Ante la muerte del Capitan America hace unos meses, me entró una especie de deseo incontrolado por leer el Capi de Kirby. Kirby tiene algo que engancha. Las nuevas generaciones de fans comiqueros miran sus dibujos y dicen que si todas las caras son iguales, que si los cuerpos son como pétreos…me da igual. Hay algo en sus lápices , ya esté dibujando una escena familiar de los 4F, al Capi dando volteretas y patadas a los nazis o a los nuevos Dioses, con su épica cósmica. Hipnotiza. Necesito observar sus dibujos, esos rostros de héroes que llevan sobre si el peso del mundo y la responsabilidad de no sólo salvarlo sino hacerlo un lugar mejor. No puedo explicarlo.
Y ahora me ha llegado y he devorado esta (nada barata) joya de El Capi y el Halcón con la saga de la Bomba Loca (no te rías Voltorine), que marca su regreso a Marvel tras varios años en DC (donde aportó un Universo entero, el del llamado Cuarto Mundo). Y el que tuvo retuvo. Un Capi brillante, inteligente, un verdadero patriota, que busca salvar a su país de una amenaza terrorista. Un Halcón que no es un sidekick sino un compañero e igual.
Se nota, que el rey se siente a gusto, que es feliz dibujando posiblemente a su personaje más icónico y sobre todo que cree en lo que hace.
El tomo recoge los números 194 a 200 de la serie regular del Capitan America (rebautizada como Captain America and the Falcon desde el número 134). El equipo de remasterización ha hecho un gran trabajo. A Kirby también se le puede (y se le debe) leer en COLOR. Incluye algunas portadas a lápiz en su interior.
Ya sólo queda que Panini se digne a sacarlo aquí, en vez de sacar el Motorista Fantasma en tapa dura, o bien pasar por la taquilla del Previews y hacerse con los siguiente tomos a veinte y treinta dólares nada menos.
Puede que el Capi haya muerto. Pero siempre nos quedarán las historias de Stern, Englehart, Gruenwald, y sobre todo, las de Jack “King” Kirby.
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