Cuando uno se pone manos a la obra con un guión para cualquier arte (cómic, cine, teatro...) no se tiene que enfrentar únicamente con la pantalla o la hoja de papel en blanco. Existen toda una serie de circunstancias que dificultan la ejecución de cualquier producción artística: fechas de entrega, imposiciones editoriales, financiación, etc. En el caso de las adaptaciones al cine de tebeos, además nos encontramos, entre otras cosas, con la necesidad de ser fiel al material original, captando su espíritu y trasladando al lenguaje cinematográfico aquellos elementos gráficos y narrativos que lo hagan único.
Todo esto no es moco de pavo. Y sin embargo...
Cuando lo que uno tiene entre manos no es una obra maestra del Noveno Arte, sino una historia de venganza digna de una película de acción de serie Z, ¿puede todo lo anterior ser obstáculo para realizar una buena adaptación? El Castigador (2004) demuestra que a veces cuanto más fáciles son los retos a los que se enfrentan los realizadores, peores son los resultados. No es que se trate de una perversión de la historia original. Tanto en el film como en cualquiera de los cómics, el protagonista, Frank Castle, ve morir a su familia bajo una lluvia de plomo y desde entonces dedica su vida a erradicar el crimen en una guerra sin cuartel, en la que progresivamente va perdiendo la razón y todo contacto con la realidad que no le sea de utilidad en su “sagrada cruzada”.
La película se queda en esta breve sinopsis y no investiga ninguno de los temas que han ido surgiendo en las décadas de apariciones del personaje en el papel: la violencia brutal de la sociedad que hace que criaturas como Castle existan; la indefensión ante la agresión criminal; la montaña rusa de asesinatos que le hace plantearse a uno si al Castigador todavía le queda algún delincuente al que castigar... En la película apenas hay un reconocimiento a la etapa del guionista Garth Ennis en la serie, con la inclusión de una escena levemente humorística. Y si se puede disculpar que no se tengan grandes objetivos en mente (la mayoría de los cómics del personaje son bastante planos), lo que sí es imperdonable es la falta de adrenalina, sangre y acción de la que adolece el largometraje, aspectos definitorios que hacen del Castigador lo que es. Una historia de venganza.
[Texto aparecido en la revista Fancine]
2 comentarios:
Decía un crítico fanboy que no le extrañaba que a los seguidores de comics nos tomaran por subnormales después de ver Punisher.
Sobra Travolta, y el 90% de los dialogos de Thomas Jane. Después de su "resurección" el personaje no tenía qu haber vuelto a hablar en toda peli. Cada vez que lo hace provoca risas. Y vergénza ajena.
Si queréis ver un peliculón de Punisher, tenéis que ver VENGANZA. Grandiosa. GRANDIOSA.
Qué grande es Liam Neeson.
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