sábado, septiembre 09, 2006

Cuentos perversos 1


Cuentos perversos 1 (Richard Moore, Dibbuks): Curiosa la traducción que nos han servido los chicos de Dibbuks de este Horny Tales, de Richard Moore, la tercera obra que publica en nuestro país, si no voy muy equivocado, después de su álbum Far West, publicado por la misma editorial y su Cementerio (Boneyard) de Norma editorial.
Cuentos perversos es una recopilación de historias cortas de temática porno. Pero claro, no podía ser porno al uso tratándose del tipo que escribió ese batiburrillo de fantasía, oeste americano y humor que constituía Far West. Lo que, ya puestos, debo admitir que dice bastante a su favor, habida cuenta de lo que estamos acostumbrados a consumir dentro de esa categoría. Y es que hacer porno no es fácil. Bueno, sí que lo es, lo que me refiero es que si además es divertido y, por qué no, puestos a pedir, también mínimamente inteligente... pues tanto mejor!
Y es que aquí es donde entra este Cuentos cachondos. Traduzcamos con propiedad y enviemos a la mierda lo políticamente correcto. Lo que encontraremos aquí son varias historias cortas, con protagonistas completamente diferentes, que participan del género fantástico. Género que el autor contempla de forma muy amplia, gustando de mezclar elementos dispares como ya hiciera en la obra anteriormente aludida. Así, vemos desfilar ángeles y demonios, princesas de cuentos de hadas, cazarrecompensas élficas con botas de cowboy (la protagonista de Far West), la novia de Frankestein y la criatura del lago, y así un largo etcétera de curiosos personajes metidos en situaciones hilarantes.
Moore dibuja realmente bien, aunque se observa cierta diferencia entre unas historias y otras que posiblemente pueda achacarse a las respectivas fechas de realización. Aún así el nivel es aceptable incluso en las menos afortunadas, y bastante bueno en el resto, que es la mayoría. Incluso narrando el autor demuestra su solvencia, si bien no vendría a destacar especialmente.
Lo cierto es que Cuentos perversos es un cómic porno poco habitual, no sólo por las razones expuestas hasta ahora sino también por el hecho de haber merecido una edición más que digna, en un formato más grande del típico con el que se suele publicar el porno, que todo sea dicho de paso le viene que ni pintado para apreciar el dibujo del autor en su justa medida. Lo dicho, porno divertido, fresco y original, que vendría a sumarse a contados ejemplos como el excelente Birdland de Beto Hernández o el Iron Wood de Bill Willingham, cómic este último con el que quizás mantiene más puntos en común.
De lo que podemos leer en Fandecomix, según anuncio de Ricardo Esteban, editor de Dibbuks, está previsto publicar las dos siguientes partes de esta recopilación de historias, la segunda para finales de este año y la tercera para el año que viene.

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