martes, mayo 19, 2009

The Spirit (2008) de Frank Miller

Will Eisner se pasó décadas ampliando, renovando y estableciendo el vocabulario del cómic tal y como lo conocemos hoy en día. Su trabajo dignificó un medio considerado infantil y justificó con obras porqué el cómic debía ser considerado un Arte con mayúsculas. El tebeo por el que es principalmente conocido es The Spirit, aunque con el tiempo abandonó las historias de Denny Colt para centrarse en tebeos como Contrato con Dios, en los que el patetismo, el costumbrismo y la miseria y esperanza urbana de la que había hecho gala en The Spirit, pasaban a primer plano dejando a un lado por siempre jamás a las mujeres fatales y al detective infalible, que no eran sino reclamos comerciales y pretextos argumentales.

The Spirit (2008) de Frank Miller parte con la ventaja de que su guionista y director es un discípulo aventajado de Eisner y revolucionario del cómic por méritos propios, pero aún así falla al adaptar la obra de Eisner con éxito.

Primero, porque The Spirit es un horror cinematográfico, visualmente incoherente, alternando planos fantásticos con otros dignos de drama de sobremesa, con un guión prácticamente inexistente, con diálogos hipertrofiados que se transforman en escenas de diez minutos, aderezado todo ello con unos irritantes e incomprensibles intentos de humor que caen en el más puro histrionismo.

Segundo, porque es una mala adaptación: donde Eisner empleaba los recursos visuales para contar mejor una historia, Miller se queda en lo visual y prescinde de contar algo, sea lo que sea; ante la concisión de Eisner, nos encontramos con la hinchazón purulenta de Miller; frente al protagonismo de los ciudadanos de Central City y a la humanidad que la puebla, tenemos una historia maniquea de superseres absurdos, chillones y sin profundidad y en la que The Spirit se convierte en protagonista absoluto.

Luego están las libertades que se ha tomado Miller con algunos personajes (un Dolan y un Octopus irreconocibles), de como en el fondo no ha podido evitar pasarlo todo por su tamiz y ha convertido Central City (una ciudad real y en color) en Sin City (una ciudad abstracta y en blanco y negro) y ha reducido todos los temas del original al mínimo común denominador inyectándolos de esteroides hasta reventar.

Parco favor le ha hecho Miller a su maestro con este trabajo. Pero, por favor, no confundan esta cosa con el cómic. Nunca sabrían lo que se han perdido.

[Texto a aparecer en la revista gratuita Fancine]

2 comentarios:

marguis dijo...

Tono irónico on


Guau!!! Tengo unas ganas de ver la peli!!!!



Tono irónico off

Jaume dijo...

Era justo lo que pretendía con mi comentario ;)
Yo por lo menos conseguí verla entera sin aburrirme, a diferencia de... er, toda la gente que conozco, que o bien la dejaron a los 10 ó 20 minutos o se la chuparon íntegra por no salir del cine ;)