-La vida en rojo (Baloup y Domas, Dibbuks): Una suerte de La Matanxa de Texas con componente sobrenatural y protagonizado por animalitos, singular combinación que casi diría que constituye el principal atractivo de un cómic cuya lectura no deja indiferente lo cual ya de por sí es todo un acierto.
La historia está contada con buen ritmo y el dibujo resulta atractivo. Lo malo, el formato reducido unido a su elevado precio así como que la premisa básica no destaque por su originalidad.
-La mujer de la habitación oscura (Minetaro Mochizuki, Glenat): One-shot de terror japonés que nos acaba remitiendo a una especie de leyenda urbana revestida de una cotidianeidad que acentúa aún más su carga terrorífica. Y es que Minetaro Mochizuki, creador de Dragon Head, consigue captar el interés del lector desde la escena inicial, sembrando en él el desasosiego primero, constante que va in crescendo a lo largo del cómic para acabar en una espiral de acción frenética y horror desencadenado. Interesante propuesta a tener en cuenta por todo amante del género.
-You are here (Kyle Baker, Planeta): Kyle Baker nos regala la historia de un hombre que, enamorado, decide no desvelar su pasado criminal a su pareja por miedo a perderla. El problema es cuando ese pasado acaba llamando, inevitablemente, a tu puerta.
Sucedáneo de elementos varios partícipes de la comedia, el drama e incluso el thriller, el cómic cuenta con una pareja protagonista verdaderamente carismática y unos secundarios que de igual forma acaban ganándose nuestra simpatía (dejemos a un lado al malo, que no sólo hay sino que es malísimo). Personajes que, todo sea dicho de paso, Baker caracteriza con una facilidad que no hace sino demostrarnos que nos encontramos ante un gran autor.
Hecho a destacar es la experimentación que Baker realiza de principio a final, rasgo que ya pudimos observar en otras obras suyas como ¿Por qué odio Saturno? o Moriré a medianoche. Y es que no esperéis encontrar bocadillos con texto a la usanza clásica, no...aquí las ilustraciones y el texto no se reúnen en la viñeta, sino que cada cual va por su lado, si bien la compenetración entrambos elementos es tal que consigue un resultado similar. Al mismo tiempo se juega con el texto como tal. Y en lo que al dibujo se refiere Baker sigue con su estilo entre caricaturesco y realista que nos deja cierto regusto a lo cartoon, haciendo uso de una paleta de color fantástica y apoyándose ocasionalmente en programas informáticos de 3d, elementos estos sin los cuales no podrían entenderse algunas de las escenas incluídas en el cómic (recuerdo una puesta de sol para recordar).
Si a todo esto le sumamos que la historia se lee de forma fluída y que predomina un tono humorístico que va de lo sutil a lo hilarante el resultado no deja lugar a dudas: un cómic casi-casi redondo. Recomendable.
-Capitán América 1 (Panini): Interesante inicio el de la nueva etapa con Brubaker al guión. Y los dibujos, de Steve Epting, son bonitos. Si le dáis una oportunidad, que parece se merece, un consejo: no hojeéis el final. Luego no me vengáis llorando. Habrá que ver cómo se desarrolla la trama.
La historia está contada con buen ritmo y el dibujo resulta atractivo. Lo malo, el formato reducido unido a su elevado precio así como que la premisa básica no destaque por su originalidad.
-La mujer de la habitación oscura (Minetaro Mochizuki, Glenat): One-shot de terror japonés que nos acaba remitiendo a una especie de leyenda urbana revestida de una cotidianeidad que acentúa aún más su carga terrorífica. Y es que Minetaro Mochizuki, creador de Dragon Head, consigue captar el interés del lector desde la escena inicial, sembrando en él el desasosiego primero, constante que va in crescendo a lo largo del cómic para acabar en una espiral de acción frenética y horror desencadenado. Interesante propuesta a tener en cuenta por todo amante del género.
-You are here (Kyle Baker, Planeta): Kyle Baker nos regala la historia de un hombre que, enamorado, decide no desvelar su pasado criminal a su pareja por miedo a perderla. El problema es cuando ese pasado acaba llamando, inevitablemente, a tu puerta.
Sucedáneo de elementos varios partícipes de la comedia, el drama e incluso el thriller, el cómic cuenta con una pareja protagonista verdaderamente carismática y unos secundarios que de igual forma acaban ganándose nuestra simpatía (dejemos a un lado al malo, que no sólo hay sino que es malísimo). Personajes que, todo sea dicho de paso, Baker caracteriza con una facilidad que no hace sino demostrarnos que nos encontramos ante un gran autor.
Hecho a destacar es la experimentación que Baker realiza de principio a final, rasgo que ya pudimos observar en otras obras suyas como ¿Por qué odio Saturno? o Moriré a medianoche. Y es que no esperéis encontrar bocadillos con texto a la usanza clásica, no...aquí las ilustraciones y el texto no se reúnen en la viñeta, sino que cada cual va por su lado, si bien la compenetración entrambos elementos es tal que consigue un resultado similar. Al mismo tiempo se juega con el texto como tal. Y en lo que al dibujo se refiere Baker sigue con su estilo entre caricaturesco y realista que nos deja cierto regusto a lo cartoon, haciendo uso de una paleta de color fantástica y apoyándose ocasionalmente en programas informáticos de 3d, elementos estos sin los cuales no podrían entenderse algunas de las escenas incluídas en el cómic (recuerdo una puesta de sol para recordar).
Si a todo esto le sumamos que la historia se lee de forma fluída y que predomina un tono humorístico que va de lo sutil a lo hilarante el resultado no deja lugar a dudas: un cómic casi-casi redondo. Recomendable.
-Capitán América 1 (Panini): Interesante inicio el de la nueva etapa con Brubaker al guión. Y los dibujos, de Steve Epting, son bonitos. Si le dáis una oportunidad, que parece se merece, un consejo: no hojeéis el final. Luego no me vengáis llorando. Habrá que ver cómo se desarrolla la trama.
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