-Lone: Western postapocalíptico mezclado con las aberraciones típicas (mutantes, zombies, etc) asociadas a la radiación resultante del uso de armas atómicas utilizadas en un conflicto de escala mundial. Algo así como si cruzásemos Mad Max+Tank Girl+Sin Perdón. Un batiburrillo que hubiera dado mucho juego si se hubiera explotado todo lo que ya de por sí puede ofrecer tan singular mezcla, lo cual desafortunadamente no es el caso que nos ocupa. Y es que el cómic no deja de ser un pálido reflejo, descafeinado y aburrido, de lo que podría haber sido. Lectura de váter y poco más.
-Line: Chica popular en el insti encuentra móvil cuyo dueño insiste en llamar, una vez tras otra, para avisarle de que a determinadas horas y en ciertos sitios una persona morirá. Tras el estupor y el horror iniciales da lugar una carrera desenfrenada cuyo objetivo es impedir más muertes a lo largo y ancho de la ciudad, lo cual a su vez unirá a nuestra protagonista con una de sus compañeras de clase.
Una historia que destaca por sí sola si consideramos que el cómic está inscrito dentro de la colección Un manga un romance (colección de Planeta dedicada a presentarnos shojos autoconclusivos), decisión editorial sorprendente en tanto que poco shojo encontraremos en este cómic por mucho que como tal nos lo quieran vender.
Pros o detalles curiosos, además de la mayor o menor originalidad de la propuesta habida cuenta del material habitual, el comprobar cómo se pueden mezclar escenas francamente duras con viñetas de matiz cómico, algo que consigue la autora compaginando un estilo de dibujo realista si bien sencillo con la típica caricatura. Añadamos que el ritmo narrativo es ágil, leyéndose de tirón y aburriendo más bien poco. Y que se consiga sorprender al lector.
En el lado negativo, la superficialidad con que se toca el tema (que no voy a spoilear).
-Doctor Extraño: Versión ultimate no confesada del clásico personaje de la marvel y que viene a sumarse a la lista de despropósitos que hemos podido leer en los últimos tiempos sobre Stephen Strange. Por mucho que lo firme Straczynski con la "novata" Sarah Samm Barnes.
Para aquellos que no conozcan al personaje digamos que introducía el tema paranormal en el universo marvelita. Bien, pues si apenas encontramos trazas de lo paranormal al llegar al ecuador del tebeo es para arquear una ceja cuanto menos. Y por supuesto, el que luego se precipite todo el asunto atropelladamente no es que vaya a arreglar precisamente las cosas y dejarnos con una sensación de satisfacción general. Ni en broma.
Desafortunadamente la cosa no queda aquí: Matrix mola y aquí los pintas estos tienen que demostrarnos qué molones que son los abrigos negros. Cuánto mal que hizo esa trilogía en esta nuestra industria del cómic.
Más: Que nos peguen la paliza con el pasado de cirujano de Stephen. Está bien tenerlo en cuenta, pero que se alarguen las escenas relacionadas con ese pasado y cuya aportación a la trama principal es mínima.. Es como leerse el Supreme Powers pero protagonizada con gente sin superpoderes ni nah. O sea, un coñazo de primera.
No se vayan todavía: El que se acaba descubriendo como antagonista de Stephen, nada más destaparse como tal ¡desaparece del tebeo! Su papel es sustituído por otro malo-maloso, esta vez sí que sí, que acaba siendo derrotando por nuestro prota en ¡tres páginas!. Por cierto, la forma de derrotarlo, relacionada con la adquisición de los poderes de Extraño tiene delito. Es más, casi diría que sostiene que los lectores de superhéroes somos, simplemente, gilipollas.
En la parte positiva (es un decir), tenemos a un Brandon Peterson que me ha convencido un poco más respecto a lo que de él había visto hasta la fecha.
La impresión final que me dio es que podría haber funcionado a medias como inicio, mediocre, de serie regular para el personaje. Pues bien, estamos ante una miniserie de seis números yankis, lo cual me parece que ya lo dice todo. Exasperante y a ratos divertida por lo absurdo de la acción. Subproducto que hasta los fans del personaje deberían coger con pinzas.
-Line: Chica popular en el insti encuentra móvil cuyo dueño insiste en llamar, una vez tras otra, para avisarle de que a determinadas horas y en ciertos sitios una persona morirá. Tras el estupor y el horror iniciales da lugar una carrera desenfrenada cuyo objetivo es impedir más muertes a lo largo y ancho de la ciudad, lo cual a su vez unirá a nuestra protagonista con una de sus compañeras de clase.
Una historia que destaca por sí sola si consideramos que el cómic está inscrito dentro de la colección Un manga un romance (colección de Planeta dedicada a presentarnos shojos autoconclusivos), decisión editorial sorprendente en tanto que poco shojo encontraremos en este cómic por mucho que como tal nos lo quieran vender.
Pros o detalles curiosos, además de la mayor o menor originalidad de la propuesta habida cuenta del material habitual, el comprobar cómo se pueden mezclar escenas francamente duras con viñetas de matiz cómico, algo que consigue la autora compaginando un estilo de dibujo realista si bien sencillo con la típica caricatura. Añadamos que el ritmo narrativo es ágil, leyéndose de tirón y aburriendo más bien poco. Y que se consiga sorprender al lector.
En el lado negativo, la superficialidad con que se toca el tema (que no voy a spoilear).
-Doctor Extraño: Versión ultimate no confesada del clásico personaje de la marvel y que viene a sumarse a la lista de despropósitos que hemos podido leer en los últimos tiempos sobre Stephen Strange. Por mucho que lo firme Straczynski con la "novata" Sarah Samm Barnes.
Para aquellos que no conozcan al personaje digamos que introducía el tema paranormal en el universo marvelita. Bien, pues si apenas encontramos trazas de lo paranormal al llegar al ecuador del tebeo es para arquear una ceja cuanto menos. Y por supuesto, el que luego se precipite todo el asunto atropelladamente no es que vaya a arreglar precisamente las cosas y dejarnos con una sensación de satisfacción general. Ni en broma.
Desafortunadamente la cosa no queda aquí: Matrix mola y aquí los pintas estos tienen que demostrarnos qué molones que son los abrigos negros. Cuánto mal que hizo esa trilogía en esta nuestra industria del cómic.
Más: Que nos peguen la paliza con el pasado de cirujano de Stephen. Está bien tenerlo en cuenta, pero que se alarguen las escenas relacionadas con ese pasado y cuya aportación a la trama principal es mínima.. Es como leerse el Supreme Powers pero protagonizada con gente sin superpoderes ni nah. O sea, un coñazo de primera.
No se vayan todavía: El que se acaba descubriendo como antagonista de Stephen, nada más destaparse como tal ¡desaparece del tebeo! Su papel es sustituído por otro malo-maloso, esta vez sí que sí, que acaba siendo derrotando por nuestro prota en ¡tres páginas!. Por cierto, la forma de derrotarlo, relacionada con la adquisición de los poderes de Extraño tiene delito. Es más, casi diría que sostiene que los lectores de superhéroes somos, simplemente, gilipollas.
En la parte positiva (es un decir), tenemos a un Brandon Peterson que me ha convencido un poco más respecto a lo que de él había visto hasta la fecha.
La impresión final que me dio es que podría haber funcionado a medias como inicio, mediocre, de serie regular para el personaje. Pues bien, estamos ante una miniserie de seis números yankis, lo cual me parece que ya lo dice todo. Exasperante y a ratos divertida por lo absurdo de la acción. Subproducto que hasta los fans del personaje deberían coger con pinzas.
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