La primera vez que vi un episodio de Torchwood fue de madrugada en CUATRO. Me pareció de bajo presupuesto pero hecho con corazón. Había un tipo que parecía una mezcla de Nick Furia y Hugh Grant, se llamaba Capitán Jack Harkness y derrochaba carisma y sonrisas. También había una joven policía Gwen Cooper, un personaje con el que el público se podía identificar ya que como nosotros conocía a la entidad en el primer episodio.
He empezado a verla de una tacada la semana pasada y cual ha sido mi sorpresa. La serie no sólo va ganando más en cada episodio sino que ha conseguido engancharme totalmente. Sigue sin tener los efectos especiales de “Battlestar Galactica 2003” o de “Supernatural” pero hay un buen guión, interpretaciones y mucho corazón.
Torchwood es una entidad gubernamental “al margen del Gobierno” que controla la actividad extraterrestre y sobrenatural. Está situada en la ciudad de Cardiff donde hay una brecha espacio temporal que la compañía controla. Su líder, el capitan Jack Harkness es una agente del tiempo, ha estado en diferentes épocas y sabe que en el siglo XXI es cuando todo cambia. Sin embargo, él es un misterio. Su nombre no es su nombre y casi nunca habla de su pasado, aunque sus compañeros van descubriendo cosas cada día. Aunque discrepan en ocasiones con él, en le fondo todos quieren que lleve el mando ya que es un verdadero líder. Los aprecia y se preocupa por ellos, a pesar de que a veces sus decisiones les causen dolor.
Los demás miembros del equipo son Owen Harper, el médico, impulsivo e inmaduro, quien por su actitud rebelde y chulapa a veces pone en peligro la misión. Ianto Jones, una suerte de conserje que oculta más de lo que parece a simple vista. Un hombre gris sin carisma,pero al que llegaremos a conocer bien. Toshiko Sato, la científico del grupo que intenta llevarse bien con todo el mundo y está muy unida a Jack. La ya mencionada Gwen Cooper, novata del grupo que ha de combinar como puede su vida sentimental y su nuevo trabajo. El Capitán Jack Harkness es el nexo entre todos ellos, parece tener muchos más años de los que dice y su condición de agente del tiempo le ha dado ocasión de visitar muchos siglos diferentes, lo que le da una perspectiva de la Historia que se niega a compartir con sus compañeros por el bien de todos ellos.
Normalmente los episodios giran en torno a un personaje y un conflicto o misterio, en el que es requerida la intervención de Torchwood. A veces las cosas se arreglan bien, otras no tanto y otras…mejor que lo veáis. A veces, intentar hacer del mundo un lugar mejor tiene un alto coste.
En estos trece capítulos se tratan temas como la amistad, la vida y la muerte, la fidelidad, el compañerismo, aprovechar el momento, el heroísmo, los conflictos del pasado, el sacrificio, el amor y el deber. Hay muchas ideas y matices, como en el Doctor Who, serie de la que nació Torchwood. Porque la ciencia ficción no trata de naves espaciales, ni es un subgénero. Son historias de aventuras, de relaciones personales, de retos que aunque no puedan darse en el mundo que nos rodea, no por ello dejan de invitarnos a la reflexión y como no, al disfrute.
He empezado a verla de una tacada la semana pasada y cual ha sido mi sorpresa. La serie no sólo va ganando más en cada episodio sino que ha conseguido engancharme totalmente. Sigue sin tener los efectos especiales de “Battlestar Galactica 2003” o de “Supernatural” pero hay un buen guión, interpretaciones y mucho corazón.
Torchwood es una entidad gubernamental “al margen del Gobierno” que controla la actividad extraterrestre y sobrenatural. Está situada en la ciudad de Cardiff donde hay una brecha espacio temporal que la compañía controla. Su líder, el capitan Jack Harkness es una agente del tiempo, ha estado en diferentes épocas y sabe que en el siglo XXI es cuando todo cambia. Sin embargo, él es un misterio. Su nombre no es su nombre y casi nunca habla de su pasado, aunque sus compañeros van descubriendo cosas cada día. Aunque discrepan en ocasiones con él, en le fondo todos quieren que lleve el mando ya que es un verdadero líder. Los aprecia y se preocupa por ellos, a pesar de que a veces sus decisiones les causen dolor.
Los demás miembros del equipo son Owen Harper, el médico, impulsivo e inmaduro, quien por su actitud rebelde y chulapa a veces pone en peligro la misión. Ianto Jones, una suerte de conserje que oculta más de lo que parece a simple vista. Un hombre gris sin carisma,pero al que llegaremos a conocer bien. Toshiko Sato, la científico del grupo que intenta llevarse bien con todo el mundo y está muy unida a Jack. La ya mencionada Gwen Cooper, novata del grupo que ha de combinar como puede su vida sentimental y su nuevo trabajo. El Capitán Jack Harkness es el nexo entre todos ellos, parece tener muchos más años de los que dice y su condición de agente del tiempo le ha dado ocasión de visitar muchos siglos diferentes, lo que le da una perspectiva de la Historia que se niega a compartir con sus compañeros por el bien de todos ellos.
Normalmente los episodios giran en torno a un personaje y un conflicto o misterio, en el que es requerida la intervención de Torchwood. A veces las cosas se arreglan bien, otras no tanto y otras…mejor que lo veáis. A veces, intentar hacer del mundo un lugar mejor tiene un alto coste.
En estos trece capítulos se tratan temas como la amistad, la vida y la muerte, la fidelidad, el compañerismo, aprovechar el momento, el heroísmo, los conflictos del pasado, el sacrificio, el amor y el deber. Hay muchas ideas y matices, como en el Doctor Who, serie de la que nació Torchwood. Porque la ciencia ficción no trata de naves espaciales, ni es un subgénero. Son historias de aventuras, de relaciones personales, de retos que aunque no puedan darse en el mundo que nos rodea, no por ello dejan de invitarnos a la reflexión y como no, al disfrute.
