o de donde quiera que esté, pero eso no sucede. Y sin embargo, Barnes está siendo un buen Capitán America, ganándose golpe a golpe, batalla a batalla el puesto, la misión que le ha sido encomendada. Y aunque quisiera renunciar a ello y llevar una vida normal, no puede, no se lo permite. Como decía JFK, citando a Robert Frost:"¡Qué hermosos son los bosques, sombríos y profundos!, pero tengo muchas promesas que cumplir, y mucho que andar antes de dormir, y mucho que andar antes de dormir!"