No será una reciente novedad, pero creo que este tomo de Sabrina, la enésima versión del simpático personaje que se ha paseado por papel y pantallas televisivas desde los años sesenta del siglo XX, bien merece una reseña en este blog. Primero, por echar un poco de luz a estos tebeos que probablemente muchos espectadores de la serie homónima creada por Netflix y actualmente en emisión no conozcan y, segundo, porque es una serie estupenda en mi humilde opinión.
La lectura de estos números que componen el primer arco argumental de la colección presentan a Saprina Spellman, una adolescente fruto del enlace entre un brujo y una mortal, una unión condenada por la sociedad secreta brujeril y que, consecuentemente, acarrea la desgracia a sus progenitores, de forma que Sabrina es criada por sus dos tías, sendas brujas que acaban descubriendo que su sobrina cuenta con talentos especiales e innatos que corroboran su ascendencia directa. A partir de esta presentación del personaje principal pasaremos a otro personaje que se antoja como su antagonista, Madame Satán, un adversario formidable que guarda relación con el padre de Sabrina y que constituye el motor que pone en marcha la trama cubierta por este volumen, que se relaciona con la iniciación como bruja de nuestra heroína.
Admito que inicialmente el dibujo, a cargo de Robert Hack, me echó para atrás, pero una vez finalizada la lectura creo que es precisamente el estilo de este dibujante el que proporciona un carácter muy particular a la par que configura una atmósfera terrorífica que confiere a la trama una efectividad que hacía tiempo no leía en un tebeo. Y es que esta Chilling Adventures of Sabrina es un tebeo de terror en toda regla, por mucho que cuente con un tono ligero de comedia para adolescentes y cierto humor negro, que directamente a mí me retrotrae, personalmente y bajo mi trasfondo comiquero particular, a caballo entre dos siglos, a esa hornada de tebeos de terror que publicara en su momento DC bajo su sello Vértigo, teniendo a Sandman y a Hellblazer como sus buques insignia. Ahora bien, detrás de esta serie también se advierte una clara influencia de las historietas publicadas bajo el clásico sello de EC Comics, como también del volumen basado en la película Creepshow al que se rinde un homenaje en forma de una de las muchas portadas alternativas con las que salió la serie que tenemos entre manos.
Otra de esas cosas que contribuye a la sensación de que estás ante una serie interesante y prometedora es el hecho de que personalmente me he quedado con ganas de leer más sobre estas nuevas aventuras de Sabrina a cargo de Roberto Aguirre-Sacasa, quien también se encuentra detrás de la serie televisiva para Netflix que mencionaba al comienzo de esta reseña.
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