domingo, mayo 17, 2009

X-Men Annual 11 o Patrulla-X Especial Verano 1988


El X-Men Annual 11 es un tebeo excepcional.

En 40 páginas la humanidad se enfrenta no sólo a su destrucción, sino a su viabilidad o no como especie. Se nos presenta a casi una decena de personajes in media res y se les hace evolucionar sin que en ningún momento tengamos dudas acerca de quiénes son y porqué actúan de la forma en que lo hacen. Y es un cómic especial, una aventura autoconclusiva al margen de la serie mensual, cuyo objetivo es dar un “algo más” adicional a la oferta regular. Como tal, la historia es memorable y profunda y al mismo tiempo no resulta imprescindible para la compresión de las andanzas de los mutantes si alguien no puede o no quiere leer dicho Annual. Un curioso, y difícil de conseguir, equilibrio.

Los textos y los diálogos de Claremont, son concisos, llenos de información y van directos al grano. Tom Orzechowski los engarza en la página como joyas en la diadema diseñada por un Alan Davis pletórico, que dibuja lo que le da la gana y bien, sean escenas de época, ruinas de un palacio de cristal, la ascensión a la omnipotencia de Lobezno, una mansión en Westchester, gente vestida de calle, de superhéroe, a la moda japonesa, de samurai o de conquistador intergaláctico. Por no mencionar la gestualidad de los personajes, la composición de página, la espectacularidad, los planos, la acción, la ambientación...

Y la narrativa. Dios, la narrativa que te permite seguir la historia sin necesidad de leerla, porque Davis es un dibujante de cómics, no un ilustrador o un pintor y por tanto un historietista de primera categoría que con sus imágenes te traslada los sentimientos, emociones, mensajes e información que la historia pretende transmitir.

Por todo eso, el X-Men Annual 11 es un tebeo excepcional.

Y tendría que estar en las mesas de trabajo de toda la gente que escribe y dibuja superhéroes hoy en día.

Y en las de las personas que los editan.

3 comentarios:

  1. El problema de ese comic es que (aviso VicSpoiler) cuando se regenera Lobezno lo hace con el adamantium cuando este no es algo suyo (fin del Vicspoiler)

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  2. No necesariamente.
    Al regenerarse Lobezno consigue, de paso, la omnipotencia y, por tanto, la posibilidad de hacer lo que le dé la gana. Ante la tentación, recordando lo que le pasó a Jean Grey, decide dejarlo correr y arriesgarse con lo que tiene, destruir el cristal que le dio los poderes y que sea lo que el Diablo quiera. Es en ese momento que manifiesta por primera vez las garras después de regenerarse por completo y es porque si bien no empleará sus poderes para cambiar el cosmos sí lo hará para devolverse a su estado primigenio y básicamente porque como ha vuelto en bolas necesita algo con lo que destrozar el cristal e instintivamente recrea sus armas más allegadas.
    ¡Toma párrafo Claremont!

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