jueves, abril 30, 2009

La muerte del Capitán America Actos 2 y 3. Leal al Sueño.


"El primero en la paz, el primero en la guerra, el primero en el corazón de sus compatriotas"General Henry Lee (Elogio Fúnebre de George Washington)

Pero qué tío más listo es Ed Brubaker.

Yo de mayor quiero ser como él.

Desde que empezó la serie y hasta que ocurrió lo que ocurrió en el número 25, tuvimos dos grandes sagas en dos partes cada una: “El soldado de Invierno” partes 1 y 2 y “La Amenaza Roja” partes 1 y 2.

Después tuvimos la saga “Civil War” cuatro números y ATENCIÓN SPOILER el Capitán America Steve Rogers, muere asesinado vilmente cual JFK, Luther King o Lincoln. Marvel aprovecha ese momento y saca un tocho en tapa dura con los 25 primeros números de la serie hasta el momento. Se vende como churros.
Ahora llevamos dieciocho números (un año y medio) en los que hemos visto cómo un personaje importante dentro de la mitología del Capitan America, toma el relevo de Steve Rogers. Con siete números más ya tenemos un nuevo ómnibus con otros veinticinco números donde la cosa ha dado vueltas y vueltas sin cesar. Leer esta serie mes a mes debe ser un suplicio. Yo lo hago por sagas. Y me lo paso pipa.Reconozco que todo está muy bien escrito y dibujado. Tiene un tono oscuro, con un dibujo realista y ese tono gráfico se mantiene, venga quien venga a ilustrar la serie. Pero pasar un número entero para ver como el nuevo Capi se pone el traje, tiene un poco de guasa. Esperemos que se anime.
Bromas e ironías aparte, Steve no ha dejado la serie. Su espíritu sigue sigue ahí, en el corazón de su sucesor, Bucky Barnes, que vive a la sombra del ejemplo de su mentor y (a todos los efectos) hermano mayor, Steve Roger, consciente de la responsabilidad que le ha sido encomendada por el propio Capitán y en el corazón de todos los que le amaban, Sharon Carter y Sam Wilson el Halcón.

La serie ha dado un giro convirtiéndose en una historia sobre la Responsabilidad y el Legado de un Héroe. Pura Marvel.
Los fans acudimos a las páginas del comic convencidos mes tras mes de que en cualquier momento el anterior Capitán America regresará de la muerte o de su exilio o de donde quiera que esté, pero eso no sucede. Y sin embargo, Barnes está siendo un buen Capitán America, ganándose golpe a golpe, batalla a batalla el puesto, la misión que le ha sido encomendada. Y aunque quisiera renunciar a ello y llevar una vida normal, no puede, no se lo permite. Como decía JFK, citando a Robert Frost:"¡Qué hermosos son los bosques, sombríos y profundos!, pero tengo muchas promesas que cumplir, y mucho que andar antes de dormir, y mucho que andar antes de dormir!"
Aquí estaremos para verlo.

JLA Titanes de Devin Grayson y Phil Jiménez

Hay momentos durante la lectura de The Technis Imperative en los que uno no sabe si está leyendo un Who’s Who de los Titanes, un libro de referencia de su juego de rol detallando sus bases de operaciones y lugares comunes de la colección o un parco remedo de Crisis en Tierras Infinitas.

Grayson y, especialmente Jiménez, con un estilo más que deudor del de George Pérez, se dejan llevar por su adoración por el grupo y por su interés en convertir la miniserie en un vademécum para (¿los profesionales que trabajen en?) el futuro título mensual de los Titanes. Estos loables objetivos se traducen en la virtual aparición en escena de TODOS aquellos que alguna vez fueron Titanes y sus respectivas fichas en medio de la historia. Así, el escueto argumento se hincha en exceso y se ve lastrado por la cantidad de personajes que, en su mayor parte, apenas tienen una línea de diálogo y escenas que serían igualmente efectivas desarrolladas en un par de páginas se extienden durante casi veinte, agotando la paciencia y diluyendo el interés del lector. Esto conlleva problemas de ritmo y minimiza el impacto de los puntos de interés dramático que se pierden entre tanta página innecesaria (todas, por cierto, con casi quince mil viñetas, tanto si son escenas de pelea, como si en ellas se produce alguna revelación pretendidamente sorprendente).

Teniendo esto en cuenta, lo cierto es que estas ciento y pico páginas de conflicto continuo, tanto físico como emocional, no me parecerían tan insípidas si por lo menos la acción estuviera bien llevada, pero Grayson y Jiménez juegan a la JLA de Grant Morrison, dividiendo a los grupos por todo el mundo y manteniéndolos en contacto telepático, y se estrellan estrepitosamente, copiando sólo la forma y no la adrenalina, ofreciendo unas Crisis a nivel reducido en las que todas las situaciones se resuelven con incesante verborrea y de forma burocrática y plana. Si ambos hubieran conocido de algo llamado síntesis, a lo mejor en esta historia hubiera cabido la palabra emoción.

Orquídea Negra de Neil Gaiman y Dave McKean

Escrita siguiendo la moda de revitalizar personajes desconocidos del pasado de la DC (inaugurada a raíz del éxito del Swamp Thing de Moore), Orquídea Negra resulta un producto aparentemente maduro, bonito e intelectual que un mínimo análisis coloca en una posición no tan ventajosa desde el punto de vista del mero entretenimiento.

La historia se desarrolla de forma morosa y paulatina (una de las constantes de muchos trabajos de Gaiman), sin altercados, con un ritmo que, aunque lento, se nos antoja constante. Ello, por otra parte algo nada fácil de conseguir, es uno de los principales handicaps de la obra, ya que esa forma de desarrollar una arquetípica trama de persecuciones, asesinatos e investigación es realmente anticlimática y, según cuáles sean tus gustos, aburrida. El poco hincapié que se hace en los sucesos importantes los desdibuja y los pone a la altura de cualquier detalle sin importancia de la trama, amen de que la poca sangre, y carisma, de los protagonistas no invita a preocuparse mucho por su destino y, ay, por el desarrollo del resto del cómic. Gaiman (no) aborda de la misma manera todos los planteamientos ecológicos y digamos profundos que están presentes en la historia: enunciándolos, a veces de forma burda, y sin profundizar en ellos, contribuyendo a que el interés de la historia se diluya aún más y justificando que el último ejemplar se cierre con un sonoro ¿y qué? por parte del lector.

El estilo fotográfico de McKean contribuye a ese alejamiento del lector ya que aunque todo el mundo parece real, en realidad, lo que parecen son perfectos desconocidos reales (por no hablar de lo tediosos que llegan a ser esos constantes planos medios de la misma gente).

Pese a ello la historia está bien escrita, perfectamente estructurada (casi a la manera de un guión cinematográfico, con un abundante uso del raccord visual para enlazar escenas) y su desarrollo lento y paulatino está bien conseguido (a pesar de no ser en absoluto adecuado para la historia que se nos cuenta). El apartado gráfico es brillante, aunque el último número se nota hecho con prisas.

Un cómic algo ñoño, suave, aburrido, sin garra.

viernes, abril 24, 2009

Constantine es... ¿Hellblazer?

Hellblazer narra las peripecias de John Constantine, un “mago” inglés, antiguo cantante del grupo punk Membrana Mucosa, en un submundo ocultista sucio, gris, lleno de basura tanto sobrenatural como humana, donde los políticos mortales no se diferencian en mucho de los jerifaltes del Cielo o del Infierno.

Originalmente creado por Alan Moore en su etapa como guionista de la serie La Cosa del Pantano (literalmente como respuesta a la petición de sus dibujantes de tener un personaje que se pareciera a Sting porque les apetecía dibujarlo), este cínico personaje, que no se casa con nadie, que lucha contra ángeles y demonios por igual y cuyos amigos tienen una peligrosa tendencia a morir y a perseguirle en forma de fantasma, no tardó en volar de forma independiente en su propia colección.

Y años más tarde en tener su propia adaptación cinematográfica.

Constantine (2005) es agradable y entretenida. Lo que ya de por sí no refleja demasiado bien el espíritu del cómic. El film es más bien de intriga y suspense con cierto trasfondo de horror y está diseñado de forma muy correcta y limpia. El tebeo es terrorífico, asqueroso, lleno de bilis y mala baba, aunque no exento de cierto sentido del humor negro, negrísimo. Supongo que esa es la concesión que se debe hacer de cara a la galería, para llegar a la mayor audiencia posible. Pero no es la única. Porque en la película, Constantine cambia Londres por Los Ángeles, trueca su nacionalidad y tiene otro color de pelo. Hay que dar gracias a alguna divinidad pagana, sin embargo, ya que, como en el tebeo, sigue fumando un cigarrillo detrás de otro.

Se mantienen otros aspectos del cómic, pero retorciéndolos hasta hacerlos irreconocibles (por ejemplo, los secundarios Chas y Papa Midnite) o dándoles otro significado distinto al original (el papel de Constantine en el entorno mágico o el papel del ángel Gabriel).

Se trata de un trabajo curioso porque con la misma facilidad un poco de presión en un sentido podría haber conseguido una adaptación harto fidedigna, pero la misma presión en otro hubiera tenido como resultado algo sin ninguna relación con el cómic.
Tal y como están las cosas, y habida cuenta que los cambios mencionados consiguen integrarse en una historia completamente coherente, se le puede perdonar casi todo.

Excepto que John no sea inglés.

Ni rubio.

Ni se parezca a Sting.

[Texto a aparecer en la revista gratuita Fancine]

Cómo Diseñar Portadas Para Novelas de Vampiros (II)

En una palabra: CONFUNDE.
Porque si alguien que no haya leído los libros es capaz de ponerlos en orden de lectura guiándose exclusivamente por el diseño de portada me descubro ante él/ella (aclaro que el lomo de las novelas tampoco va numerado).

jueves, abril 23, 2009

domingo, abril 19, 2009

Ángela de Neil Gaiman y Greg Capullo

Si hay una característica común en todos los trabajos de Gaiman, ésta es sin duda que, independientemente de si se trata de aquellos que podríamos calificar de más personales (Violent Cases, Sandman, Signal to Noise...) o de los directamente alimenticios (Alice Cooper, Los Libros de la Magia, Orquídea Negra...), en todos ellos se nota que los ha escrito él. Esto, que parece una perogrullada, no lo es tanto si pensamos en los casos de otros escritores que cuando deben afrontar un trabajo de encargo varían enormemente su registro habitual. Gaiman mantiene sus constantes estilísticas (haciendo uso de ellas de forma más o menos afortunada, pero eso ya es otra cuestión) sea lo que sea lo que produzca.

Excepto en este Ángela, un tebeo de superhéroes (¿superheroinas?) del montón, eficaz, aunque no tanto, y, en definitiva, perfecta y debidamente olvidable, que hubiera podido firmar casi cualquiera y que únicamente presenta la novedad de ver a Gaiman escribiendo diálogos del tipo “Cuchi, cuchi, bastardo”.

Vivir para ver.

Superman Paz en la Tierra de Paul Dini y Alex Ross

[Rescato un breve comentario sobre el cuento ilustrado aparecido en 1999]
Si bien el especial de Batman realizado por los mismos autores merecía el apelativo de correcto, en su primera colaboración Dini y Ross no se “lucieron” tanto.

Superman intentando acabar con el hambre en el mundo es una premisa argumental que destruye el interés por el relato que motiva, porque desde el momento en que conocemos la intención del superhombre sabemos que está condenada al fracaso. La falta de interés producida por la inevitabilidad de la derrota podría haberse solventado con un desarrollo narrado con garra, pero en cambio tenemos una sucesión sin fin de ilustraciones (brillantes, eso sí) que no hacen sino acentuar la previsibilidad del relato y la obviedad de todas las situaciones en las que el kryptoniano se encuentra.

Personalmente, desearía que Ross escogiera buenos guionistas para que le escribieran buenas historias, no para obligarles a pegar textos encima de sus maravillosas páginas unidas únicamente por endebles argumentos.

Power & Glory de Howard Chaykin

[Reseña sobre una miniserie de Chaykin publicada en 1994]

Con ritmo de vodevil y con bastante cachondeo a cuestas, nos presenta Chaykin esta parodia sarcástica sobre los cómics de superhéroes. Hay pechos enormes y medias ajustadas (cómo no), hay prota judío (cómo no), hay malo con canas blancas (cómo no), hay caña para el estado y las instituciones, hay incluso trama policíaca y líos amorosos, hay… en fin, lo de siempre, con un dibujo espectacular, con pocas viñetas, pero sin desmerecer en nada la narración.

A nivel de crítica del género, Chaykin tampoco lo desmenuza y lo destruye como, por ejemplo, Mills en Marshall Law. Su crítica/parodia es bastante soft y al final, no sé si conscientemente o no, cae en los defectos típicos del genero, con un final a gusto de todos que deja las cosas como estaban al principio y con una (mil) puerta(s) abierta(s) a posibles continuaciones de la saga, algo bastante poco usual en Chaykin, que suele dedicarse a alguna mini de cuatro números y a otra cosa mariposa.

Sin ser nada innovador si tiene algo de gracia y el alto nivel al que nos tiene acostumbrado Chaykin tanto a nivel gráfico, como literario.

lunes, abril 13, 2009

Contest of Champions

[Dos reseñas sacadas del baúl de los recuerdos]

Contest of Champions [1982] Primer Combate
Bill Mantlo, John Romita Jr, Pablo Marcos

En su afán actual de poner al alcance del lector TODO lo que Marvel ha publicado en su dilatada historia, Forum no se anda con chiquitas y llega incluso a reeditar cómics que habían visto la luz en España bajo su propia égida hace ya algunos años. Ésta y la comercial de aprovechar el posible tirón de la publicación de la más reciente Contest of Champions: Combate Final, son las únicas razones que se me ocurren para imprimir de nuevo un tebeo tan pobre, a todos los niveles, como éste.

Los diálogos son de auténtica pena (véanse especialmente los del primer número) y aunque hay un esfuerzo por transmitir la personalidad de cada uno de los personajes involucrados y de que se relacionen entre ellos según su historia pasada común (esto ya no se hace ahora, ¿verdad? ¡Ay, qué tiempos los de la continuidad y la lógica inherente del universo marveliano!) toda la historia no es más que una sucesión de luchas insulsas. Además, en el recuento de las victorias de cada grupo de héroes se mete la pata garrafalmente. Ni tan siquiera el misterio de la identidad de uno de los entes cósmicos que manipula a los personajes tiene atractivo alguno (¿no os habíais dado cuenta de que era la Muerte?).

En el apartado gráfico un algo más que bisoño Romita Jr a años luz de su calidad actual. A muchos años luz, me atrevería a decir.


Contest of Champions [1999] Combate Final
Chris Claremont, Oscar Jiménez, Michael Ryan, Eduardo Alpuente

Para mí lo único destacable de esta miniserie es que abre una puerta a la esperanza: Claremont, sin dar pie con bola en casi una década (desde mucho antes de abandonar las colecciones de la Patrulla-X, por cierto) y atosigarnos con historias y diálogos insoportables en sus recientes Cuatro Fantásticos, parece, repito, parece estar recuperando su toque.

No os engañéis, este Contest of Champions, aunque mejor que su predecesor, no es un cómic memorable: la historia está hinchada en exceso (cinco son demasiados números para tan poca chicha), sobran mogollón de páginas que tan sólo muestran resultados de combates que no hemos presenciado y la trama principal, protagonizada principalmente por Iron Man, se ve innecesaria y frustrantemente demorada entre tanta página de pelea. Leerse de un tirón este tebeo es un auténtico contest of champions para el lector. Sin embargo… Claremont vuelve a dialogar caracterizando a sus personajes sin ponerse pesado e incidiendo en una temática tan cara suya como la de las elecciones personales y los riesgos que éstas conllevan y todo esto incluso en las frecuentes escenas de lucha. Claro está que este hecho llamará a la ilusión a muchos y cansará a tantos otros que opinarán que resulta muy aburrido que Claremont siga escribiendo igual que hace veinte años, pero el caso es que ahí queda eso. Lástima que la historia, que hubiera podido ser interesante, aunque meramente entretenida, quede sepultada entre la estirada longitud y las continuas escenas de combate.

domingo, abril 12, 2009

Kingdom Come de Mark Waid y Alex Ross

Bajo su apariencia apocalíptica y trascendente, Kingdom Come es una historieta más bien plana, lineal y con la profundidad revisora del género superheroico de un What if… cualquiera. Las acuarelas de Ross engañan, pero no consiguen ocultar que la historia no es más que un enlazado poco apañado de escenas inconexas varias que justifican su aparición en el tebeo únicamente porque a Ross le apetecía dibujarlas. Por varias razones, resulta tristísimo que ese sea el balance final de algo como Kingdom Come.

Primero, porque una historia que se pretende crepuscular y épica como ésta hubiera podido representar para el Universo DC lo que Dark Knight para Batman. Segundo, porque la explotación de las dos concepciones de superhéroe que aparecen en el libro (la tradicional y la abanderada por los metahumanos de la primera época Image) hubiera podido dar pie a un ejercicio metalingüístico y reflexivo de lo más interesante. Tercero, porque Alex Ross dibuja muy bien y emociona ver a los superhéroes de toda la vida tan bien caracterizados gráficamente.

Por desgracia, Ross y Waid, primero: confunden épica crepuscular con dramatismo plomizo y agobiante; segundo: el enfrentamiento entre ambas concepciones es meramente físico y no ético y; tercero: Ross se dedica a dibujar decenas de personajes que no aportan absolutamente nada a la historia. A ello habría que añadir la gratuidad de la inclusión del personaje del reverendo McKay (¡Y eso que es uno de los protagonistas principales!) actuando como enlace innecesario entre escena y escena y el estúpido conflicto moral superhéroes-humanidad que Waid desarrolla cansinamente en los textos de apoyo hasta su conclusión en la absurda escena final en las Naciones Unidas.

Eso sí, la historia corta que sirve de epílogo al volúmen es una de las mejores historias jamás escritas de Batman, Superman y Wonder Woman.

The Losers de Jack Kirby


Es una alegría que DC se haya puesto las pilas y se dedique a recopilar la obra de Kirby en estos fabulosos tomos en tapa dura y papel pulposo. Al Cuarto Mundo, que abrió la “serie”, le siguieron OMAC, Demon y, ahora, estos Losers.

Se podría decir que este es un Kirby ligero, menor, pero también podría argumentarse que nada en Kirby es “menor”. Lo que sí reflejan las páginas de este recopilatorio de todas las historias de los Losers de Kirby aparecidas en Our Fighting Forces, es una escala más humana y “real” que las epopeyas cósmicas a las que Jack dedicó la mayor parte de su producción. Por lo demás, todas sus constantes permanecen inalteradas: los personajes protagonistas son, en este caso, meros estereotipos, vehículos a través de los cuales contar las historias, recayendo toda la importancia en los secundarios, que son los que otorgan a cada episodio la diferencia argumental y temática; un ritmo narrativo endiablado; y un alto nivel gráfico (pese a que aquí no encontremos conceptos visuales o estéticos nuevos, o dicho de otro modo, la arqueología/tecnología de Kirby brilla por su ausencia).

The Losers no cambiará la opinión que uno tenga de Kirby en un sentido u otro, pero es un cómic muy entretenido.

Y se agradece su reedición en condiciones para que los que no habíamos nacido cuando se publicó por vez primera podamos tener la oportunidad de leerlo y apreciarlo por fin.

sábado, abril 11, 2009

Heartland [1997] de Garth Ennis y Steve Dillon


Probablemente sea éste uno de los spin-off más curiosos de la historia de los cómics.

Protagonizado por Kit, la novia oficial de John Constantine durante la etapa de Garth Ennis en Hellblazer, nada tiene que ver temáticamente con esta última y sí mucho con las obsesiones particulares de su guionista. Así, no hay aquí entidades demoníacas ni sucesos paranormales, ni tan siquiera mención directa a Constantine, sino una narración impecable (con Steve Dillon a los lápices) de las vivencias de la protagonista y su familia, con conversaciones bien planificadas, anécdotas curiosas y reflexiones acerca de la situación en Irlanda del Norte, todo ello aderezado con el consabido cisma familiar pretérito que se nos desvela gradualmente alcanzando su clímax en las páginas finales.

Se trata de un relato agradecido, un pedazo en la vida de sus protagonistas, contado de forma natural, sin trompicones ni sobresaltos, con una temática poco usual en una compañía como DC, incluso dentro de su sello Vértigo, y en el que Ennis aprovecha para dar rienda suelta a sus opiniones sobre la conflictiva situación en su país natal, de forma mucho más inspirada que en sus absurdas y ambiguas diatribas sobre la vida y sus aledaños en las últimas entregas de Predicador.

La única pega es la conclusión, algo deslucida dentro del conjunto, quizá por el poco mordiente que tiene finalmente el motivo por el que Kit está peleada con su hermana pequeña, y el hecho de que ésta en ningún momento llegue a hacerle sombra en las escenas que en se encuentran enfrentadas.

viernes, abril 10, 2009

JLA Created Equal de Fabian Nicieza y Kevin McGuire

[Rescatamos una reseña antigua e inédita de una miniserie prestigio en dos números aparecida en Estados Unidos en el año 2000, durante la etapa de Grant Morrison al frente de la serie regular de la JLA]


El éxito del trabajo de Grant Morrison en la última (hasta el momento) andadura mensual de la serie de la Liga de la Justicia ha abierto la veda a toda una serie de proyectos que pretenden subirse al carro del grupo de superhéroes de moda. Created Equal tiene la peculiaridad de reunir a Fabian Nicieza (que junto a Mark Waid abrió a su vez las puertas a la LJA de Morrison con su miniserie JLA: A Midsummer’s Nightmare) y su compinche Kevin McGuire, compañero de fatigas en la, primero irregular y luego pésima, miniserie prestigio del Capitán América. Y más destacable es, en el caso que nos ocupa, el reencuentro de McGuire con el título que le dió fama cuando aún era un desconocido, antes de sumirse en un estado de narcolepsia artística consistente en embarcarse en un proyecto inacabado detrás de otro. Exceptuando la miniserie Strikeback!, creo que lo único suyo completo que hemos podido leer desde hace 12 años es este Created Equal. Para hacer la fiesta más completa se apuntan Joe Rubinstein (uno de los principales entintadores de McGuire en la Liga y de ésta en general durante toda la época Giffen-DeMatteis) y el rotulista Bob Lappam (ídem).

Todos estos antecedentes no deben llevar a engaño: esta miniserie de dos prestigios es mala con ganas. Nicieza desaprovecha uno tras otro todos los temas interesantes que plantea la premisa argumental (la muerte de todos los varones del planeta) y no los desarrolla más que superficialmente. Hay, incluso, una clara indecisión acerca de qué personajes deben tener protagonismo de un prestigio al siguiente. Así, en el primero, se hace especial hincapié en Zatanna y Hawkwoman en sendas páginas individuales que las presentan con destacado interés para la historia. Sin embargo, Zatanna no aparece en el segundo prestigio y Hawkwoman forma parte del mobiliario. Para colmo la historia está contada con muy poca gracia (véase la triste manera de “contar” el regreso de Superman) y los diálogos son planos con ganas.

Un desperdicio inútil de 100 páginas de cómic.

lunes, abril 06, 2009

FELIZ CUMPLEAÑOS MILLARFAN


Nuestro ilustre miembro Millarfan, no es su verdadero nombre, ha cumplido hoy 34 años.
Debemos agradecer a Millar su vuelta al mundo de los cómics porque perdió la fe: Mark Millar ha hecho algo bien.

Millarfan tiene la cualidad de contarte un cómic o historia y conseguir hacerla emocionante e interesante. Lo único malo es cuando lees el cómic y preferieres como la ha contado él.

Es capaz de recitar un cómic entero o serie de televisión y lo vive.

A continuación voy a compartir con todos ustedes grandes frases dichas por Millarfan que atesoran sabiduría o producen risas y alegrías en ocasiones.

1 Los Ultimates pueden mirar a Watchmen a los ojos y aguantarle la mirada.

2 El recopilatorio es para las personas que no estuvieron allí (momento de publicación). Yo si estuve ahí (con la grapa).

3 Dan Didio tendría que salir y pedir perdón públicamente por lo que está
haciendo con Dc.

4 Millarfan: Felipe, me lo ha explicado todo: Smallville sería una de las 52
tierras.
Voltorine: ¿Hay 52 tierras?
Millarfan: Mierda, soy spoiler-man.
......

Existen muchas frases y ocurrencias de Millarfan. Los que le conozcais podeis ir poniendo en comentarios las que falten.

Una vez más, feliz cumpleaños brother in arms.

domingo, abril 05, 2009

UN AÑO SIN CHUCK (HESTON)


No era un hombre simpático, nunca lo fue. No era un hombre perfecto, pero nadie lo es.


John Charles Carter, conocido como Charlton Heston no sólo fue un gran actor que creó personajes icónicos, nobles y austeros, como Bogart o Wayne. Fue el mejor Robert Neville del cine (los siento Vincent). Cuando nosotros no estemos ya, aún se recordarán sus gritos frente a la Estatua de la Libertad o esa mirada acero azul del "número 41", que juró volver de las galeras de la nave romana y lo conseguirá.

Triunfó en todos los géneros, dejando verdaderas joyas como "El Planeta de los Simios", "El Cid", "Horizontes de Grandeza", "Cuando ruge la marabunta" o "Sed de Mal".




Luchó siempre por defender el trabajo de los directores en sus películas contra los productores manipuladores. Y se manifestó (cuando el acto no era nada popular) por los Derechos Civiles en 1961.

Hoy hace una año que murió.

Nylon Road de Parsua Bashi


No creo que la expresión “la sombra de Persépolis es alargada” haya sido nunca más aplicable que en este caso.

Soy el primero en defender que la historieta necesita voces, que cada cual cuente la historia que lleva dentro, independientemente de que esa historia sea de corte autobiográfico, legendario o lírico y también siendo indiferente la forma en que se decida a plasmarla en imágenes y palabras. Necesitamos, como medio, que cada cual haga su cosa, no repetir lo mismo una y otra vez. Cuantos más intentos en ese sentido, a más público llegaremos, más rico y variado nuestro repertorio y más gente empleará el cómic como medio de expresión.

Siguiendo este razonamiento no se puede criticar a Bashi, porque decididamente se centra en contar lo suyo. El problema viene cuando cuentas tu vida y tienes el mismo sexo, nacionalidad y parecida historia vital que Marjane Satrapi. Entonces tu tebeo autobiográfico se convierte en un reflejo de otro, en la sombra de la vida de otra persona, en, como si dijéramos, una nueva versión más pobre de otro superhéroe cuyas aventuras ya conocemos. Porque sin entrar a valorar, evidentemente, las vivencias de la autora, Bashi no es una buena historietista (como sí lo es Satrapi) y ni siquiera tiene un dibujo “curioso” y que al menos da el pego (como Satrapi), sino que es directamente malo, aunque perfectamente claro y transparente respecto a lo que pretende contar. Su principal logro es el mecanismo narrativo por el que trae a la palestra sus recuerdos y que consiste en hacer que su yo actual (en el momento de escribir la historia) entable conversación con las Parsua pasadas en una discusión continua sobre lo acontecido en su vida.

La narración es tan fotográfica como el dibujo y se limita a contar lo que sucedió sin aderezos dramáticos de ningún tipo, atreviéndose a que sea el lector el que juzgue cuándo y si debe emocionarse, aprender o cabrearse. Esta elección en el tipo de enfoque acaba volviéndose en contra del tebeo cuando se incluyen anécdotas que no tienen ningún tipo de sentido en el contexto del discurso (ni ningún tipo de gracia, tampoco) y llega a su punto álgido en un final digno de película de los Monty Python, en el que la autora literalmente ya ha acabado de contar su vida y no sabe cómo concluir satisfactoriamente el libro.

No es, per se, un mal cómic, en general, ni un mal cómic autobiográfico, en particular, pero no resiste la comparación con su más inmediato referente.

jueves, abril 02, 2009

1985: UNA CARTA DE AMOR A LA MARVEL DE LOS 80


“En 1961 Stan Lee y Jack Kirby crearon el Universo Marvel. O eso creían.”


Estamos en el año 1985. Un niño llamado Toby descubre en los comics una vía de escape al divorcio de sus padres (“cualquier problema de la vida podía resolverse en 24 páginas”). Un nuevo universo se abre ante él: Spider-man está saliendo con la Gata Negra, Hulk es inteligente, John Byrne está al mando de los 4F, Tormenta ha cambiado de peinado y actitud, hay una Miss Marvel negra y por si fuera poco, los héroes y villanos más importantes del Universo Marvel han sido trasladados a un planeta artificial por un ser llamado “Beyonder” y obligados a enfrentarse hasta que sólo quede en pie uno de los bandos en una batalla que se ha denominado “Secret Wars”.




Pero…¿y si el Universo Marvel existiera de verdad? Más aún ¿y si los villanos de ese Universo encontrasen una puerta al nuestro y decidieran cruzarla? ¿Quién se opondría a ellos? ¿Quién les impediría que tomasen el control de nuestro mundo o lo destruyesen?

En lo que a mi respecta, los años 80 fueron los mejores en cuanto a cultura popular: los comics, la música y el cine dieron verdaderas maravillas y obras maestras en sus diversos géneros.


¿Os acordáis de esas películas de los 80 como “Los Goonies”, “La Historia Interminable”, “Noche de Miedo”, “Aguila de Acero”, ”El vuelo del navegante” o “Juegos de Guerra” o “Starfighter”?


¿O aquellas películas de terror ochenteras memorables que nos dejaron como la saga de Freddy, o las inolvidables “La Niebla”, “La Cosa” o “Miedo Azul” en las que un terror de otro mundo entraba en el nuestro?

Eran películas algunas originales, otras basadas en libros en los que un joven o grupo de jóvenes cualquiera como tú o yo, se veían envueltos sin comerlo ni beberlo en un gran peligro que a la vez se constituía una amenaza para su vida, su familia, sus amigos, su barrio, su país en una conspiración interdimensional. El joven, con su esfuerzo y destreza no exenta de sufrimiento por el camino conseguía enfrentarse la amenaza y convertirse en un verdadero héroe.

Pues de esa premisa parte 1985.

Todos sabemos que hubo un antes y un después en el mundo del cómic americano en el año 1986. No hace falta expliquemos aquí lo que suspuso Watchmen y/o The Dark Knight Returns. 1985 abarca ese momento previo, pero con la oscuridad y realismo del final de esa década. Mención especial para Tommy Lee Edwards. Su trabajo aquí es una maravilla, y como curiosidad deciros que físicamente, él es el padre de Toby en el comic.








miércoles, abril 01, 2009

Hasta Siempre, Lorne



Hace varios años, A3 terminó de emitir (tarde y mal) la primera temporada de Angel los sábados noche. Pasaron los meses y no se supo más. Yo no tenía canal FOX, ni había noticias de que fueran a editar más temporadas en DVD.

Conseguí hacerme con la edición alemana de la segunda temporada, con subtítulos en inglés. Llegué a casa corriendo, emocionado desprecinté el pack, abrí la caja coloqué el dvd en la bandejilla, entró y pulsé play al primer episodio, se titulaba “Judgement”. Y lo primero que aparece en pantalla es un demonio verde, con micrófono en la mano y con una voz hipnótica cantando “I Will Survive”.

Se llamaba Lorne, era un personaje lleno de carisma, estilo y sensibilidad. Se convirtió en lo mejor de la serie, junto con Wesley, sin desmerecer al gran elenco de personajes. Se mantuvo en una zona de luz mientras el resto de los personajes fueron cruzando líneas de oscuridad insospechadas e inesperadas para los héroes de ficción. Sin lugar a dudas el éxito del personaje se debió a la soberbia y fascinante interpretación del actor Andy Hallet.




Andy Hallet nos ha dejado. Su corazón ha fallado a los 33 años. Parece ser tenía una enfermedad que ya le costó un buen susto en 2004, durante el rodaje de la última temporada de Angel.

Descanse en Paz.


http://www.youtube.com/watch?v=glLWdVlWsUM&feature=related